25 de septiembre de 2015

El Papa y su carisma

El Papa y su carisma
[24-09-2015 21:23:09]
Aimée Cabrera
Corresponsal

(www.miscelaneasdecuba.net).- La visita del Papa Francisco a Cuba
comenzó el sábado 19 de septiembre cuando el avión en que viajaba,
arribó a la Terminal 1 del aeropuerto José Martí ubicado en el municipio
capitalino de Boyeros.
El pueblo le dio la bienvenida al Pontífice desde el aeropuerto y hasta
la Nunciatura Apostólica, en un recorrido de 18 kilómetros que no dejó
de ser cálido para todos.

El canal televisivo Cubavisión mantuvo entre sábado y martes una
programación, por momentos especial, en la que se escucharon
informaciones dadas por periodistas oficiales junto al clérigo Rolando
Gilbert Montes de Oca Valero quien hizo acertadas explicaciones.

En la mañana del domingo fue la misa en la Plaza de la Revolución José
Martí, la cual fue transmitida junto a otros momentos en que el Jefe de
Estado del Vaticano sostuvo encuentros con su homólogo cubano.

En la tarde dominical se transmitió la visita de Su Santidad a la
Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús y San Ignacio de Loyola, conocida
como la Iglesia de Reina. Allí fue recibido por el pueblo humilde y
cariñoso de esa barriada del centro de la capital.

El Papa Francisco bendijo a niños y a una chica minusválida, además de
recibir un obsequio con símbolos patrios; una joven violinista que le
dedicó una pieza musical, lo abrazó al final con sentida emoción, la
cual fue correspondida por quien pudo percatarse de que estaba en un
bello templo, situado a su vez en una barriada muy pobre.

Después continuó viaje hacia la Catedral de la Habana donde presidió las
Vísperas junto a religiosos, seminaristas y una selección de laicos
consagrados.

El testimonio de una joven monja que trabaja en un asilo de impedidos
físicos fue estremecedor. El Sumo Pontífice, con su especial carisma y
poder de improvisación, dejó a un lado las palabras que llevaba
preparadas y conversó con los presentes.

Como gran comunicador, explicó la importancia de compartir con el más
necesitado, tanto la pobreza como la misericordia, para que se haga
realidad la bienaventuranza a la que se refirió, recordar el Sermón del
Monte: Las bienaventuranzas (Mt 5, 3-11; Lc. 6 20-23).

Sus consejos recordaron a presentes en la Víspera y a muchos
televidentes como el amor, la compasión y humildad son imprescindibles
para los enfermos internados, rechazados con frecuencia, por familiares
y cuidadores.

A continuación, compartió bajo una lluvia pertinaz con jóvenes que se
situaron por un costado del Centro Cultural Padre Félix Varela, antiguo
Seminario San Carlos y San Ambrosio, del que haré un comentario más
adelante.

El lunes fue la misa en la Plaza de la Revolución Mayor General Calixto
García Íñiguez ubicada en el municipio cabecera de Holguín, ciudad que
no fue visitada por los dos anteriores Pontífices.

Personas residentes en Holguín y otras provincias orientales como Las
Tunas estuvieron presentes en la misa que coincidió en el Santoral con
el día de San Mateo, Apóstol y evangelista.

Finalizada la homilía y en su recorrido holguinero hizo un alto y visitó
la Catedral de San Isidro de Holguín en la que se encuentra en uno de
sus atrios una estatua de San Juan Pablo II, instante en el que saludó
con afecto a quienes se le acercaron con niños y enfermos.

La lluvia no fue impedimento para que visitara la Loma de la Cruz para
bendecir la urbe, ceremonia que fue amenizada por un coro infantil. De
allí tomó el avión que lo llevó para la ciudad de Santiago de Cuba.

