29-07-2011.
Elías Amor Bravo
Economista ULC
(www.miscelaneasdecuba.net).- Los artículos que se publican en el diario 
oficial comunista GRANMA sobre la situación de la economía castrista 
proporcionan una valiosa información para comprender por qué aquella 
economía no funciona, es incapaz de atender las necesidades sociales y 
se encuentra inmersa en una crisis estructural por el empeño ciego de 
las autoridades de mantener el socialismo, como si esta ideología no 
hubiera causado suficiente daño a la sociedad durante medio siglo.
La carrera de obstáculos que el sistema de planificación central y 
ausencia de derechos de propiedad genera en la actividad económica en la 
Isla supone la pérdida de numerosas oportunidades, el aumento de la 
ineficiencia y la pesada losa de las necesidades financieras de muchas 
empresas estatales que hacen imposible la reducción del déficit público, 
tal y como persiguen las autoridades.
Esto es lo que se desprende un artículo elaborado por Germán Veloz con 
el título "Las coordinaciones entre empresas son decisivas", en el que 
se analiza la situación de la empresa Cerámica Blanca de Holguín, 
perteneciente al Grupo Empresarial estatal de la Industria de la 
Construcción.
En dicho trabajo se expuso cómo la entidad afrontó el incumplimiento del 
plan de ventas, al parecer un fenómeno bastante extendido en el sector 
productivo planificado de la economía castrista. La razón ofrecida por 
un responsable de la empresa para ese incumplimiento se encontraba en el 
exterior de la empresa, y obedecía a que "varios organismos no 
desagregaron a tiempo las cifras asignadas y no indicaron los 
destinatarios específicos".
A resultas de divulgar esta información en Granma, la empresa en los 
días posteriores comenzó a recibir numerosas "llamadas de clientes 
interesados en precisar cantidades de productos a extraer, destinos y 
fechas de las operaciones correspondientes".
Lección número 1. La transparencia. En el ámbito empresarial privado, 
donde los precios reflejan las decisiones de oferta y demanda de los 
productores y los consumidores, los comportamientos de las empresas se 
ajustan a la información de los precios, sin necesidad de planificador 
alguno. Los errores del modelo de economía de mercado se corrigen con 
descensos de precios, cuando la oferta supera a la demanda, o con 
aumentos de precios, en caso contrario.
En suma, no se precisa intervención planificadora alguna. Los agentes 
reaccionan a las señales informativas de los precios ajustando al 
equilibrio los mercados.
En la economía castrista, los incumplimientos de las empresas 
planificadas por su propietario, el estado, se corrigen con las noticias 
publicadas en Granma. Al parecer, tal y como se advierte en el artículo, 
"la situación de la empresa cambió a partir de entonces. Al concluir los 
primeros quince días de julio en el almacén de la Planta de Azulejos 
solo había 7.200 metros cuadrados, mientras que al cierre de mayo 
38.162, equivalentes a más de 365.000 necesarios para pagar a los 
trabajadores y hacer otras operaciones"
¿Qué les parece? Irreal, simple, absurdo, alejado de la realidad. 
Desconozco cómo calificar este supuesto que podría ser incorporado a los 
manuales de las escuelas de negocios más importantes del mundo como un 
ejercicio simpático y risueño. Sin embargo, por desgracia, es el día a 
día de la economía castrista. La misma que Machado Ventura dice que se 
tiene que gobernar con "orden, disciplina y exigencia" como señaló en su 
discurso del 26 de Julio en Villa Clara.
La consecuencia inmediata que obtiene el articulista de Granma, después 
de realizar varias verificaciones en la Planta de Muebles Sanitarios 
para conmprobar el normal desarrollo del ciclo 
producción-comercialización es que "no hay razones para que los 
organismos tarden en desagregar sus asignaciones porque el Ministerio de 
Economía y Planificación se las da a conocer a tiempo", inmersos en una 
marejada de clientes que básicamente pertenecen al estado y las empresas 
estatales, controladas por el mismo planificador central de la economía.
La pregunta que surge de forma inmediata, para los que reconocemos 
carecer de conocimientos para comprender la ratonera que el castrismo ha 
creado en la economía cubana, es ¿para qué sirven entonces las 
coordinaciones entre empresas si el planificador central es el mismo en 
todo caso? ¿por qué son necesarias estas coordinaciones para hacer 
cumplir las obligaciones mutuas entre las entidades?. Tal vez, ¿no sería 
más razonable dejarse de tanta burocracia y dejar que el mercado ocupe 
su lugar en la economía?
Pues parece que no. La economía castrista insiste en resolver los 
problemas derivados de la planificación central con más planificación  y 
control, y para ello, "se puntualizó todo lo relacionado con la 
desagregación y quedó definida mediante contrato la aplicación de la 
Resolución No. 2 del Ministerio de Economía y Planificación, que 
responsabiliza a quien genera la carga con la transportación hasta el 
lugar señalado previamente por el cliente".
Y al parecer, el problema parece haberse resuelto, implicando al MINAG 
en el transporte de la mercancía con viaje de retorno hacia provincias 
lejanas de Artemisa o Mayabeque que solicitan los productos, o la 
Agencia estatal de transporte que carece de vehículos para trasladar los 
productos sanitarios o azulejos en condiciones adecuadas, y un sinfín de 
gestiones cada una más complicada que la siguiente, que pone de 
manifiesto la difícil actuación económica en el castrismo, donde el 
comportamiento de los agentes se encuentra absolutamente controlado por 
las autoridades.
El articulista termina auto felicitándose por el éxito de la empresa 
holguinera gracias a la denuncia en Granma de las "deficiencias 
detectadas". Es esa nueva doctrina del manual del buen revolucionario 
que circula por la Isla de que todo, absolutamente todo, se puede 
cuestionar, excepto el comandante en jefe y el modelo político. La 
pregunta es, ¿no son ellos los responsables de todo el desastre?
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=33095
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