Merendando en Punto Cero: El niño Marlon, Fidel Castro y la abuelita
educadora
Posted on 26 agosto, 2014
Por Clive Rudd Fernández
Este lunes la televisión cubana reportó algo inusual: un niño fanático
de Fidel Castro y que colecciona fotos del anciano líder desde los tres
años, fue recibido en Punto Cero por su ídolo viviente.
Marlon Méndez Cabrera, de ocho años, tiene la pared de su dormitorio
llena con más de 200 fotos de Fidel, de la misma manera que la mayoría
de sus amiguitos de escuela tienen fotos de Cristiano Ronaldo, Lionel
Messi o Brad Pitt. El niño fue llevado al encuentro con el ex gobernante
el pasado 12 de agosto, en vísperas de su cumpleaños 88,
Es algo insólito porque Marlon, que vive con sus padres en en San
Antonio de los Baños, hace todo lo posible por sentirse más cerca de
Fidel Castro, al punto de vestirse con el legendario traje verde olivo,
que le confecciona la abuela. El niño le llevó un ejemplar de La
victoria estratégica para que Fidel se lo dedicara y le prometió seguir
coleccionando fotos suyas mientras merendaban juntos.
El ejemplo supremo de la famila revolucionaria entregada a la veneración
del patriarca en retiro.
Común y obligatorio
Por la década de los 80 e incluso parte de los 90, tener fotos de Fidel
Castro e incluso un mural llenito de esos fetiches era algo común y casi
obligatorio. Después ocurrió lo que nadie creía posible: "Se cayó el
Caballo", como le decían al Hombre, el Uno, en el argot popular desde 1959.
El 20 de octubre del 2004, literalmente Fidel Castro se derrumbó frente
a la prensa nacional y extranjera en la Plaza Che Guevara de Santa
Clara, tres años después de un desmayo en un soleado acto en el Cotorro
que marcó el comienzo de su fragilidad manifiesta. Inmediatamente
después de la caída, el comandante se apresuró a reportar daños menores:
"Para que nadie especule, tengo alguna fractura en la rodilla y tal vez
una en el brazo; tal vez, no es muy seguro, pero estoy entero". Pero el
daño a la imagen estaba definitivamente hecho.
Los diligentes funcionarios del Departamento de Orientación
Revolucionaria y otros cubículos de propaganda del Comité Central del
Partido Comunista se dedicaron durante décadas a difundir la idea del
ídolo inmortal, el que no se caía "ni de la cama", el infalible.
Todo se derrumbó en unos minutos cuando lo inevitable sucedió; Fidel era
un mortal igual que el resto de los cubanos y como todos, también
tropezaba y caía. Peor aún, la idea antes intangible de que pudiera
morir se implantó en la mente de muchos de sus fanáticos y seguidores
dentro y fuera de la isla.
Pero el golpe mortal al comandante se lo dio uno de sus colaboradores
(hay quien especula que fue una maniobra del "enemigo"). En el 2006
después de varias operaciones intestinales, a alguien de su círculo más
cercano se le ocurrió la iniciativa de difundir la imagen del comandante
en un mono deportivo Adidas moviéndose con gestos que parecían propios
de un robot, con un rostro visiblemente envejecido y balbuceando frases
incoherentes dentro de un elevador. El tiro de gracia al comandante
estaba dado.
Recuerdos que se esfuman
La imagen del guerrillero incansable e inmortal murió ese día. Para su
desgracia y la de la revolución, Fidel Castro siguió vivo, deteriorando
cada minuto el recuerdo del hombre "inmortal".
Con la muerte política del comandante desaparecieron de muchas casas de
sus seguidores las imágenes del guerrillero triunfal. No luce bien poner
la imagen de un viejito en un mono deportivo Adidas en la sala de tu
casa, aunque sea para que la jefa de vigilancia del CDR no te marque
como desafecto a la revolución. Como decía mi abuela, "no da el plante".
Ahora, con el caso del inefable Marlon, la prensa nacional descubrió una
familia que sobrevivió la muerte del comandante y se dedicó a inculcar o
estimular en el muchachito la adoración por un falso héroe que ya está
en extinción del panorama cubano. Es curiosa la distinción, porque se
trata de algo que dejó de ser común en Cuba y la prensa oficial lo
exalta y convierte en noticia.
Parece que la crónica inicial de la Televisión Cubana le trajo
nostalgias y recuerdos de un traje y de un personaje que ahora se le cae
del cuerpo, y por ello en uno de sus libros que le dedicó a Marlon le
dio muchas gracias a su abuelita María Elvira Hernández, por ser su
"gran educadora".
El resto de los niños del barrio tienen que haber visto el reportaje
televisivo como una broma de la historia, un viaje a un pasado ignoto.
¿Y este quién es?
Cuando sus héroes personales ganan copas del mundo de fútbol, conquistan
las Grandes Ligas a batazo limpio. alcanzan galardones internacionales
de actuación y crean fortunas con las que combaten enfermedades, el
héroe de Marlon vive el ocaso de sus días entre los recuerdos, rodeado
de sembradíos de moringa que según él salvarán a la humanidad de la
hambrina, y de paso aniquila cualquier remanente que aún quede de la
imagen del comandante y de la revolución.
Una anécdota ocurrida en una escuela primaria de La Habana explica tal
vez mejor que nada el desplazamiento real que ha tenido la figura de
Fidel Castro en el imaginario de la más joven generación y los afanes de
la prensa oficial en catapultar a primeros planos el caso de Marlon, una
suerte de retoño del balserito Elián González.
La maestra mandó a sus estudiantes -con la edad de Marlon- a buscar
imágenes de los héroes de la revolución para una tarea gráfica, a manera
de collage. Uno de ellos encontró y pegó en el papel fotos de Raúl
Castro y Fidel Castro. Uno de sus compañeritos de clase vio la foto de
Fidel y le preguntó apuntando sobre la imagen del Comandante: "¿Y este
quién es?" La respuesta fue muy sencilla e ilustrativa: "El hermano de
Raúl".
Source: Merendando en Punto Cero: El niño Marlon, Fidel Castro y la
abuelita educadora | Café Fuerte -
http://cafefuerte.com/cuba/17274-merendando-en-punto-cero-el-nino-marlon-fidel-castro-y-la-abuelita-educadora/
No hay comentarios:
Publicar un comentario