27 de mayo de 2016

El rostro ‘humano’ de la esclavitud

El rostro 'humano' de la esclavitud
La Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos S.A. ha hecho de la
salud un lucrativo negocio de Estado
Viernes, mayo 27, 2016 | Ernesto Pérez Chang

LA HABANA, Cuba.- "Y gracias a que tengo un sobrino que es médico",
"tuve que darle veinte dólares a la enfermera", "por suerte mi nuera
trabaja en el hospital" o "hicimos un buen escándalo para que nos
atendieran" son frases que escuchamos a diario en los hogares cubanos y
lamentos que, al parecer, nos acompañarán durante un buen tiempo.

En 2010, las ventas de petróleo a Cuba, por parte de Venezuela, sumaron
más de 14 mil millones de dólares, sin embargo, la mayor parte del pago
no fue realizado mediante transacciones bancarias, sino que cerca de 9
000 millones fueron negociados con la oferta de bienes y servicios, la
mayoría vinculados a la salud mediante un programa conocido como
"médicos por petróleo".

Lo que fuera considerado por los gobiernos cubano y venezolano como una
operación humanitaria terminó por "descubrir" para la Isla caribeña,
sumergida en una crisis económica casi perpetua, una verdadera
estrategia comercial que la llevaría a reconfigurar sus planes de
desarrollo para el futuro.

La explotación y exportación intensivas de capital humano a muy bajo
precio comenzaba a rendir los buenos frutos que con anterioridad no se
habían logrado ni con los métodos de pastoreo Voisin, en la ganadería de
los años 60 (cuando los economistas cubanos pretendían superar, como
exportadores, a Argentina en la producción de carnes), ni con las
millonarias zafras citrícolas y azucareras de los 70, sin hablar de las
actuales que apenas cotizan unos pocos dólares anuales.

Tan solo con el experimento "médicos por petróleo", el gobierno cubano
pudo comprobar que la exportación de servicios médicos, anteriormente
muy reducida, podía multiplicar varias veces las ganancias que se
obtenían anualmente por concepto de exportación de mercancías, que jamás
habían superado los 4 000 millones de dólares.

La producción industrial y de materias primas para la exportación nunca
más volvería a estar en el centro de atención en los planes para obtener
dinero rápido y fácil, mucho menos cuando los servicios médicos
demostraban ser la más efectiva y económica estrategia para incrementar
las arcas del Estado, a la vez que servían de herramienta diplomática
para manipular, favorablemente, la opinión mundial sobre Cuba en materia
de derechos humanos y cooperación internacional.

La Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos S.A. (CSMC), que en sus
comienzos, hace ya un cuarto de siglo, era solo un pequeño grupo
empresarial del Ministerio de Salud con un reducido espectro de
comercialización, a partir del 2011 pasaría a transformarse en la
locomotora de la economía cubana, al punto de llegar a ser hoy en día la
más importante fuente de ingresos del país, con un aporte anual estimado
en más de 8 000 millones de dólares (según datos del 2014 publicados en
el periódico Granma), de los cuales la mayor parte proviene de los
impuestos sobre el salario que la CSMC aplica a los "cooperantes" del
eufemísticamente nombrado "Programa de Asistencia Médica Compensada",
una "actualización" (¿económica?) del olvidado concepto de
"internacionalismo proletario".

El crecimiento y expansión de la CSMC ha sido vertiginoso en apenas un
lustro. Los datos ofrecidos a la prensa por los principales directivos
dan cuenta de ello. El 6 de noviembre de 2014, durante la Feria
Internacional de La Habana, la firma sostenía operaciones con 40 países;
apenas cinco meses después, el 22 de abril del 2015, la propia empresa
anunciaba, en el contexto de la XIII Feria Salud Para Todos, realizada
en PABEXPO, que ya contaba "con un desempeño validado en 67 países, con
la participación de más de 51 mil médicos y otros profesionales de la
salud", así como otras perspectivas de acuerdos con más de un centenar
de naciones (Reporte de la AIN).

Pero los discursos públicos de los directivos de CSMC, vertidos en las
promociones de las últimas Carteras de Oportunidades publicadas por la
Cámara de Comercio de Cuba y en los videos publicitarios de la propia
empresa, disfrazan la realidad con la que operan a diario y no revelan
la tragedia del despojo salarial que padece el personal médico y técnico
que es "comercializado" bajo los "precios más competitivos del mercado",
según expresan las propagandas, siempre acompañadas del slogan
"compromiso con la vida".

