"Somos una única nación en la Isla y en la Diáspora" (Dagoberto Valdés)
JUEVES, 19 DE DICIEMBRE DE 2013 13:40 ESCRITO POR OSMAR LAFFITA
Entrevista a Dagoberto Valdés Hernández, director de la revista Convivencia
Cuba actualidad, Capdevila, La Habana, (PD) Faltaría a la verdad si no
digo que resultó para mí un estimulante reto cuando la dirección de
Primavera Digital me encomendó el honroso encargo de más que entrevistar
y atiborrar de preguntas incómodas a Dagoberto Valdés, director de la
revista Convivencia, poder entablar con él una amena conversación que me
permita acompañarle por el camino que desde hace mucho tiempo transita
como mensajero de la libertad y la justicia en su incansable labor
misionera.
Osmar Laffita: Para Primavera Digital resulta un alto honor que hayas
tenido la amabilidad y gentileza de acceder a esta entrevista. Antes de
entrar en los complicados asuntos que necesariamente tendremos que
conversar, deseo que me hables de tu labor como director de la tan
respetada y querida revista Convivencia.
Dagoberto Valdés: El que está agradecido soy yo y también el equipo de
la revista Convivencia (www.convivenciacuba.es). El honor es nuestro.
Recordamos con mucho afecto cuando el amigo Juan González Febles, hoy
director de la revista Primavera Digital, nos visitó en casa de Karina
Gálvez para comenzar ese extraordinario esfuerzo de hacer una
publicación en Cuba y que ya hoy es una realidad consolidada. Mi labor
como director de Convivencia es solo coordinar el magnífico equipo en el
que tengo la suerte de participar. Este equipo es el verdadero y único
protagonista de Convivencia. En 2013 cumplen 20 años de fundado el
Centro de Formación Cívica y Religiosa en Pinar del Río y la revista
Vitral. Así que ya son dos décadas ofreciendo la tan necesaria educación
ética y cívica y haciendo revistas socioculturales independientes:
primero Vitral y ahora Convivencia.
OL: Es conocido que durante años fuiste miembro del Consejo de Justicia
y Paz del Vaticano; por eso, deseo tu opinión acerca del reciente
acuerdo de la Conferencia de Obispos Católicos Cubanos de ratificar como
su presidente al Arzobispo de Santiago de Cuba, Dionisio García Ibáñez,
y sustituir al Cardenal Jaime Ortega, que fungía como vicepresidente.
DV: Es algo normal y reglamentario en la vida de la Iglesia. El Sr.
Arzobispo Cardenal de La Habana cumplió sus 75 años de edad y según el
Código de Derecho Canónico debía pedir al Papa su renuncia por motivos
de edad. Así lo hizo y esa es la causa de que el Sr. Obispo de Santa
Clara, Monseñor Arturo González haya sido promovido a la responsabilidad
de Vicepresidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba.
OL: Quisiera conocer tus pronósticos en torno a quién será el arzobispo
de la Arquidiócesis de La Habana. Jaime Ortega, que ocupa esta
responsabilidad desde 1981, y ha cumplido 77 años, dos años más del
tiempo establecido por el Derecho Canónico para presentar su renuncia.
Es normal que el Papa Francisco prepare el relevo. A pesar del
hermetismo reinante, suenan cuatro nombres para suceder al Cardenal
Ortega Alamino. ¿Cuál es para ti el candidato?
DV: El pronóstico es difícil. En la Iglesia católica es el Papa quien
nombra a cada obispo asesorado por la Nunciatura Apostólica (embajada de
la Santa Sede) y el Dicasterio para los Obispos en Roma. Siempre hay
candidatos y siempre hay hermetismos para no lacerar susceptibilidades y
para dejar más libertad de opción a los que tienen esta delicada
responsabilidad. Cuba no es una excepción. Entonces, si nos fijamos en
los medios, aparecen varios nombres, señal de que hay buena cantera. Se
pudiera pensar que podría ser un obispo que tenga ya experiencia en una
diócesis compleja. Se pudiera pensar que fuera un obispo pastoral y
sencillo, dado el talante del Papa Francisco, se pudiera pensar en un
hombre relativamente joven, dada la edad para los obispos que casi
siempre son de la tercera edad o rondándola. Ese sería como mi perfil
para señalar a un candidato, pero no digo nombres. En fin, que Dios
ilumine a los que tienen que tomar la decisión y que sea pronto.
