Libertad académica vs. exilio "vertical"
El ambiente hostil a la libertad de expresión, creado como lógica
excepcional en Miami, no es exportable al resto de Estados Unidos
María Isabel Alfonso, Nueva York | 08/02/2011
La reciente Carta Abierta de protesta por la presentación de Miguel
Barnet en el Bildner Center de City University of New York (CUNY), hoy
martes 8 de febrero, da fe de que el exilio radical puede apelar a
métodos más moderados. Es un documento que, a pesar de sus trasnochadas
demandas, demuestra que el ala recalcitrante de la derecha cubana puede
darse aires democráticos. Contrasta con las provocaciones y la grosería
de la que algunos de sus suscriptores hicieron gala durante el concierto
de Silvio Rodríguez en el Carnegie Hall, cuando gritaron obscenidades
contra el cantautor e insultaron por igual a adultos y niños asistentes
al concierto, llamándolos "cómplices de la dictadura."
Es mejor sin dudas que manden cartas a que rompan discos o griten
insultos. Sin embargo la misiva, que tuvo pronta acogida por Diario de
Cuba (el cual ignoró la de los académicos en protesta por el homenaje a
Orlando Bosch, auspiciado por la Universidad de Miami, y que contó con
firmas como la de Noam Chosmky y otros prestigiosos intelectuales),
exhibe, por otra parte, los atolladeros de la plataforma del ya
minoritario exilio "vertical".
La carta de marras exhibe un preocupante desconocimiento de los
principios de libertad académica, tal como fueron establecidos desde
hace más de medio siglo por la Association of American Colleges ("1940
Statement of Principles on Academic Freedom and Tenure"), cuyas bases
son "la libre búsqueda y exposición de la verdad, y no los intereses
particulares de un individuo o institución".
(http://www.aaup.org/AAUP/pubsres/policydocs/contents/1940statement.htm)
Desestiman también la ley de "Academic Freedom and Educational
Responsibility" de la AACU (2006) sobre la diversidad intelectual, el
pensamiento crítico y la formación de juicios a partir de la evaluación
de puntos de vista opuestos. El documento explica que es objetivo de la
academia desmontar visiones en blanco y negro y promover una tercera
alternativa, lo cual sólo se logra exponiendo a los educandos a la
revisión cuidadosa de asunciones, argumentos y evidencias, provenientes
de diferentes visiones del mundo.
(http://www.aacu.org/about/statements/academic_freedom.cfm)
Son estos los principios que calzan el incuestionable prestigio de CUNY,
institución que hoy da acogida a Miguel Barnet. También los de la
Universidad de Harvard, donde fue presentado el mes pasado en la
conferencia "Black in Latin America", por el prestigioso académico Henry
Louis Gates Jr.
Digna de encomio es la labor de Mauricio Font, director del Bildner,
quien es también el coordinador de conferencias y seminarios sobre Cuba
auspiciados por dicho instituto, los cuales se han caracterizado por
abordar áreas escabrosas de la realidad cubana como la economía, la
política, la cultura, sociedad civil, transición, raza, género, y la
blogosfera dentro y fuera de la Isla, entre otros, desde un espíritu
pluralista. Una nueva edición de una de estas conferencias tendrá lugar
del 31 de marzo al 2 de abril de este año (http://www.cubasymposium.org/).
El Bildner y el Graduate Center de CUNY cuentan con una variada lista de
habituales. Paquito de Rivera, acérrimo crítico del Gobierno cubano, ha
sido más de una vez su invitado de honor. En mayo pasado ofreció allí el
concierto titulado "Concerts and Conversations: Paquito de Rivera." Fue
también el Graduate Center, contra quien hoy se dirigen estos
detractores, la institución que concedió el título honorario de "Doctor
en Artes Musicales" al legendario saxofonista, el pasado 2 de junio. ¿De
qué se quejan entonces los "verticales", si el "Programa Cuba", dirigido
por Font, nunca ha homenajeado a figuras de izquierda o de centro, como
el propio Barnet, Nancy Morejón, o a talentos como Silvio Rodríguez,
quien llenó por cuatro noches el Carnegie Hall de Nueva York? ¿De dónde
habrá salido la lógica absurda de pedir que en el ambiente académico o
de la literatura y el arte se establezcan cuotas ideológicas?
