Uno de los huelguistas es el preso Darsi Ferrer, premiado en Estados Unidos
FERNANDO GARCÍA | La Habana. Corresponsal | 31/03/2010 | Actualizada a 
las 08:09h | Internacional
La disidencia cubana sube la apuesta con otras dos huelgas de hambre. 
Uno de los que protestan es el preso de conciencia Darsi Ferer, médico 
de 40 años a quien el Departamento de Estado de EE.UU. concedió hace una 
semana la mención honorífica del Galardón Defensores de la Libertad 
2009. El otro es el opositor Franklin Pelegrino del Toro, que al igual 
que el psicólogo y periodista Guillermo Fariñas mantiene el ayuno en su 
propia casa, en la localidad oriental de Cacocúm (provincia de Holguín).
Ferrer inició su huelga el 20 de marzo y Pelegrino la emprendió hace un 
mes, pero fue ayer cuando ambos plantes obtuvieron el reconocimiento 
oficioso que en estos casos otorga la ilegal pero tolerada Comisión 
Cubana por los Derechos Humanos y la Reconciliación Nacional.
Darsi Ferrer está recluido en la prisión de máxima seguridad de Valle 
Grande (afueras de La Habana) desde el 21 de julio pasado. Cuatro 
policías lo detuvieron ese día por "receptación" o depósito de material 
de obra robado, delito que aquí se castiga con penas de entre tres meses 
y un año de cárcel. Después le imputaron también "atentado con violencia 
e intimidación" contra agentes del Estado (uno a cinco años); según 
testigos, Ferrer gritó al ser detenido: "Se está cometiendo una 
injusticia. Tarde o temprano las cosas ya van a cambiar en Cuba y esto 
no volverá a pasar".
La organización Amnistía Internacional (AI), que acaba de incluir a 
Ferrer en su lista de presos de conciencia, sostiene que los cargos de 
receptación y resistencia violenta fueron sólo un pretexto para acallar 
sus reiteradas críticas, protestas públicas y llamamientos a 
manifestarse en demanda de más libertad y justicia en Cuba. El médico, 
director del Centro de Salud y Derechos Humanos Juan Zayas, alegó además 
que los materiales de construcción de los que la policía se incautó en 
su domicilio llevaban en su patio varios meses a la vista de todo el 
mundo y se los había proporcionado un colega que se había marchado de la 
isla.
Doce días antes de su encarcelamiento, Ferrer había convocado una marcha 
por el malecón de La Habana bajo el lema "El paseo de tus sueños": una 
invitación a "trabajar por una Cuba mejor y sin represión". Pero unas 
horas antes, según relato escrito de Amnistía Internacional, siete 
policías se presentaron en su casa para hacer un registro. El doctor y 
su esposa exigieron ver la orden. Los agentes replicaron que estaba 
pendiente de una firma y se los llevaron a los dos a una comisaría donde 
los interrogaron durante horas. "Ferrer fue esposado y golpeado por más 
de ocho uniformados, uno de los cuales intentó estrangularlo", asegura 
AI en su documento. La pareja quedó libre sin cargos en torno a la media 
noche.
Ferrer había sido objeto de varias detenciones y "actos de repudio" de 
partidarios del castrismo en ocasiones anteriores. Hoy está considerado 
como uno de los disidentes cubanos más importantes, y más desde que 
Washington premió el pasado día 23 su "coraje en la defensa de los 
derechos humanos", según dijo el portavoz del Departamento de Estado, 
Philip Crowley, al distinguirlo como único activista del hemisferio 
occidental que este año recibe la mención honorífica del Galardón 
Defensores de la Libertad.
Ferrer se declaró en huelga de hambre para protestar por la violación de 
su derecho al debido proceso, ya que, según la Comisión de Derechos 
Humanos, permanece en prisión desde hace 8 meses "sin juicio ni cargos 
formales". También se queja de una "mala atención" médica a sus 
problemas bucales. Su esposa, Yusnaimi Jorge Soca, aseguró el domingo 
que su marido se había desmayado, se encontraba débil y había perdido 
casi cinco kilos.
El también defensor de los derechos humanos Franklin Pelegrino empezó su 
ayuno hace 31 días en apoyo del disidente Guillermo Fariñas, que a su 
vez lo había iniciado el 24 de febrero para protestar por la muerte del 
preso político Orlando Zapata tras 86 días sin comer nada.
 
 
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