7 de septiembre de 2012

Otra promesa incumplida

Otra promesa incumplida
Jueves, 06 de Septiembre de 2012 14:15
Escrito por Oscar Sánchez Madan

Cuba actualidad, Cidra, Matanzas, (PD) La reforma migratoria anunciada
por el mandatario cubano Raúl Castro hace meses, ha quedado en el
saturado baúl de los incumplimientos. Como otra de las tantas promesas
de la "Revolución", su materialización aún no se percibe.

Ya nadie se asombra: los castristas tienen al pueblo acostumbrado a su
habitual demagogia. Son campeones olímpicos en el arte de pasar por
alto los compromisos contraídos. Se desentienden de la palabra
empeñada con la misma facilidad con que se lanza una cerilla
inservible a una cubeta de basura.

Como justificación alegan que se realizan estudios para adecuar el
futuro instrumento jurídico a la legislación vigente. Manifiestan que
se trabaja con mucho cuidado para evitar que la futura ley tropiece
con las actuales. Pero ese no es un argumento serio. A pocos convencen
con esta deleznable explicación.

No olvidemos que hace una década, para aprobar una ley que contrastara
con una iniciativa respaldada por miles de ciudadanas y ciudadanos,
conocida como "Proyecto Varela", les bastaron sólo unos días. Entonces
sí se necesitaba más tiempo para analizar y reflexionar, ya que la ley
que gestaba el oficialismo, si se aprobaba, como sucedió, obligaba al
pueblo a vivir eternamente en un sistema totalitario. Aquella nueva
herramienta que declaró el socialismo irrevocable, comprometió el
futuro de millones de seres humanos, incluso de los que estaban por
nacer.

Los entendidos en esta materia sospechan que los gobernantes no
quieren dar su brazo a torcer porque de lo que se trata ahora es de
conceder a una ansiosa población el derecho a viajar y ver con ojos
propios lo que sucede en el mundo.

Imagínense, por un instante, que miles de cubanas y cubanos pudieran
trasladarse, cada año, a Miami, París, Estocolmo, Buenos Aires, etc.,
y percibir que a las personas que en aquellas latitudes critican a un
senador, a un ministro, o al mismísimo presidente del país, no las
golpean ni las envían a prisión. Imaginen que observan que en México o
España no es un crimen fundar agrupaciones independientes. Verían
tribunales imparciales y leyes que garantizan la seguridad de los
individuos. Tendrían allá, ante sus ojos, un sistema judicial que sólo
responde al mandato popular.

Sin embargo, en la isla, el jefe de estado es quien tiene la facultad
de decidir quién viaja o no al extranjero y quién regresa al país,
después de haber vivido un tiempo extramuros. En esta pequeña nación
del Caribe, conceder las libertades reconocidas por las convenciones
de Ginebra, en materia de derechos humanos, es un privilegio
adjudicado a un general.

Mientras el menor de los Castro persista en su empeño de no aprobar
una reforma migratoria que permita a los cubanos ejercer su derecho
básico a la libertad de movimiento, éstos sufrirán las consecuencias
de un inclemente ostracismo que dura ya medio siglo. Seguirán
atrapados por la desolación, un apartheid que causa a las víctimas un
profundo dolor.

Es hora de que el sucesor por decreto del comandante Fidel Castro
cumpla lo que ha prometido. Ya es tiempo de que practique aquella
fórmula del apóstol de la independencia cubana, José Martí, que reza:
"Hacer es la mejor manera de decir".

Esta promesa del general-presidente es similar a muchas otras harto
conocidas por el pueblo. Vale recordar otra de las incumplidas ideas
de los actuales gobernantes difundida después del asalto al cuartel
Moncada, en1953, referente a la supuesta posibilidad de que cada
familia cubana tuviera una vivienda decorosa. Es triste decirlo, pero
se la llevó el viento. Se sabe que hoy, el más grave problema social
en Cuba es el déficit habitacional. El estado tiene una deuda que
supera con creces las 600 mil moradas y no se percibe una rápida
solución.

Prometer y no cumplir ha sido una práctica habitual de la política
oficialista. Los dirigentes comunistas han tenido casi siempre por
costumbre anunciarle a la nación el paraíso para después obligarla a
sufrir en el infierno.

Veamos hasta cuándo la anunciada promesa de reforma migratoria
permanecerá en la archiconocida valija de los incumplimientos.
Esperemos que no deban pasar 50 años más para que algún comandante la
rescate del olvido.

Los pueblos desprecian la demagogia y se irritan cuando los
gobernantes los engañan. Los seres humanos repudian la mentira y se
molestan, con mucha razón, con los trucos de los falsos profetas.

Para Cuba actualidad: sanchesmadan61@yahoo.com

http://primaveradigital.org/primavera/cuba-sociedad/sociedad/5133--otra-promesa-incumplida-.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario