7 de mayo de 2010

La cubanización de Venezuela

Publicado el sábado, 05.08.10
La cubanización de Venezuela
By ADOLFO RIVERO CARO

Es importante comprender exactamente que significa la llamada
``cubanización'' de Venezuela. Es un proceso por el que los mismos
cubanos pasaron. Se trata del establecimiento del estado totalitario. El
papel que están jugando los cubanos en Venezuela es el mismo que los
soviéticos jugaron en Cuba. Tras el triunfo de la revolución en 1959,
Castro tenía el control absoluto de Cuba puesto que el ejército nacional
había sido prácticamente disuelto y sustituido por los mandos
castristas. Y el ejército, por supuesto, es la columna vertebral de la
república. Todos los sofisticados mecanismos de la democracia dependen
del aparato que los protege, y ese aparato es el ejército.

Ahora bien, el estado es un vasto organismo de gran complejidad y, en
los países democráticos, diseñado para defender las libertades
individuales, la esencia misma del sistema. Fue por eso que, a partir de
fines de los años 60, Castro recurrió a un verdadero ejército civil de
funcionarios soviéticos para que lo ayudaran a construir un nuevo tipo
de estado: un estado totalitario, donde todas las libertades
individuales estuvieran subordinadas al estado y al gobierno. Y eso es,
fundamentalmente, lo que están haciendo los cubanos en Venezuela.
Actualmente, funcionarios cubanos ocupan altos cargos en las fuerzas
armadas, el Ministerio de Defensa, Interior y Justicia. Hay cubanos en
los servicios de inteligencia nacional venezolana y en la policía
nacional de reciente creación. Pero, además, funcionarios cubanos ocupan
puestos claves en los registros nacionales del país, en el Seniat
(impuestos), Onidex (identidad nacional, pasaporte y control de la
migración), Pdvsa, Cantv y Corpoelec.

Chávez inclusive quiere copiar el modelo cubano de total reorganización
administrativa, pretende eliminar los gobiernos municipales y regionales
(electos) y sustituirlos por nuevas entidades ``bolivarianas'' que
estarían controladas por una comisión central presidida por Chávez. Con
el mismo objetivo está pensando suprimir los actuales límites
territoriales entre los estados y crear nuevos estados con nuevos
nombres, lo mismo que hizo Castro con las provincias cubanas.

La misión fundamental de los cubanos, por supuesto, es conseguir el
control absoluto de las fuerzas armadas. A los ojos de Fidel Castro, el
principal problema de Chávez es que no puede confiar en sus fuerzas
armadas puesto que, en lo fundamental, estas siguen siendo las mismas de
la república democrática venezolana. Apoyado en sus enormes recursos
financieros, Chávez ha comprado los mandos, los ha sobornado y los ha
llenado de prebendas pero nunca puede considerarlos totalmente suyos
porque todos existían antes de él y pudieran seguir existiendo después
de él. Por otra parte, son unas fuerzas armadas permeadas, de arriba
abajo, por el espíritu democrático y liberal de la república. En última
instancia, eso es inadmisible. A lo que Castro y Chávez aspiran es a un
sistema donde el dictador pueda tomar al militar más prestigioso del
país como era el general Arnaldo Ochoa, Héroe de la República de Cuba, y
fusilarlo sin que nadie se atreva a objetar. Sería suicida para los
militares venezolanos olvidar que ese es el modelo de Chávez.

Chávez cree tener comprado al gobierno cubano porque desde el año 2000
le ha estado dando a Cuba unos $5,000 millones al año en petróleo además
de dinero en efectivo, en conjunto alrededor de $50,000 millones en
recursos del pueblo venezolano. En esto se equivoca profundamente. Los
Castro no se consideran deudores de Chávez, todo lo contrario, piensan
que es Chávez el que tiene que agradecerles poder mantenerse en el
poder. Y no sólo eso. Es perfectamente posible que los cubanos puedan
llegar a tener el verdadero control del país y, por extraño y paradójico
que parezca, convertir a Venezuela es una especie de semicolonia cubana
donde todas las decisiones realmente importantes se tomen en La Habana.
El que considere irrisoria esta afirmación no comprende a Castro ni la
magnitud de su ambición. No es por gusto que Ramiro Valdés, el tercer
hombre de la revolución cubana, se ha establecido en Venezuela.

n su desprecio real por el pueblo venezolano, Chávez ha convertido a
Venezuela en un importante aliado de la teocracia iraní. Es increíble.
El pueblo venezolano es cristiano y católico. ¿Qué posible afinidad
pudiera tener con una dictadura extremista musulmana donde las mujeres
son ciudadanas de tercera categoría? Un país violentamente antisemita,
que dice querer barrer a Israel de la faz de la Tierra y que se ha
embarcado en un programa de fabricación de armas nucleares rechazado, de
plano, no sólo por Estados Unidos sino por Inglaterra, Francia,
Alemania, Italia, toda la Unión Europea y la gran mayoría de las
naciones del mundo.

El pueblo cubano no podía luchar contra la invasión soviética porque ya
se había instalado la dictadura y no tenía forma de hacerlo. Los
venezolanos tienen muchas más posibilidades. Puede arrancarle,
inclusive, el total control del Congreso que, en un colosal error
político, le entregaron en bandeja de plata. Es una posibilidad
totalmente real pero que exige una gran concentración de recursos y
esfuerzos. Los venezolanos pueden hacerlo. La alternativa es aceptar la
dictadura y perder el país para siempre.

www.neoliberalismo.com

http://www.elnuevoherald.com/2010/05/08/v-fullstory/714397/adolfo-rivero-caro-la-cubanizacion.html

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