27 de mayo de 2010

Castro traslada a un preso político a un psiquiátrico

El régimen excarcela a un torturado como «gesto de buena voluntad»

Castro traslada a un preso político a un psiquiátrico
26 Mayo 10 - Ana Núñez Geldres

Fariñas afirma que el Gobierno se ve obligado a tomar esas medidas
porque está perdiendo el respaldo de la población

MADRID- Antonio Villarreal Acosta, uno de los presos políticos de la
llamada Primavera Negra, fue sacado del correccional de Motembo, en
Villa Clara, e internado en un hospital psiquiátrico de esa misma
provincia cubana. Villarreal se convierte, así, en el primer opositor
encarcelado que es trasladado a un centro de salud por el Gobierno tras
las negociaciones que sostuvo el jueves pasado con la Iglesia, aunque en
la disidencia no dejan de preguntarse si su traslado no significará
simplemente que cambie el lugar donde recibe las torturas.

Lizet Zamora, portavoz de Guillermo Fariñas, es una de las personas que
se hace esa pregunta. A través de una conversación telefónica, cuenta a
LA RAZÓN la lamentable situación que viven los internos del Centro
Psiquiátrico de Villa Clara, «un lugar a donde el régimen lleva a todos
los indigentes que recoge en las calles para evitar que se sepa que en
Cuba'la revolucionaria' también hay pobres».

«No sé qué piense la familia sobre el traslado, pero, personalmente, me
mantrendría escéptica porque sabemos de las torturas que reciben los
internos de esos hospitales psiquiátricos. Incluso se sabe de muchas
muertes. Yo no estoy segura de que con este traslado mejore la situación
que vivía Villarreal en la cárcel», dice.

Entretanto, Fariñas, el periodista y disidente político que lleva más de
90 días en huelga de hambre, prefiere darle el beneficio de la duda al
Gobierno. «Más allá de que el régimen esconda a los indigentes del país
en esos centros, debo decir que Villarreal tenía padecimientos
psiquiátricos y que en ese hospital de Villa Clara dan el tratamiento
que él requiere. Así que hay que esperar a ver qué pasa», comentó a este
diario.

Las razones del cuadro psiquiátrico que sufre el primer prisionero
político trasladado por el régimen también las explica Fariñas: «No se
trata simplemente de la dura situación carcelaria. Yo ya he contado
sobre las torturas físicas y psicológicas por las que tenemos que pasar
los opositores en las cárceles, donde los presos son brutalmente
golpeados si se niegan a que sus esposas o sus hijas tengan relaciones
sexuales con los guardias», cuenta.

Sobre los motivos del Gobierno para dar «gestos de buena voluntad» para
dar una solución a la situación que vive la disidencia, el opositor en
huelga de hambre afirma que se trata de una forma en la que el régimen
castrista trata de enfrentar la pérdida de apoyo que ha comenzado a
tener en sectores de la población que eran simpatizantes del Partido
Comunista de Cuba.

«El Gobierno está pasando por un momento complicado, porque ahora no
sólo tiene que enfrentar la crisis económica, sino también la política
–generada por los escándalos de corrupción–, y la ocasionada por el
descrédito en materia de derechos humanos no sólo a nivel internacional,
sino en la población, que cuestiona que el régimen haya dejado morir a
Orlando Zapata, quien, más allá de ser un opositor, también es parte del
pueblo», explica.
Según Guillermo Fariñas, existe información de que esta semana se
realizaría un nuevo encuentro entre el Gobierno cubano y los
representantes de la Iglesia católica para hablar «sobre liberaciones y
excarcelaciones». Como él mismo dijo, habrá que esperar a ver qué pasa.


La tristeza de ser un preso político
- Economista de profesión, Antonio Augusto Villarreal Acosta es quizás
el preso político cubano más afectado emocionalmente por la situación
que ha vivido en las cárceles. En los más de siete años en los que se le
ha restringido su libertad, no sólo ha padecido graves cuadros de
incontinencia urinaria e hipertensión, sino que ha sido abatido
innumerables veces por el dolor que le ocasionaba su situación y que
frecuentemente le quebraron en su celda, primero en el centro
penitenciario de Boniático y, luego, en la cárcel de Villa Clara.
- La pena de Villarreal lo ha ido consumiendo en todos estos años.
Cuando fue detenido en marzo de 2003, acusado de violar la Ley 88 (ley
mordaza), pesaba más de 80 kilos y ahora apenas si llega a los 60. Ya en
agosto de 2008, el Consejo de Relatores de Derechos Humanos de Cuba
pidió a la comunidad internacional «una acción urgente» por su vida, por
su lamentable condición emocional.

http://www.larazon.es/noticia/2272-castro-traslada-a-un-preso-politico-a-un-psiquiatrico

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