A pesar de esta tradición de pluralidad inclusiva de CUNY, las Brigadas
de Respuesta Rápida del exilio "vertical" en New York han movilizado ya
a sus acólitos, quienes abogan por la libertad de expresión en Cuba,
pero pretenden poner cotos a la que ejercen el Graduate Center y el
Bildner. José Manuel Prieto, reconocido profesor de la Universidad
Seaton Hall (New Jersey) y autor de textos como Livadia (1998), El
Tartamudo y la rusa (2002), y Enciclopedia de una vida en Rusia (2003),
es blanco también de los ataques, por ser el moderador de la
presentación de Barnet. Prieto es el prologuista de La vida real: A True
Story of a Cuban in New York, texto que motiva la presencia de Barnet en
los predios de CUNY.
Si los detractores de Barnet tomaron como punto de partida la carta de
protesta de los académicos a Donna Shalala, por el homenaje rendido en
la Universidad de Miami a Orlando Bosch
(http://todoscontraelterrorismo.blogspot.com/), lo entendieron todo al
revés. No fue la presencia de Bosch en dicha institución lo que generó
la protesta. Es "rendir honores a un terrorista, presentándolo como
modelo para una comunidad, (lo que) atenta contra los principios básicos
de la academia." Bosch hubiera podido incluso ser invitado por cualquier
departamento de esa institución, de acuerdo con los principios de
libertad académica. Invitado, no homenajeado.
Barnet no ha sido convicto por terrorismo por el Departamento de
Justicia de los Estados Unidos. Tampoco llega, como implica la carta, en
representación del Gobierno cubano. Viene como autor de un libro, que
quizás formará parte de los currículos de los departamentos de español,
tal como ha sido el caso de su Biografía de un cimarrón, convertido ya
en un clásico dentro de la academia norteamericana.
Entre los suscriptores del documento se encuentra Enrique del Risco,
profesor adjunto de New York University. Por surrealista que parezca, ya
se tiene como lugar común que Vigilia Mambisa rompa discos a martillazos
o con una aplanadora alquilada, en las calles de Miami. Pero
desconcierta que el profesor de una universidad norteamericana,
camuflado tras un presunto lenguaje académico, exhiba un desconocimiento
total de los parámetros que rigen la institución a la que pertenece.
El exilio cubano de derecha tiene derecho a expresar su oposición al
intercambio académico. Sin embargo, es hora de que entiendan que el
ambiente hostil a la libertad de expresión de puntos de vista diferentes
a los suyos, creado como lógica excepcional en Miami, no es exportable
al resto de Estados Unidos. Incluso allí, gracias a la resistencia de
muchos jóvenes nacidos aquí o llegados desde Cuba, y a los miles de
exiliados decentes y verdaderamente democráticos, la intolerancia
política está perdiendo terreno.
No es ni en Nueva York ni contra los que consideran intelectuales non
gratos, llámense Miguel Barnet o José Manuel Prieto, que los radicales
deberían ejercer su "verticalidad". Si su posición es la del machete
frente al diálogo, es en Cuba donde deberían desplegarla, en lugar de
querer cerrar filas contra la academia, parapetados tras la engañosa
diplomacia de sus cartas. Los anticomunistas no democráticos y sus
nuevos aliados, la derecha ex comunista (que quiere reproducir en este
país los mismos estándares totalitarios de exclusión con los que
operaron en la Isla cuando eran partidarios del Gobierno) deberían
ubicarse en que en Estados Unidos, especialmente en sus universidades,
no es admisible la discriminación de ningún punto de vista.
María Isabel Alfonso tiene un doctorado en Literatura y es profesora del
Departamento de Lenguas Modernas del St. Joseph's College de Nueva York.
http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/libertad-academica-vs-exilio-vertical-255341
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