Las peores marcas del castrismo
LUNES, 29 DE JULIO DE 2013 00:14
ESCRITO POR JORGE OLIVERA CASTILLO
Cuba actualidad, Habana Vieja, La Habana, (PD) Si de comparaciones se
trata, el desastre material que como una plaga se ha extendido por todo
el territorio nacional desde la irrupción del huracán revolucionario en
enero de 1959, es algo a mantener en segundo plano frente a la pérdida
de valores, la preeminencia de la chabacanería en las relaciones
interpersonales, los vacíos éticos y estéticos y todo un torrente de
realidades solo solucionables en un período de tiempo similar al
invertido en el fomento de un sinnúmero de prácticas asociadas a la
incultura.
Hoy, la honestidad y la decencia son cualidades al borde la extinción.
El prototipo de ciudadano a ver en centros laborales, núcleos
familiares, escuelas y en la vía pública es aquel que en vez de hablar
articula una jerga incomprensible, casi siempre a grito limpio y con las
correspondientes obscenidades; el que suele acudir a la brutalidad
física para imponer su criterio; el que considera el saludo de cortesía,
un gesto inútil.
Poco a poco se han instaurado en el país una serie de conductas
antisociales que no son más que el reflejo del estilo, la forma y el
tono del discurso que desde el poder se expande a la sociedad por
múltiples vías.
Resulta irónico que el actual presidente de la nación haya puesto el
tema entre los problemas fundamentales que afronta el país, cuando las
probabilidades de enmendarlos son extremadamente bajas a partir del
alcance de las afectaciones.
De nada valen decretos y llamados a la rectificación si prevalece un
entorno que favorece este tipo de comportamientos.
Sin proceder al desmontaje de la pesada maquinaria del estado es absurdo
pensar en una evolución favorable de las medidas que se tomen para
paliar los efectos de la crisis.
La necesidad de fingir apoyo a todas las políticas gubernamentales y la
falta de espacios legales para que entidades independientes puedan
contribuir a la reconstrucción de la pirámide social, como las iglesias
católicas y protestantes, así como asociaciones cívicas que en la
actualidad deben supeditar sus agendas a los intereses del estado o
desaparecer entre el rigor de la represión, establecen las coordenadas
para proclamar de antemano la continuidad de los problemas.
Una sociedad donde el valor del trabajo es cercano a cero y las
incursiones en el mercado negro constituyen el medio de
aprovisionamiento por excelencia, ¿podría generar ciudadanos ejemplares?
La vulgaridad y el desparpajo tienen sus basamentos muy bien delineados
en un ambiente a clasificar en las antípodas de la lógica.
A estas alturas, no hay dudas de que el castrismo será recordado como un
accidente en la historia de Cuba.
Nada de lo proclamado, respecto a éxitos y prestigio, cuenta con el
beneplácito de la legitimidad. El sistema que vendieron como paradigma
es un engendro que ya no resiste más parches y acicalamientos.
¿Qué pasó con el hombre nuevo que surgiría de las entrañas del socialismo?
¿Dónde están los méritos de Fidel y Raúl Castro para salir absueltos en
el tribunal de la historia? Con sus caprichos y mediocridades, ambos han
hipotecado el futuro de la nación. Su nefasta huella no se borrará muy
fácil de la memoria de los cubanos.
Para Cuba actualidad: oliverajorge75@yahoo.com
Source: "Las peores marcas del castrismo | Cuba noticias
actualidad.Periodismo independiente." -
http://www.primaveradigital.org/primavera/politica/54-politica/8156-las-peores-marcas-del-castrismo.html
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