OL: En estos momentos hay un gran debate en torno a los nuevos
escenarios en el desempeño de los diversos grupos opositores en Cuba.
Por los años que llevas como director de dos publicaciones no
reconocidas por el gobierno, primero Vitral y luego Convivencia, dos
revistas cuyos trabajos periodísticos han estado dirigidos a reflejar la
verdadera realidad de Cuba, ¿cuál es tu opinión en torno a tan polémico
tema?
DV: Tengo la convicción de que la sociedad civil cubana y su trabajo
plural y diverso está hoy mejor que nunca en los últimos 55 años. No es
ya una sociedad civil incipiente sino creciente. Hemos aceptado y
asumido esa diversidad, no sin serias dificultades debidas al
analfabetismo cívico y político que todos tenemos por causas obvias.
Esta falta de formación ética y cívica es para mí nuestra pobreza mayor
que, como es natural, compartimos con toda la sociedad cubana. Y en
consecuencia, considero que el desafío y el deber mayor de todos los
grupos de la sociedad civil en Cuba es cooperar en la urgente necesidad
de ofrecer a todos una adecuada educación ética y cívica. En eso
trabajamos hace ya 20 años, con sistematicidad, con discreción, con
mucho respeto a la diversidad. En otro aspecto, esta vez positivo: entre
todos los miembros de la sociedad civil hemos alcanzado un mínimo de
consensos que no es poco: que la lucha sea pacífica, no violenta; que
somos los cubanos los protagonistas de nuestro destino; que somos una
única Nación en la Isla y en la Diáspora; creemos en la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, en la democracia pluripartidista y en
la libertad económica; exigimos al gobierno la ratificación de los
Pactos de Derechos Humanos, y otros. Pudieran parecer obviedades pero
debe recordarse el daño antropológico y social que hemos sufrido durante
medio siglo. Tengo mucha esperanza en el futuro de nuestra sociedad
civil. Claro, con los nuevos escenarios y las nuevas tecnologías, pero
también y sin excluir, con los escenarios y protagonistas históricos y
también con los medios tradicionales. Todo y todos podemos contribuir.
Excluir es el error mayor, incluir la estrategia mejor.
OL: El gobierno cubano puso en vigor una nueva Ley Migratoria, que ha
sido atacada o enaltecida. Pero hay una realidad: por primera vez en los
más de 50 años que llevan en el poder los actuales gobernantes,
diferentes representantes de la oposición han podido salir al exterior y
regresar sin problemas. ¿Cómo valoras y contextualizas este nuevo fenómeno?
DV: Si tenemos en cuenta que Cuba era una especie de cárcel en la que se
necesitaban varios permisos del Ministerio del Interior, el ministro del
ramo para los profesionales, la Encargada de Asuntos Religiosos del
Comité Central del Partido Comunista para los creyentes que deseaban
viajar; y la tristemente famosa Tarjeta Blanca para todos, además de la
visa del país de destino como es normal, entonces, eliminar algunos de
esos "permisos de salida" constituye un cambio. Sin embargo, como viajar
es un derecho universal que es intrínseco de la naturaleza humana, nada
ni nadie debería impedir ejercer ese derecho libremente. En ese sentido,
el cambio no es una dádiva, es el simple reconocimiento de un derecho
largamente violado. Pero es mejor así y ahora viajar enriquece a todos.
Pero, siempre un pero en estas circunstancias: no podemos olvidar que
todavía, a estas alturas, hay hermanos nuestros que están bajo una
llamada "licencia extrapenal" y de una condena absolutamente injusta,
que sufren de la restricción de viajar. Esto debe cesar ya.
OL: El pasado 13 de noviembre apareció en Internet un artículo del
promotor de Estado de SATS, Antonio Rodiles, titulado "Oposición en
Cuba: llamarnos a capítulo". En torno a sus planteamientos, ¿cómo tú los
enmarcas en la cartografía de la política nacional, particularmente en
el actual desempeño de la oposición?
DV: Respeto todas las ideas. Respeto y creo en la diversidad, en la
representatividad elegida y democrática y en el liderazgo con control.