En horas de la noche, el Sumo Pontífice estuvo en la Basílica Menor del
Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre y, una vez delante de la
Patrona cubana le ofrendó flores, encendió un cirio y ofrendó un florero
de plata con flores amarillas y blancas, confeccionadas con plata y
cerámica. También fue relevante su encuentro privado con obispos en el
antiguo Seminario San Basilio Magno del Cobre.

El martes en horas de la mañana fue la esperada misa en el Santuario
del Cobre, principal sitio de peregrinaje de los cubanos de distintas
creencias que veneran a la Virgen mestiza que acompañó a los mambises en
el campo de batalla, con lo que comienza el Año Jubilar por el
centenario de la proclamación de la Virgen de la Caridad como Patrona de
Cuba.

Y, en retrospectiva, regreso a cuando Francisco salió de la Víspera y
llegó a un costado del antiguo Seminario habanero. Cientos de jóvenes lo
esperaban bajo la lluvia, él hizo un gesto para que no lo taparan con un
paraguas y permaneció todo el tiempo así, en solidaridad con la mayoría
de quienes estaban a la intemperie.

Allí, departió con los presentes de manera jovial y enfatizó lo
relevante de que la juventud sueñe y tenga esperanzas. En el grupo había
muchachos con distintas religiones y puntos de vista, por supuesto que
no hubo tiempo para el debate pero fue una sorpresa agradable ver a
tantos jóvenes interesados por escuchar al Pontífice en una tarde
lluviosa de domingo.

Estas ansias de escucharlo, constata la falta de comunicación existente,
mucho más en asuntos de índole espiritual. Jorge Mario Bergoglio dio una
lección de amor al prójimo, de saber escuchar y sugerir o aconsejar,
poniéndose al nivel de quienes suelen ser irreverentes cuando se les
exige en demasía.

En el Habana Noticiario del martes 22 de septiembre, unos periodistas
entrevistaron a varias personas en la parada de ómnibus de Calle 23
entre J y K, en una de las zonas más céntricas del Vedado capitalino.

La falta de cortesía con los ancianos, el tumulto que empuja con la
ansiedad de poderse ir en el transporte lleno y demorado y la falta de
valores por no ser inculcados por los padres fueron temas coincidentes
para quienes fueron abordados por los reporteros.

Impactante fue ver como de pronto, apareció un joven a toda velocidad
que tomó una mochila que su dueño había colocado en el banco donde
estaba sentado. Se desconoce si el ladrón fue apresado fuera del alcance
de las cámaras y, para que no quedara dudas de los televidentes, la
escena fue repetida.

Esos son los que, a pleno día, quitan de las manos teléfonos móviles,
arrancan cadenas o se adueñan de un bolso o mochila, mucho más si son de
marcas conocidas. La falta de policías atentos a las fechorías convierte
en peligrosa complicidad la habitual delincuencia habanera.

La falta de valores está sujeta a la pérdida de la religiosidad que, por
siglos, distinguió la idiosincrasia cubana; ahora para rescatarla se
necesita el apoyo de la familia, la escuela y de todos quienes practican
religiones.

Es hora de ser menos prepotentes e imitar comportamientos afables e
instructivos como el de Su Santidad, solo así Cuba volverá, desde el
Espíritu a obtener los valores que solo pueden ser rescatados a través
del amor a Dios y al prójimo.

Hay que acercarse sin miedo ni repugnancia a quienes sienten con fuerza
el peso de la soledad unida a la pobreza material y espiritual. Todos
somos prójimos y pueblo de Dios aunque pensemos o creamos de diferente
manera.

Es válido pues, recordar el final del encuentro de Francisco con los
jóvenes, cuando dijo su reiterada frase "recen por mi" e invitó a los no
creyentes a que al menos les desearan "cosas buenas", las mismas que
debemos pedir para esos jóvenes que desandan las calles sin sueños ni
esperanzas.

Source: El Papa y su carisma - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/56044d9d3a682e17583f7605#.VgU9gPmqqko

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