24 de marzo de 2014

La “solidaridad” con Cuba y la indecencia política

La "solidaridad" con Cuba y la indecencia política
El pluralismo y la tolerancia tienen un límite infranqueable en la
indecencia
Haroldo Dilla Alfonso, Santo Domingo | 24/03/2014 12:17 pm

Siempre me ha parecido morbosa la relación afectiva que tiene la mayor
parte de la izquierda política e intelectual dominicana con el gobierno
cubano. Sea por inercia, por afectividad o por compasión, la mayor parte
de los(as) "progres" dominicanos han optado por ser cómplices de una
situación que no desearían para su propio país. Incluso contra la que
han luchado en su propio país.
Ello explica, por ejemplo, que conocidos exfuncionarios letrados cubanos
—que no es lo mismo que intelectuales— hayan encontrado en esta media
isla una excelente oportunidad para desplegar sus vocaciones en
instituciones estatales o políticas —los casos del Archivo General de la
Nación, la Fundación Juan Bosch o los partidos de la seudoizquierda
aliados al PLD— que reciben fondos públicos.
Un caso bien conocido es el de Eliades Acosta, un funcionario cubano que
tuvo papeles muy destacados en la represión contra intelectuales
cubanos, en su país o en terceros, desde sus altas posiciones al frente
de la Biblioteca Nacional José Martí o desde una secretaría del Partido
Comunista. A su haber, cuenta con la organización de francachelas
represivas contra actividades públicas centradas en intelectuales
oposicionistas o sobre temas cubanos que no se avenían con las políticas
oficiales cubanas.
Para hacerlo, Acosta ha utilizado el conocido recurso de las bandas de
paleros que se agrupan en algunos llamados "comités de solidaridad con
Cuba" y que boicotean agresivamente las actividades programadas. El caso
más conocido —no el único— fue su participación en la feria del libro de
Guadalajara en 2002. Allí organizó todo tipo de vandalismos contra los
intelectuales cubanos críticos al régimen en la Isla, y en particular
saboteó un panel en que prominentes figuras intelectuales continentales
—como el muy marcado caso del izquierdista inclaudicable Roger Bartra—
arrebatando los micrófonos a los ponentes, cerrando las puertas y
reteniéndoles por más de media hora entre insultos y amenazas a cargo de
grupos de fanáticos.
Destituido de todos sus cargos en Cuba, Acosta no ha encontrado mejor
consuelo que asentarse en nuestra media isla a la sombra del Archivo
para investigar y escribir con verdadero fervor democrático contra la
dictadura… de Trujillo.
Pero por muy repulsivo que resulte el historial de Eliades Acosta,
siempre hay que sospechar en él algún talento que le sirvió para escalar
posiciones en el aparato de control y represión intelectual en Cuba. Y
por eso, aunque resulta un demérito compartir cualquier escenario con
una persona que posee un record de abusos represivos, no es el peor
caso. Nuestro dinero público también sirve para pagar a figuras
absolutamente execrables, como es el caso muy señalado de Dario Machado,
una de las figuras más despreciables y mezquinas del aparato represivo
anti-intelectual cubano.
Darío Machado nunca ha sido un intelectual, sino a lo sumo un
administrador del aparato ideológico, que durante años tuvo a su cargo
la única agencia oficial cubana autorizada a hacer encuestas de temas
políticos (la llamada Opinión del Pueblo) y desde esa posición se
encargó de mentir y desinformar en nombre de la sociología. Y también
desde esa posición ejerció una función de comisario político,
intimidando a los investigadores y censurando a las investigaciones. En
1996 fue el peón seleccionado para organizar la represión contra el
Centro de Estudios sobre América —el mejor centro de investigaciones
sociales que ha tenido el país— y contra cada uno de sus investigadores.
Lo hizo con saña y absoluta desvergüenza. Tanta que finalmente resultó
inservible para los propios represores, y terminó relegado a funciones
burocráticas en uno de los aparatos de control ideológico.
Pero a pesar de todo ello. Darío Machado tiene un espacio entre nuestros
"progres" e izquierdistas. Unos días aparece hablando de la revolución
continental con representantes de la seudo-izquierda aliada a la derecha
peledeista en la Plaza Bolívar, otro día disertando sobre metodologías
teóricas (justo lo que tenazmente desconoce) con los integrantes de La
Multitud, y ahora aparece publicado en el boletín del Archivo General de
la Nación (enero/abril 2013).
Obsérvese que no hablo en contra de que las instituciones dominicanas
inviten y traigan a funcionarios o intelectuales cubanos que apoyen al
gobierno de la Isla. Lo creo lamentable, pero ello es parte de un juego
pluralista. Lo que discuto es que se gaste dinero público amparando a
figuras con historiales criminales en la represión de intelectuales
cubanos y que se les promueva como intelectuales. Eso no es solidaridad
con el pueblo cubano, ni rigurosidad profesional, sino complicidad inmoral.
El pluralismo y la tolerancia tienen un límite infranqueable en la
indecencia. Nuestros "progres" e izquierdistas en retirada deben aprenderlo.

Source: La "solidaridad" con Cuba y la indecencia política - Artículos -
Opinión - Cuba Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/la-solidaridad-con-cuba-y-la-indecencia-politica-317400

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