Sin billetes no hay gozadera
Los cubanos que buscan la diversión y el esparcimiento en clubes 
nocturnos y discotecas sufren las inseguridades y altos precios. Sin 
dinero no hay recreación
miércoles, noviembre 26, 2014 |  Ernesto Aquino Montes	
LA HABANA, Cuba. -Las necesidades recreativas de los cubanos pasan por 
el mismo dilema que la satisfacción de sus imperativos básicos, como La 
alimentación, el vestir y una atención médica de calidad. Todo se reduce 
al dinero, y cómo conseguirlo.
Un gran sector de la sociedad –sobre todo los jóvenes- busca desconectar 
la presión de sus días de trabajo y estudio dedicando los fines de 
semana a bailar, beber, reunirse con amigos o encontrar pareja; y para 
ello, acude a Centros Nocturnos y Discotecas.
Precios inaccesibles
Ramiro Díaz Comelier, un joven de 21 años que estudia enfermería, nos 
habla de sus experiencias para acceder a un poco de esparcimiento.
Según el joven, "la entrada a las discotecas, donde la música está a 
cargo de los DJs, cuesta entre 3.50 y 5.50 dólares, pero las que son 
amenizadas por orquestas y agrupaciones musicales, la entrada puede 
costar entre 12 y 27 dólares, aproximadamente. ¡Imagínese los inventos 
que hay que hacer para conseguir ese dinero!".
Ramiro expresa su abierto desacuerdo con estos precios, asegurando que 
"es vergonzoso que un ciudadano cubano -trabajador o estudiante- tenga 
que pagar estos precios injustos para disfrutar de unas horas de 
esparcimiento, después de haberse pasado toda la semana trabajando y 
estudiando".
Delincuencia
Por su parte, Rolando Sarmiento, un ingeniero eléctrico de 27 años, que 
asiste con frecuencia a estos centros recreativos, expresó que "en mi 
opinión, hay algo que es mucho peor que el precio de las entradas; y son 
los Choros". Sarmiento explicó que los llamados "Choros" es un nuevo 
fenómeno delictivo, cuyos autores son carteristas que asedian de forma 
silenciosa a las personas que acuden a estos centros.
El ingeniero eléctrico comentó que "lo que hace más peligrosos a los 
Choros es la dificultad para identificarlos. La mayoría de las veces son 
mujeres; mujeres jóvenes y bonitas que están muy bien vestidas y 
perfumadas; adornadas con cadenas y pulseras de oro. De manera que nadie 
puede imaginarse que una persona con esa apariencia te pueda robar".
Karla Sofía Mustelier Delgado, una bailarina de 23 años, asegura que los 
responsables de velar por la seguridad de los participantes prohíben a 
las mujeres llevar carteras o bolsos a las sesiones de baile. "A las 
extranjeras –la mayoría europeas- se les advierte que el dinero deben 
llevarlo en una bolsita, con un cordón atado a la cintura y por dentro 
de la ropa, para evitar que les roben. Es tan dramático y bochornoso que 
la realidad supera la fantasía".
Altas medidas de seguridad
Ricardo Claxton Leliebre, un joven de 27 años, graduado de Técnico en 
Contabilidad, se refirió al incremento de personal entrenado dentro de 
los establecimientos recreativos, y el especial cuidado en las medidas 
de seguridad.
Nos dice Claxton Leliebre que "en la puerta de cada establecimiento hay 
un portero que registra a los hombres que entran, para evitar que puedan 
pasar armas blancas, drogas o bebidas alcohólicas; incluso, en algunas 
discotecas ya se están utilizando mujeres en el servicio de protección; 
porque se han dado algunos casos en que los hombres usan a sus 
acompañantes mujeres para que estas sean las que les pasen la bebida, 
las drogas o las armas. Yo sé que esta medida es un poco molesta, pero 
con este método se garantiza la tranquilidad en estas actividades".
Pero la mayoría de los entrevistados coincidieron en afirmar que las 
discotecas atendidas por el Estado son muy inseguras y mal abastecidas; 
excepto la de los hoteles importantes como la del Meliá Cohíba, Hotel 
Nacional, Habana Libre y otros, donde hay mucha afluencia de extranjeros.
Los clubes privados son más seguros
Sin embargo, para Natalia, una Joven de 34 años que prefirió ocultar el 
resto de su identidad y cuyo esposo trabaja como personal de seguridad 
en un Centro Nocturno Privado, los clubes particulares resultan más 
seguros y creativos.
Y terminó diciendo: "No podemos olvidarnos que cuando las cosas son 
propias uno las cuida más; y lo más importante para el dueño de un 
negocio es el bienestar de los clientes. Al gobierno solo le importa 
cuidar su imagen ante los extranjeros, por eso los clubes y discotecas 
de los grandes hoteles parecen cárceles con música".
Source: Sin billetes no hay gozadera | Cubanet - 
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