Creo que todos debemos decir lo que pensamos honestamente y respetar a
los demás. Sin herirnos y sin descalificarnos. Ética y política deben ir
juntas. Cuidémonos unos a otros. Eso es todo. No deseo opinar más.
OL: Llevas 19 años en la actividad periodística, de ellos 13 años como
director de la emblemática revista Vitral, y luego como director de la
revista Convivencia. Desearía conocer cuál es tu valoración del
periodismo independiente y de las publicaciones alternativas que de
manera crítica reflejan el estado actual de la sociedad cubana que el
gobierno escamotea, oculta, manipula y tergiversa.
DV: Creo que el periodismo independiente y las publicaciones
alternativas son uno de los más importantes y paradigmáticos dínamos del
cambio y la transición. Sin libertad de expresión, reconocida o no,
periodismo y publicaciones libres y responsables no hay democracia.
Tengo en la más alta estima y admiración a todos y cada uno de los
periodistas independientes de Cuba, los del periodismo tradicional y los
de las nuevas tecnologías, todos, entre los que se encuentran los que
sirven al bien de Cuba en Primavera Digital. Mi gran sueño en este campo
es que haya una gran diversidad de publicaciones serias,
profesionalmente competentes, sistemáticas y objetivas que con fidelidad
a la verdad y probada ética de respeto a las personas, sin ataques ni
descalificaciones, puedan informar, denunciar, criticar y proponer
pensamiento para el presente y el futuro de Cuba. Las que ya existen hoy
son un adelanto profético de este porvenir.
OL: No podíamos terminar sin conocer cuál es tu valoración de la
situación económica actual de Cuba. Bien sabes que se habla de cambios,
reformas y "actualización del modelo". A tu juicio, ¿se operan reales
cambios estructurales en la economía cubana?
DV: Por supuesto, te digo lo que pienso, veo y vivo. La situación
económica cubana actual es grave y perentoria. Precisamente porque los
cambios hasta ahora efectuados no tocan la esencia del sistema
centralizado y estatizado que ha demostrado en Cuba y en todo el mundo
ser raigalmente ineficiente. Es la gente más sencilla la que más sufre y
todos los cubanos sufrimos esta dilatación de los cambios estructurales.
¿Cuáles serían esos cambios? Pues se pueden resumir en tres o cuatro
reformas: reconocimiento, defensa y promoción de la propiedad privada,
cooperativa y otras; reconocimiento, defensa y promoción de la libertad
de empresa; ampliación de la inversión extranjera junto con la de los
cubanos que viven y trabajan en la Diáspora; justicia social con
responsabilidad de todos y no dependientes únicamente del Estado y
alguna más. Es decir, lo que Conrad Adenauer llamó la "economía social
de mercado" o una economía de mercado con regulación social, que no
significa invasión del Estado en toda la economía, sino responsabilidad
del Estado y de la entera sociedad civil por la justicia social y la
asistencia a los más vulnerables. Como ves, nada de esto existe todavía,
pero... (siempre hay un pero), como el sistema comunista es irreformable
en su esencia, todo cambio por pequeño o cosmético que sea, constituye
una grieta en el monolito ineficiente del Estado totalitario. Así que
¡adelante las reformas! o como se llamen, ¡por la grieta saldrá la luz,
y con la luz, la libertad!
OL: A nombre de todo el equipo de Primavera Digital, te agradezco el
tiempo que me has concedido y la amabilidad que has tenido de
responderme las preguntas que te formulé. Deseo una vez más reiterarte
mi respeto y sincera consideración a tu persona y al equipo que durante
todos estos años te ha acompañado en esa meritoria labor de informar al
pueblo lo que el gobierno le niega. Que Dios los bendiga a todos, y
especialmente a ti, mi querido y respetado Dagoberto.
Para Cuba actualidad: ramsetghandi@yahoo.com
Source: ""Somos una única nación en la Isla y en la Diáspora" (Dagoberto
Valdés) | Cuba noticias actualidad.Periodismo independiente." -
http://www.primaveradigital.org/primavera/politica/184-a--d/9431-qsomos-una-unica-nacion-en-la-isla-y-en-la-diasporaq-dagoberto-valdes.html
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