20 de julio de 2016

Un pago insuficiente

Un pago insuficiente
julio 18, 2016
Paula Henríquez

HAVANA TIMES — La pensión de los jubilados en Cuba es ridícula. La
aseveración es radical, pero muy cierta.¿Quién vive con 400 pesos
cubanos (20 usd) al mes? Y quien tenga esa cantidad, se puede dar con un
canto en el pecho, como decía mi abuela, porque algunos no llegan ni a
los 200.

Lo cierto es que una gran cantidad de personas mayores de 60 años
reciben mensualmente esa cantidad, una suma demasiado modesta para
quienes han pasado la mitad, y más de la mitad de su vida, trabajando.

Hace poco, en la cola de un agromercado, escuchaba a dos señoras
conversando sobre el tema. Una de ellas alegaba que su pensión apenas le
duraba dos días después del cobro y que se "le iba" como agua entre los
dedos. Que si los precios de los vegetales, que si comprar huevos, que
si una o dos libritas de arroz adicionales, ya que en su casa no alcanza
el de la cuota (cantidad de productos por persona que venden como parte
de los suministros de la libreta de abastecimiento), que si la leche,
pues no tiene dieta y tiene que comprarla por fuera… en fin, una larga
lista de faltantes.

La otra señora no quedaba atrás. Su lista incluía, además, otros gastos:
el viaje al médico en taxi, porque "¿quién se monta en una guagua
(autobús)?", la compra de las medicinas, las cuales generalmente tienen
precios módicos, aunque algunas de dolencias específicas, como las de
problemas cardíacos por ejemplo, sí cuestan más, etc.Y así, entre el
debate de las señoras, la cola del agro y el intenso calor de estos
días, pensaba también yo en el salario de los trabajadores comunes de
nuestra Isla y su inminente futuro. Con esos truenos…

El caso es que teniendo en cuenta lo anterior, entonces no es extraño
encontrarse con jubilados que deciden continuar una vida laboral más
allá de la edad que tengan. Mis padres por ejemplo, lo hacen. Mi madre
ayuda a una señora mayor que ella en la casa dos veces por semana, es
decir limpia, friega, lava o lo que sea y mi padre repara cuanto equipo
eléctrico le caiga en las manos, pinta o repone las tablas de cualquier
ventana del barrio o se ayuda de mi esposo para cualquier trabajo de
albañilería que el vecino le proponga.

No es extraño tampoco encontrarse con maestros jubilados de vuelta en
las aulas o como custodios nocturnos en centros cercanos al hogar.
También como auxiliares de limpieza, sastres y modistas, como ahora se
hacen llamar quienes disponen de su tiempo arreglando y ajustando
prendas de vestir a sus más allegados.

Tampoco faltan los vendedores de durofrío (especie de helado sin leche,
más bien una especie de jugo congelado), de galletas de sal, pirulíes,
caramelos o de objetos artesanales de diversos tipos.Pero más triste aún
es ver a muchas personas y ancianos que no pueden continuar trabajando,
que no tienen familia ni ayuda o que viven en las calles.

En fin, que cuando se supone que ya debas descansar, después de media
vida trabajando para buscarse el sustento, hay que seguir… y seguir para
continuar sobreviviendo o mal viviendo. Si el tema de los salarios debe
revisarse, más aún debe tenerse en cuenta el de los jubilados. Después
de todo dedicaron buena parte de su vida al país ¿no creen?

Source: Un pago insuficiente - Havana Times en español -
http://www.havanatimes.org/sp/?p=117024

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