Por lo que se expone en las vitrinas feriales, pareciera que la mayor
parte de los ingresos de CSMC proviene de los servicios de atención
médica en frontera, la venta de medicamentos y tecnologías o de sus
paquetes de turismo de salud. Sin embargo, de acuerdo con algunos de los
balances comerciales de los países con los que mantiene los mayores
acuerdos de exportación, estas no representan el grueso de las
ganancias, algo que contradice incluso el propio discurso oficial del
gobierno cubano donde se define a los "cooperantes" como la principal
fuente de ingreso del país, algo que ha obligado en los últimos años no
solo a un incremento considerable de los salarios y de otros beneficios
agregados en el sector de la salud, sino a emitir regulaciones que
frenan la migración de profesionales y las "deserciones", y que eliminan
las contrataciones autónomas en el exterior, obligando al "capital
humano" a usar la CSMC como única intermediaria (y depositaria de las
ganancias personales) entre ellos y los gobiernos contratantes.

Nefastos testimonios, algunos pocos narrados por los técnicos,
enfermeros y médicos "contratados" por la ECSM, se han acumulado durante
estos años con semejante ritmo e igual silencio que el de la acumulación
de dinero en una cuenta bancaria de la que pocos conocen finalidad y
propietario reales.

En septiembre del 2015, una investigación del IWPR realizada en Trinidad
y Tobago señalaba los mecanismos de presión usados por la CSMC para
apropiarse de más del 50 por ciento de los ingresos salariales de los
integrantes del Programa de Asistencia Médica Compensada.

El año anterior, en 2014, el periódico portugués Jornal, al acceder a
contratos millonarios que Lisboa firmara por servicios médicos cubanos,
desentrañó parte de la verdadera naturaleza de los acuerdos bilaterales
entre la comercializadora y los gobiernos. En aquella ocasión la
publicación reveló que los profesionales nuestros eran despojados de
hasta el 80 por ciento del monto de los salarios.

Fue durante ese mismo año, en febrero, que la doctora Ramona Matos
Rodríguez, del programa "Más Médicos" de Brasil, denunció los pormenores
de los acuerdos "secretos" entre los gobiernos brasileño y cubano para
"multar" los pagos de los contratados en más del 60 por ciento.

El trato de súbditos o de ciervos de la gleba que se les da a los
cooperantes, los asaltos a sus bolsillos, no son una nueva operación
postmoderna de mercadotecnia de CSMC, ya desde antaño entrenada en los
métodos de control del personal médico "comercializado", es decir, vendido.

Un trabajo de Julie M. Feinsilver, titulado "La diplomacia médica
cubana", del 2006, aparecido en Foreing Affairs en Español, se refiere a
otras aristas de lo que constituye un sigiloso drama laboral, al estilo
de aquellas contrataciones de mano de obra barata en factorías del
desaparecido "campo socialista".

En resonancia con esa doble economía nacional que ha sido diseñada, en
principio, por el dualismo monetario que divide a los ciudadanos, a las
empresas y a los servicios en categorías sociales, el sistema de salud
cubano hace tiempo que dejó de ser uno solo para convertirse en dos
productos más diferenciados que diferentes.

Uno, muy precario en cuanto a la atención primaria y de difícil acceso
en los niveles especializados, es solo para el consumo interno; el otro,
priorizado como renglón exportable, está destinado a su cotización en
moneda fuerte, a la vez que sirve de mampara tras la cual se ocultan las
deficiencias de un proyecto social humanitario que ha derivado en un
jugoso negocio de Estado y una eficaz herramienta diplomática.

"No le hicieron los análisis porque no había reactivos en el
laboratorio", "tuve que mandar a pedir los medicamentos con mi hermana
que vive en Miami", "al team médico que me iba a operar lo mandaron para
Venezuela", "cerraron el consultorio por falta de agua", son frases que
continuaremos escuchando en las calles de Cuba mientras, en otra
dimensión desconocida, la Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos
S.A., según reza su slogan oficial, establece su "compromiso con la
vida" y "hace suya la experiencia de cientos de miles de profesionales y
técnicos, con apego a la ética humanista revolucionaria".

Source: El rostro 'humano' de la esclavitud | Cubanet -
https://www.cubanet.org/destacados/el-rostro-humano-de-la-esclavitud/

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