Karaoke parlamentario
YOANI SÁNCHEZ, La Habana | 14/07/2017
Miércoles por la noche. La barriada de Nuevo Vedado se adentra en la 
oscuridad. Una música pegajosa resuena en el Hotel Tulipán donde se 
alojan los parlamentarios durante su actual periodo ordinario de 
sesiones. Bailan, beben bajo las chispeantes luces de la discoteca y 
cantan en el karaoke. Suman sus voces a una partitura programada, el 
ejercicio que mejor saben hacer.
Con solo dos reuniones al año, el órgano legislativo cubano se congrega 
para atiborrar a la población con datos, cifras, promesas por cumplir y 
críticas a la mala gestión de burócratas o administradores. Una 
algarabía monótona, donde cada ponente trata de mostrarse más 
"revolucionario" que el anterior y lanza propuestas de una generalidad 
que cansa o de una falta de visión que asusta.
Los asambleístas de esta octava legislatura, al igual que sus colegas 
anteriores, tienen tan poca capacidad de decisión como cualquier 
compatriota que se queja en una parada de ómnibus. Pueden elevar la voz, 
"hablar a camisa quitada" o enumerar las ineficiencias que atenazan el 
desarrollo de sus respectivos territorios, pero de ahí a concretar 
soluciones va un largo tramo.
En esta ocasión la Asamblea Nacional ha dado la espalda a las presiones 
que, desde diferentes sectores, reclaman nuevas legislaciones para el 
sistema electoral, la producción audiovisual, la gestión de la prensa, 
el matrimonio entre parejas del mismo sexo y las libertades religiosas, 
entre otras. Con tantos temas urgentes, los diputados solo han logrado 
perfilar el Proyecto de Ley de las Aguas Terrestres.
¿Significa esto que necesitan reunirse más veces para arreglar los 
enormes problemas del país? La cuestión no es solo de frecuencia o 
intensidad en el ejercicio de sus funciones, sino de libertad y poder. 
Un parlamento no es un banco de un parque a donde ir a hacer catarsis o 
una vitrina para mostrar la fidelidad ideológica. Debe representar la 
diversidad de una sociedad, proponer soluciones y convertirlas en ley. 
Sin eso, no pasa de ser una aburrida tertulia.
Los parlamentarios llegarán este viernes ante los micrófonos del Palacio 
de las Convenciones, en la jornada final de esta sesión ordinaria, con 
la misma mansedumbre que hace dos días se acercaron al karaoke de una 
fiesta para repetir los estribillos escritos previamente. Van a cantar 
la música que otros deciden, a mover la boca para que salga a través de 
ella la voz del verdadero poder.
Source: Karaoke parlamentario - 
http://www.14ymedio.com/blogs/generacion_y/Karaoke-parlamentario_7_2254044574.html
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