¿Yo también soy Fidel?
¿Dónde dejaron los rabiosos fidelistas de ocasión su apego al concepto 
de revolución acuñado por Castro?
Viernes, diciembre 30, 2016 |  Víctor Manuel Domínguez
LA HABANA, Cuba.- Alrededor de cincuenta y nueve años, once meses y unos 
días después, otro cubano que no fuera Fidel Castro Ruz, tiene una 
iniciativa en el país. Según la sección cultural del Noticiero Nacional 
de la Televisión Cubana del sábado pasado, la idea de crear brigadas 
artísticas integrales para actuar en las zonas más intrincadas de los 
macizos montañosos de Cuba, fue del actual mandatario Raúl Castro Ruz. 
Es decir, que payasos, magos, maromeros, cantantes y escritores 
deambulan desde hace más de treinta años por la serranía gracias a la 
visión cultural de Raúl.
El hecho resulta insólito en un país de un solo Pensador en Jefe. Que se 
conozca de forma pública, en más de medio siglo de "revolución", sólo un 
argentino rebautizado cubano por las balas, Ernesto "Che" Guevara, había 
tenido la polémica e ineficiente iniciativa de crear el obligatorio 
trabajo voluntario en la nación. El resto de las iniciativas eran de Fidel.
Al parecer, en todo ese período hasta el fallecimiento del líder de la 
revolución el pasado 25 de noviembre, sólo un cubano pensaba y tenía 
iniciativas en el país: Fidel. Vaquerías, planes porcinos, hospitales, 
granjas avícolas, escuelas de barberos, cine, medicinas, deportivas y de 
todo lo que se deba aprender, nacieron de la iniciativa de Fidel. Ningún 
científico, educador, veterinario, fígaro, realizador cinematográfico, 
médico, deportista o educador, tuvo siquiera una neurona que le 
permitiera generar una iniciativa ni para crear una fábrica de prú o un 
centro de elaboración de perros sin tripas, croquetas estructuradas o 
fricandel. El mérito de cuanto se ha hecho de "bueno" en Cuba, tiene un 
solo nombre: Fidel; lo "malo", es del montón.
Si esto no es culto a la personalidad y poder absoluto: apaga y vámonos. 
Que en un país cuyas autoridades aseguran existe el material humano más 
culto del universo, a nadie se le haya ocurrido otra cosa que inventar 
el bistec de frazada de trapear, el picadillo de cáscara de toronja, la 
balsa Odiseo para escapar por vía marítima del país, y las mil y una 
formas de sobrevivir a tantas iniciativas e inventos, no tiene parangón 
en la historia universal.
Yo también soy Fidel
Muerto y enterrado el máximo líder, politizadas e ideologizadas sus 
exequias hasta el cansancio de nueve días a tiempo completo con Fidel, y 
una seguidilla con su imagen y méritos por todos los medios de 
comunicación cubanos a toda hora del día y de la noche, todos se 
declaran herederos de su legado histórico y comprometidos con su 
concepto de revolución.
Sin embargo, de los millones de cubanos que firmaron durante los días de 
duelo el compromiso de ser fieles al ideario de Fidel, cientos han sido 
devueltos a la isla por guardacostas norteamericanos al intentar 
abandonar el país hacia esa nación, o hacen planes para escapar por 
cualquier vía a su alcance, legal o ilegal, no obstante a que entre 
lágrimas de cocodrilos, gritos de reafirmación , y sollozos de actores 
extras de la industria de Bollywood, desfilaron frente a los restos de 
Fidel, caras compungidas y cámara de teléfono móvil en mano.
¿Dónde dejaron estos rabiosos fidelistas de ocasión y pasarelas 
ideológicas su apego al concepto acuñado por Fidel en que señala entre 
otras cosas: Revolución es convicción profunda de que no existe fuerza 
en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas? ¿De 
qué verdad hablaban estos cubanos mientras firmaban el compromiso, 
desfilaban frente a la urna con los restos de Fidel, fotografiaban el 
cortejo fúnebre o decían ante las cámaras de la televisión que apenas 
conciliaban el sueño por el dolor que les ocasionaba la pérdida del 
líder de la revolución? ¿La fuerza de un Hog dog y una Coca Cola aplasta 
las ideas?
¿Dónde están el altruismo y la solidaridad de un Fidel Morales que vende 
el derecho a residir en la capital en 150 dólares y un autorizo de 
empleo en 100? ¿Qué modestia o desinterés muestra el dirigente Fidel 
López que por la importancia de su cargo quiere llevar a la cama a quien 
necesite de sus servicios o esté bajo su cargo sea hombre o mujer? ¿Cuál 
es el heroísmo de una Fidel Rosales que, por sacrificarse en doce horas 
de trabajo, se cree autorizada a maltratar al público durante diez? ¿Con 
estos hipócritas, oportunistas, cobardes y carnavalescos Fideles bufones 
se puede creer que Revolución es decir siempre la verdad?
Por otra parte, si todos dicen "Soy Fidel", ¿puede Fidel Pérez cambiar 
todo lo que debe ser cambiado, siquiera la fachada de su casa, los 
productos de la libreta de racionamiento, el sistema eleccionario del 
país o el monto de su bajo salario? ¿Podrá Fidel Urquiza decir toda su 
verdad sin recibir amenazas de perder el "estímulo" en CUC o de ir a 
prisión por expresiones subversivas o desacato? ¿Acaso la joven Fidel 
Almanza puede impedir no ser dejada sin empleo en una paladar del Vedado 
por no tener la dirección de La Habana, la capital de todos los cubanos? 
¿Es esto igualdad y libertad plenas, como reza el concepto Revolución?
Ante la avalancha de Fidel en cualquier parte, cuerpo, situación y 
actividad de la Cuba de hoy, un señor que hurgaba en los tambuchos de 
basura, y vendía periódicos mientras esperaba que abrieran el comedor 
para personas sin recursos, cerrado por un acto de reafirmación de sus 
trabajadores del concepto Revolución, tapándose un bostezo expresó: Yo 
también soy Fidel.
Source: ¿Yo también soy Fidel? | Cubanet - 
https://www.cubanet.org/destacados/yo-tambien-soy-fidel/
 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario