21 de julio de 2016

Ladrones de patrimonio en Cienfuegos

Ladrones de patrimonio en Cienfuegos
CARIDAD CRUZ, Cienfuegos | Julio 21, 2016

"Esta obra es del pueblo, cuyos hijos deben conservarla y cuidarla". Así
lo dejó escrito la Comisión encargada de la ejecución de la escultura de
Juan Dionisio Gil, general de brigada del Ejército Libertador. Fue la
primera talla de un dominicano en el extranjero, que por azares de la
vida, o más bien de la muerte, terminó erigiéndose en Cienfuegos.

La ilustre comisión no contaba con que más de cien años después de la
inauguración del monumento el bronce con que se fundió la estatua sería
codiciado como un verdadero tesoro para inescrupulosas (o desesperadas)
personas, que buscan vender a la Empresa Provincial de Recuperación de
Materias Primas cualquier pedazo del metal a cambio de algunos centavos.

Fue así, al parecer, como la primera escultura de bronce de la ciudad
terminó siendo mutilada. El sable del mambí que sobresalía paralelamente
a su pierna izquierda fue arrancado de cuajo.

"Seguramente fue alguna de esas personas que se dedican a vender materia
prima, porque ¿quién más haría algo así? Los muchachos a veces juegan
cerca, pero la verdad es que no le prestan mucha atención a la estatua",
comenta Baby, una vecina del humilde barrio de Punta Cotica, donde se
encuentra la escultura.

Según la cienfueguera, estos hechos no son casuales. "La situación está
cada vez peor. La gente ya no sabe qué va a inventar y hace cualquier
cosa. A más de uno han agarrado robándose los cables de la electricidad,
imagínate lo que pueden hacer con una estatua. Cualquier día la levantan
en peso y se la llevan", agrega.

En los últimos años se ha observado un incremento en las acciones
vandálicas contra esculturas y otros bienes públicos de la ciudad. En
algunos lugares han aparecido pintadas, afeando el rostro pulcro de
Cienfuegos, que cultiva la limpieza y los valores tradicionales desde
antes de que fuera catalogada como Patrimonio Cultural de la Humanidad
por la Unesco en 2005. Solo otras cuatro ciudades cubanas cuentan con
esa distinción: La Habana, Trinidad, Cienfuegos y Camagüey.

"Cienfuegos es un pueblo tranquilo, nunca había escuchado que hicieran
algo así", dice Luisa, maestra de una escuela primaria cercana.

"Es terrible el ejemplo que puedan dejar a las nuevas generaciones. Esa
escultura es parte del patrimonio local, debería estar mejor protegida,
como la de Martí en el parque, que le colocaron una reja alrededor para
que no la dañaran más", añade.

Juan Dionisio Gil, originario de la República Dominicana, perteneció al
Ejército de su país y al iniciarse la Guerra de 1895 se incorporó al
primer cuerpo de la Provincia Oriental. Participó en diversos combates
y, posteriormente, formó parte de la columna invasora al mando de
Antonio Maceo.

El difícil carácter de Gil le valió las reprimendas del insigne mambí,
que lo sancionó por indisciplinas en el servicio. Cuando se retiró del
Ejército, el quisqueyano se radicó en Cienfuegos, ciudad por donde fue
evacuado el último hombre de las tropas españolas de América y que, por
aquellos años, era una de las más pujantes de la Isla.

El 28 de diciembre de 1899 el general tuvo una disputa con un inspector
sanitario que, al parecer, ofendió al oriental que regentaba una fonda
que acostumbraba visitar, en la Plaza de Armas de la ciudad. Al
dirigirse a su casa, dos policías intentaron detenerlo y el encuentro
derivó en trifulca, resultando muerto el patriota. Su fallecimiento
causó conmoción en la sociedad de la época, que por suscripción popular
recogió el dinero para erigir un monumento.

La escultura fue realizada por José Villalta de Saavedra, alumno del
escultor Miguel Valls, quien esculpió también la primera talla de José
Martí en el Parque Central de La Habana.

El sitio donde se encuentra la estatua, así como el pequeño parque que
lo rodea, es conocido como Panteón de Gil por la intención original de
colocar sus restos allí. La iniciativa nunca prosperó, pues sus restos
no pudieron ser localizados en el Cementerio de Reina, donde se
encuentra inhumado.

Los ladrones no tendrán idea de quién era ese general Gil, que
"coqueteaba con la muerte [...], caracoleando en su caballo frente a las
filas enemigas", como lo escribió un ilustre militar cubano de las
guerras por la Independencia. Pero los vecinos de Cienfuegos, sí, y
esperan que la Oficina del Conservador restaure pronto la estatua y la
proteja de nuevos profanadores.

Source: Ladrones de patrimonio en Cienfuegos -
http://www.14ymedio.com/nacional/Ladrones-patrimonio-Cienfuegos_0_2039196065.html

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