Danza Contemporána de Cuba: despejando dudas
Este fin de semana la compañía regresó a las tablas del Gran Teatro de
La Habana
Domingo, julio 31, 2016 | Ana León
LA HABANA, Cuba.- Este fin de semana, Danza Contemporánea de Cuba
regresó a las tablas de la sala García Lorca del Gran Teatro de La
Habana Alicia Alonso, con la puesta en escena de tres obras muy diversas
en cuanto a temática y composición. "DCCrama", "Reversible" y "Las
paredes se van" conformaron un tríptico de impecable factura, ejecutado
por jóvenes bailarines cuyo talento y rigor técnico apaciguaron el
espíritu de quienes hace un par de meses quedaron muy alarmados por la
mudanza de varios intérpretes de Danza Contemporánea hacia la compañía
Acosta Danza, recién fundada por Carlos Acosta, primerísima figura del
ballet clásico.
La obra "DCCrama", creada por el bailarín Norge Cedeño, es un prodigio
de expresión corporal. Dinámica y muy bien sincronizada, se apoya en la
expresividad de una música cargada de disonancias, la sencillez del
vestuario y la poderosa ejecución de los bailarines. La unidad
coreográfica se fragmenta en escena con el fin de individualizar varios
cuadros en acciones diferentes, que mantienen en jaque el intelecto de
los espectadores. "DCCrama" es justo lo que se espera de la danza
contemporánea, donde tensión y (des) equilibrio son premisas.
De la coreógrafa colombiano-belga Annabelle López Ochoa es la pieza
titulada "Reversible", excelente intermezzo pletórico de juego y
sensualidad que ampara todas las variantes posibles del amor. Una obra
diferente por la música que la acompaña, el modo en que a través de la
danza se recrean los códigos de seducción que a diario despliegan
hombres y mujeres, el intenso dramatismo implícito en las relaciones
humanas, y el casto lirismo que, desde el discurso de género y la
singular expresividad de la danza contemporánea, aporta el desnudo de
las bailarinas.
Para cerrar la noche del viernes, un estreno mundial. "Las paredes se
van", coreografía de Julio César Iglesias, representa la más sólida
acepción de lo contemporáneo como instante vital; no solo por el
lenguaje danzario que propone la obra; sino por el contenido plegado,
casi en su totalidad, a la caótica realidad que atraviesa el género
humano. Todo en esta composición tributa al sobrecogimiento, la soledad,
la violencia. Tras haber ejecutado dos piezas de elevada exigencia, los
bailarines de Danza Contemporánea llevaron sus cuerpos al límite del
agotamiento físico y psicológico en esta última trama donde cada uno
parecía estar defendiendo su vida y su espacio. Un brillante despliegue
técnico para una obra cerebral, pendiente del pálpito de la muerte. Tal
vez fuera demasiada tragedia para el cierre; tal vez justo lo que se
necesita para refrendar, desde el contexto global, el nombre de esta
compañía que posee una maravillosa reserva de talento artístico.
Exagerados fueron los nefastos augurios y lutos prematuros. No es menos
cierto que a Acosta Danza se fueron bailarines de excelencia; pero a
juzgar por lo apreciado la noche del viernes, el elenco dirigido por
Miguel Iglesias tiene el potencial necesario para brillar dentro y fuera
de Cuba. La impecable técnica de estos jóvenes intérpretes, unida a una
mayor expresividad que solo se adquiere con el oficio, los conducirá
inexorablemente por el sendero de la perfección.
Source: Danza Contemporána de Cuba: despejando dudas | Cubanet -
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