Másica te mira
[23-12-2014 12:53:08]
Alejandro Tur Valladares
Jagua Press
(www.miscelaneasdecuba.net).- De los años ochenta me quedan pocos
recuerdos. No obstante uno de los que más pervive en mi memoria es el de
los muñequitos rusos. Claro que la experiencia que conservo de ellos no
siempre es grata. Sin embargo toda regla tiene su exepción, y la
excepción de los cartones soviéticos lo constituían entre unos pocos,
aquel que llevaba por título, Másica y el Oso.
El corto contaba con un diseño estético decente, y la historia que
narrada, aparte de sencilla era aleccionadora. Se trataba de un oso que
intentaba robar y comer unos panecillos que la niña Másica había cocido.
Sucedía que cada vez que el oso intentaba atrapar y mordisquear algunas
de aquellas golosinas, se dejaba escuchar la voz de la niña que oculta,
ya fuera en un rincón del bosque o de la casa, le replicaba al ladrón:
"Cuidadito Oso, no seas goloso, desde acá arriba, Másica te mira".
De inmediato la sorprendida fiera ponía cara angelical y tras recibir la
reprimenda, dejaba el dulce de lado, concentrándose en idear otro ardíd
por medio del cual burlar la vigilancia y saciar su apetito. A cada
nuevo intento, la tonada se repetía.
Más, ustedes se preguntarán seguramente por qué traigo al presente el
infantil recuerdo. Sucede en la ciudad de Cienfuegos- lugar donde recido
-las autoridades se han dado a la tarea de colocar en las esquinas más
populosas, unas sofisticadas cámaras de video cuyos ojos insomnes
vigilan desde arriba, cada uno de los movimientos de mis coterráneos,
hecho que de inmediato me hizo recordar a Másica la niña del cuento.
Al parecer la era de los grandes despliegues policiales, los aparatosos
operativos, las requisas indiscriminadas y los puntos de control
policial, está en su ocaso. Pareciera que la modernidad está entrando
por la puerta ancha en el ministerio de la represión y de que en lo
adelante los cubanos tendremos que acostumbrarnos a ver, junto a las
plantas ornamentales o el alumbrado público la omnipresencia del
polifémico ojo.
La instalación de los artefactos pareciera dar la razón a quienes
aseguran que las políticas gubernamentales dirigidas a combatir la
delincuencia han encallado. La corrupción entre las hordas policiales
les ha obligado a desconfiar del factor humano e intentar cubrirse el
talón con la tecnología. Al apreciar los camuflajeados lentes no pude
sustraerme y dejar de imaginar los diferentes trucos, de que en lo
adelante se valdrá el hampa local para seguir operando en las calles.
La nueva estrategia tiene sus detractores y entre los argumentos que más
he escuchado, se halla por un lado, aquel referente a lo costoso del
programa, elemento que desde ya hace dudar de la permanencia del mismo,
y por el otro, la idea de que ninguna máquina puede suplir las
habilidades del ser humano.
En resumen, ayer tarde mientras caminaba por la céntrica avenida del
bulevar cienfueguero junto a mi amigo José, quien me señalaba la
ubicación de cada uno de los nóveles delatores electrónicos, desde la
lejanía del tiempo me pareció escuchar a la autoritaria infanta
reprimiéndome y diciendo: "Desde acá arriba Másica te mira".
Source: Másica te mira - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/549957a43a682e17882deadd#.VJrbQF4Ak
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