Treinta y nueve años de una constitución excluyente
enero 28, 2015 11:50 am
Cuba actualidad, Cerro, La Habana, (PD) Una visita que realicé en agosto
del año 2000 a mi amigo Jesús Yanes Pelletier, quien se encontraba
convaleciente de una caída, me fue muy importante para poder profundizar
en parte de la historia no divulgada, dada la censura existente en
nuestro país.
Pelletier, un histórico defensor de los derechos humanos, fallecido hace
varios años, me contó, entre otras muchas de sus vivencias, que pocos
días después del golpe de estado del 10 de marzo de 1952, en una finca
en las afueras de La Habana, se celebró una reunión presidida por
Fulgencio Batista, en la que participaron varios altos oficiales y
políticos afines al régimen que acababa de instaurarse.
La presencia de Pelletier en la reunión se debió a que por entonces era
el oficial asistente del general Gregorio Querejeta.
Según Pelletier, la reunión trató sobre la derogación de la constitución
de 1940, su sustitución por unos Estatutos Constitucionales y la
abolición de la Autonomía Universitaria.
La Constitución se aprobó que fuera derogada, imponiéndose los Estatutos
Constitucionales, pero la abolición de la Autonomía Universitaria no fue
aceptada por la mayoría de los presentes, y continuó vigente hasta el
triunfo de la Revolución, cuando fue eliminada y en su lugar impuesto el
discriminatorio dictamen de: ¡La Universidad es para los revolucionarios!
La inmensa mayoría de los que murieron en la lucha contra el régimen de
Batista eran partidarios de la reinstauración de la Constitución de 1940.
Después del triunfo rebelde, en fecha tan temprana como el 7 de febrero
de 1959, hubo de imponerse una Ley Fundamental, que según los
oficialistas, se basaba en el articulado de la Constitución de 1940.
¡Cuánta falacia!
Pondremos un solo ejemplo. Según el Artículo 25 de la Constitución de
1940: "No podrá imponerse la pena de muerte. Se exceptúan los miembros
de las Fuerzas Armadas por delitos de carácter militar y las personas
culpables de traición o de espionaje en favor del enemigo en tiempo de
guerra con nación extranjera". Huelgan los comentarios.
La Constitución de 1940 fue derogada de facto y no de jure.
Dicha Constitución, distintiva por su pluralidad, representó un gran
paso democrático y avances en lo referente al Estado de Derecho. En la
elaboración de esta Ley de Leyes participaron como miembros de una
Asamblea Constituyente, distintos representantes de la sociedad cubana
quienes integraban un espectro social, económico y político, en el que
estaban representados los distintos pensamientos de la nación.
Fue muy diferente lo ocurrido en la elaboración de la Constitución de
1976, reformada en 1992, cuando el Partido Comunista y el
Estado-Gobierno, designaron a personeros del régimen para que
confeccionaran un articulado que respondiera al Estado Totalitario (ver
los artículos 5, 53 y 62 de la actual Constitución).
Los 17 años que estuvo vigente la Ley Fundamental, la Universidad para
los revolucionarios, los Comités de Defensa de la Revolución controlando
la vida de los cubanos en las cuadras, la vigencia de la pena de muerte,
las Unidades Militares de Ayuda a la Producción(UMAP), una sociedad
civil con organizaciones totalmente oficialistas, la ofensiva
revolucionaria del 13 de marzo de 1968, el Estado como el único dueño y
empleador…Todos estos factores, más otros muchos que pudieran señalarse,
generaron un gran temor e indefensión en la población.
El poder absoluto estaba en manos del Estado y el Partido Comunista. No
quedó otra alternativa al pueblo cubano que refrendar una constitución
que serviría como camisa de fuerza y para tener en un puño a toda la
sociedad.
En la discusión y redacción de una constitución deberán participar
distintos representantes, con pluralidad de pensamiento, y no un partido
único o grupo en particular.
Los derechos son inherentes a la persona y la función de la Carta Magna
de un país es la salvaguarda de los derechos de todos los ciudadanos por
igual.
Para Cuba es imprescindible una nueva Ley de Leyes, para así ser
consecuentes con la manera de pensar de José Martí, quien advirtió que
las constituciones no deben ser ideológicas y que "la prosperidad de un
pueblo es tener muchos pequeños propietarios".
A partir de los anuncios hechos el 17 de diciembre por los presidentes
de Cuba y Estados Unidos, siendo siempre todos muy celosos en evitar
manipulaciones y obstáculos, deberá abrirse una posibilidad en aras de
una solución nacional donde participen todas las partes del pueblo cubano.
Es hora de entre todos, sin exclusión, resolver nuestros problemas
sociales, económicos y políticos.
El deshielo de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos es una parte
importante del problema. La otra nos corresponde a todos los cubanos.
¡Cuba así lo necesita!
Para Cuba actualidad: eltribunodecuba@gmail.com
*Comité Político Partido Liberales Cubanos
Source: Treinta y nueve años de una constitución excluyente | Primavera
Digital -
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