La razón de la sinrazón

La razón de la sinrazón
mayo 4, 2016 7:13 am por Paulino Alfonso Estévez

Lawton, La Habana, Paulino Alfonso, (PD) Desgraciadamente desde su caída
del favor de su hermano, nadie se refiere a usted en primera persona,
por lo que ya no me voy a referir a usted como acostumbraba.

Al parecer, la historia política de Castrolandia se divide en antes de
Obama y después de Obama.

Después de la visita a la Habana del presidente Barack Obama, muchos
extranjeros opinan libremente sobre algo que desconocen olímpicamente.

El diario argentino La Nación, se permitió algunas disquisiciones sobre
el recién terminado 7º congreso del PCC.

De ese artículo, me atrajo su candidez, razón por la que lo cito:

"Si había algunas expectativas de que el proceso de normalización cubano
fuera a tomar ritmo, ellas han quedado rezagadas. En efecto, el
mencionado congreso reeligió a Raúl Castro, de 84 años, como presidente
del Partido Comunista, y a Ramón Machado Ventura, de 85, como su
vicepresidente. Además, se escuchó una suerte de discurso de despedida
por un visiblemente debilitado Fidel Castro, próximo a cumplir 90 años,
en agosto".

Lejos de haber ocurrido los cambios que todos los cándidos esperaban, la
llamada "generación histórica" continuó auto designándose en sus
posiciones, aferrada al poder absoluto.

Esto solo alimenta la impaciencia del pueblo cubano, frente a sus sueños
de una mejora de su nivel de vida, que permanece y permanecerá, mientras
esté el castrismo en el poder, por debajo del de Haití.

Mientras tanto, el turismo en Castrolandia aumenta y muchos cándidos
inversionistas, deseosos de gastar su dinero, visitan la isla en busca
de oportunidades y de soberbias mestizas para declararse un ganador en
su país, pero estas oportunidades aún no aparecen.

Las tan trompeteadas relaciones con los Estados Unidos están en un limbo
interminable y ya se conoce que estas pasarán al próximo presidente
norteamericano, no importa su nombre, quien no gastará mucho tiempo en
este asunto domestico

En resumen, más de lo mismo.

Así entonces, para el pueblo cubano nada ha cambiado en su realidad
cotidiana, ni cambiarán sus expectativas que permanecerán sine die.

Los hechos que debían suceder no se producen. La anunciada renovación de
los cuadros políticos es un cuento más: tampoco se ha registrado.
Ninguna democión a pesar de los continuados fracasos en todos los sectores.

Una cosa son los discursos de yanquis y castristas, los regalitos de
bolígrafos, celulares y demás pacotillas, y otra bien distinta la realidad.

Usted sabe mejor que nadie que mientras su hermano respire, ni usted ni
sus miñones pueden hace nada, ni tirar ninguna guapería, eso quedó claro
a todos en Castrolandia.

Pero parece que por ser argentino, el periódico La Nación no lo sabe y
especula sobre las posibilidades de que al final, prevalezcan las
razones sobre la dictadura cerril y obtusa de su hermano, que según
demostró fehacientemente en su artículo periodístico, usted parece haber
administrado tan mal.

Por ello, puede que la decepción de aquellos que esperaban los cambios
que no aparecen, crezca, y así las probabilidades que estos miñones se
acojan a la Ley de Ajuste Cubano, como lo han hecho en el último año
cerca de 45 mil compatriotas, son altas.

Como quiera que gobierne o no la finca, sé que usted nunca cambiaría,
por lo que me reitero enemigamente suyo. palfonso44es@gmail.com; Paulino
Alfonso

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