El culto mediático
Mahatma Gandhi y Nelson Mandela fueron siempre líderes carismáticos
Marlene Azor Hernández, Ciudad de México | 26/08/2016 2:35 pm
Siempre me ha parecido que "el culto a la personalidad", es una forma de
embrutecer a la ciudadanía. Se exageran méritos, se ocultan errores y
represiones, se endiosan a funcionarios públicos que lejos de servir a
sus naciones, se convierten en seres intocables cuya palabra está por
encima de la ley y al margen de ella. Dictadores de derecha e izquierda
en el siglo XX, han utilizado el culto a sus propias personas, para
erigir en voluntad "nacional" una práctica política sin el consenso de
sus ciudadanos. Los resultados son siempre una inmensa mayoría
"perdedora" y una exigua minoría vencedora y sin escrúpulos que acapara
la riqueza y los mandos de la nación.
El procedimiento mediante el cual surge el culto a la personalidad es
trastocar todas las instituciones de la democracia representativa.
Cuando estas no existen como en el caso ruso, las estructuras
monárquicas se trasladan a la etapa histórica siguiente. Bajo el culto a
la personalidad no hay elecciones, o si estas existen, están seriamente
afectadas en la pluralidad de partidos, en los ataques contra el voto
secreto, el no acceso o acceso desigual a los medios masivos de
comunicación y la imposibilidad de asociarse legalmente.
La persecución contra los candidatos adversarios al gobierno termina por
eliminar las alternativas posibles al statu quo. Sin alternancia
política ni contrapartida al poder centralizado del dictador —los
parlamentos son simples figuras decorativas—, el poder se ejerce por la
fuerza, unido a la mordaza contra los medios de comunicación nacionales
y las operaciones de intimidación y represión a la ciudadanía por parte
de los órganos de la seguridad del Estado contra grupos e individuos que
intenten enfrentar este calvario de restricciones.
En 1997, defendía yo mi doctorado en la Universidad de la Habana por
segunda vez y un militar coronel de las FAR que formaba parte del
tribunal de grado, negaba con su cabeza que Fidel Castro fuese un líder
carismático según la definición de Max Weber. Cuando interrumpí mi
disertación y le pregunté al coronel por qué negaba con la cabeza, me
respondió que él se guardaba sus criterios. Los militares no deben ser
sinodales de un doctorado en la Universidad de la Habana, si no pasan
primero un examen de conocimientos mínimos de Ciencias Sociales, para
que logren entender algo de lo que deben juzgar como parte de un
tribunal de grados.
Las diferencias entre el concepto de carisma de Weber y el culto a la
personalidad de los dictadores, son abismales. Mientras el líder
carismático logra trastocar todo el orden anterior y proponer "un orden
de felicidad" a futuro con gran apoyo popular en sus inicios, el culto a
la personalidad es el resultado de la propaganda desarrollada por una
inmensa maquinaria estatal creada al efecto y que se reproduce —de
manera simultánea— con la más absoluta represión física, económica y
política a la opinión discrepante.
Hitler, Mussolini, Mao Tse Tung, Muamar el Gadafi, Fidel Castro, fueron
todos en sus inicios líderes carismáticos, pero una vez en el poder
todos crearon el culto a la personalidad con sus maquinarias de
propaganda respectivas y sus eficaces órganos de represión ciudadana.
Stalin saltó del anonimato al culto a la personalidad directamente.
Al final, el coronel tenía razón pero no por las ideas que él negaba con
la cabeza. Yo me explicó su negativa porque Max Weber era leído en Cuba
como un "sociólogo burgués" y por lo tanto "un enemigo" no puede ser
utilizado en una tesis de grado en Cuba a no ser para "destruirlo" como
teórico.
En 1997, yo debí precisar que Fidel Castro fue un líder carismático en
los primeros años de los 60, y luego convirtió su poder en un burdo
culto a la personalidad con las respectivas maquinarias de propaganda y
represión para brutalizar a la población cubana. Sí, me faltó esa
precisión y ahora se la devuelvo al coronel, "custodio de la ideología"
él víctima también, del culto a la personalidad con sus correlatos de
ignorancia y fundamentalismo.
Este trabajo apareció originalmente en Havana Times. Se reproduce con la
autorización de la autora y el editor de Havana Times.
Source: El culto mediático - Artículos - Opinión - Cuba Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/el-culto-mediatico-326415
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