21 de septiembre de 2012

Soy un periodista incómodo

Soy un periodista incómodo

No veo por qué personas que piensan diferente no puedan tener un diálogo
calmado. Debemos dejar de apretar los dientes y los puños y saber
respetar las discrepancias.
Iván García / Especial para martinoticias.com
septiembre 20, 2012

No soy muy dado a las entrevistas. Ni siquiera me gustan. El 90% las
suelo rechazar. Un periodista está para preguntar, indagar, analizar,
escribir... Lo que me encanta de la prensa escrita y radial es el
anonimato. La información, noticia, reportaje o crónica es lo que vale.
No su autor.

Estoy entre dos corrientes. Medios del gobierno me acusan de
'contrarrevolucionario'. Así, sin más. Nunca he visitado la Sección de
Intereses de Estados Unidos en La Habana y no me conecto a internet en
ninguna embajada. Juro que no es por complejo, pero me disgusta esa
tendencia de los diplomáticos a engatusar.
De mi bolsillo pago 15 cuc por una tarjeta de dos horas, y una vez por
semana accedo a la red desde un hotel habanero. La prioridad es el envío
de mis trabajos, y si el tiempo me alcanza, entro a periódicos online en
español y copio algunos textos, por lo regular deportivos y de
actualidad internacional.

La conexión en Cuba es lenta y los minutos que van quedando no son
suficientes para responder emails ni echarle un vistazo a Facebook,
Twitter o Linkedin.

Desearía poder leer en directo más blogs de periodistas de renombre
publicados en los grandes medios, pero tengo que conformarme con los
links que mi madre me envía a mi dirección electrónica y una vez por
semana copio en el usb. Luego, con calma los abro y leo en la laptop, en
mi casa.

Una historia periodística atrapa la realidad de quien la escribe. Por
mucho que uno intente ser equilibrado y objetivo, siempre suele inclinar
a su favor el artículo.

Huyo de aquellos monos sabios, con un ego tan grande que suelen tener
dos camas en su habitación, una para sí y otra para su vanidad. Ningún
blog, es imposible, puede recoger la compleja realidad cubana.
Hay jineteras, pingueros y gays disgustados por la ineficacia económica
del gobierno. También gente que cree en el socialismo y tiene confianza
de que las reformas de Raúl Castro van a funcionar. Cualquier apuesta
que uno tenga no debiera invalidar el diálogo y la posibilidad de tender
puentes.

Me gusta escribir sobre los perdedores. O de los ganadores, cuando
comienzan a ser perdedores. Todos somos cubanos. No tenemos ni debemos
pensar igual. Sería muy aburrido. Cuando el gobierno comprenda que no se
puede gobernar solo para sus partidarios, crecerá varios enteros.

Algunos me acusan de ser muy crítico con la disidencia. Una vez dije que
era una 'disidencia bananera' y me trajo un sinnúmero de "enemigos". No
me fusilan porque no pueden. Entonces optan por acusarme de ser 'agente
de la seguridad', entre otras muchas barbaridades. Por su parte, el
gobierno me tacha de 'mercenario'. Es el precio de tener criterios
propios. Soy un periodista incómodo.

Pero no veo por qué personas que piensan diferente no puedan tener un
diálogo calmado. Debemos dejar de apretar los dientes y los puños y
saber respetar las discrepancias. Es muy fácil y simple acusar o
difamar. Sería saludable borrar todas esas miserias humanas y rastros de
desconfianza.

El futuro de Cuba se decide en diez años. Quizás menos. Y todos los
cubanos, de cualquier tendencia, debiéramos aportar lo mejor de nosotros
para cambiar y mejorar nuestra sociedad. Cuando aprendamos a decir "no
estoy de acuerdo contigo", y no el típico "tú estás equivocado",
creceremos como nación.

http://www.martinoticias.com/content/ivan-garcia-periodista-cuba/14972.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario