10 de febrero de 2011

Hasta que se vayan "los viejitos"

Hasta que se vayan "los viejitos"
Thursday, February 10, 2011 | Por Adolfo Pablo Borraza

LA HABANA, Cuba, febrero (www.cubanet.org) – Ernesto quiere hacer feliz
a su esposa el 14 de febrero. Quisiera tener dinero para comprarle un
regalo. Pero mi amigo tiene un serio problema: trabajaba como camillero
en el hospital Calixto García, y acaba de ser cesanteado.

Ahora mantiene una lucha interna sobre si compra o no un regalo para su
amada. Sabe que no puede darse el lujo de tirar por la ventana lo poco
que tiene. Luz María, su mujer, también enfrenta el mismo dilema.

Luz María y Ernesto, dos jóvenes casados hace dos años, pasan por un
momento crítico: ambos han sido cesanteados, o "reordenados", que suena
mejor, pero es igual. Quieren celebrar el día de San Valentín, pero todo
indica que, con su situación, tendrán que quedarse tranquilitos, en casa
y sin regalos.

En la mayoría de los lugares a los que quisieran ir ese día tendrían que
pagar en moneda convertible. Los peores, donde podrían pagar en moneda
nacional, también tienen precios astronómicos. Pensaron rentar una
habitación por un día en una casa, para tener una noche de amor y
privacidad, ya que viven hacinados con toda la familia en casa de la
madre de Luz, pero ni pensarlo. Tres horas de alquiler cuestan 5 CUC, y
un día completo de amor, 40. Mil pesos en moneda nacional por una noche
de privacidad; algo que no ganaban los dos juntos en un mes, cuando
tenían trabajo.

Un amigo les aconsejó que se regalaran postales con versos de amor, de
esas que que venden los cuentapropistas. Las postales valen 10 pesos
cubanos y parece ser lo único al alcance de sus bolsillos. Desanimado,
Ernesto me confesó: "A partir de ahora tendré que regalarle un postalita
todos los años. Sé que es hermoso y espiritual, pero me gustaría poder
comprarle algo mejor, para hacerla feliz".

Sin esperanzas aquí, Ernesto y Luz sueñan con irse a otra parte, donde
puedan vivir una vida diferente y, al menos intercambiarse regalitos
decentes el día de los enamorados. Ante la falta de alternativas para
escapar juntos, se les ha ocurrido la radical idea de divorciarse y
casarse ambos con extranjeros, que los lleven a otras tierras, para
reunirse fuera de Cuba. Aunque la familia los critica, y a pesar de las
dificultades para entrar a internet, han logrado inscribirse en varios
sitios digitales para buscar pareja.

"Lo único que quiero es trabajar y ganar dinero para darle a mi mujer lo
que se merece, aunque para lograrlo tenga que compartirla con otro
hombre" –me dijo Ernesto cuando le expliqué que me parecía muy drástica
la decisión que tomaron.

Después de tantos años de miseria comunista, sin esperanza de cambios,
la mayoría de los jóvenes cubanos sólo sueña con huir a donde puedan ser
un poco felices y tener una vida normal. Los jóvenes parecen pensar:
Mientras no se vayan ellos, "los viejitos", tendremos que irnos nosotros.

adolfo_pablo@yahoo.com

http://www.cubanet.org/articulos/hasta-que-se-vayan-%e2%80%9clos-viejitos%e2%80%9d/

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