Catarsis sin compromisos
Son pocos los que se atreven a ir más allá de la crítica pasajera en una
esquina o en la cola del pan
Lunes, mayo 23, 2016 | Jorge Olivera Castillo
LA HABANA, Cuba.- Hacer oposición o algún tipo de activismo opuesto a
las directrices de las instituciones oficiales en Cuba sigue siendo un
asunto marginal en términos cuantitativos. Comparativamente, son pocos
los que se atreven a ir más allá de la crítica pasajera en una esquina o
en la cola del pan.
Cierto es que estas escenas catárticas ocurren a menudo, y también que
sus protagonistas no lo piensan dos veces para matizar su discurso en el
caso de que aparezcan réplicas a favor de Fidel, la revolución y la
continuidad del socialismo. Al final, el apoyo obtenido por sus
opiniones contrarias al statu quo se desvanecen ante las posibilidades
de terminar en una estación policial con una advertencia, aparte de la
inclusión en las listas de desafectos al sistema.
Por eso, ai al manifestarse espontáneamente se corren tales riesgos, el
alistamiento en cualquiera de las organizaciones contestatarias es un
hecho con muy bajas probabilidades de materializarse.
No es menos cierto que en la actualidad el número de acciones
prodemocráticas son mayores que en épocas pasadas, sin embargo aún
permanecen lejos de convertirse en un catalizador de los cambios en las
estructuras económicas y políticas del modelo importado de la antigua
Unión Soviética.
Entrar a Estados unidos en una balsa o intentarlo a través de la
frontera sur de México describe una aspiración que echa por tierra las
oportunidades de que crezca de forma exponencial el número de activistas
dispuestos a enfrentar a la maquinaria represiva del régimen.
Las altas probabilidades de morir deshidratado, con los pulmones llenos
de agua o engullido por alguna fiera en los boscosos parajes
centroamericanos son desestimadas a diario por jóvenes y adultos; pero
el escape es la meta a conseguir a toda costa. La lucha por la
reivindicación de derechos universales es una alternativa a valorar sólo
con el ceño fruncido y la rotunda franqueza del "¿tú estás loco?"
Parecen ilógicas las preferencias por la muerte en las fauces de un
tiburón a tenor de una malograda fuga que padecer el enclaustramiento en
una celda, llena de sombras y mosquitos a raíz de cualquier desliz
antigubernamental.
¿No es más dramático morir de sed o destrozado por un puma en la
espesura de las selvas costarricenses que enfrentarse a una turba
parapolicial después de una tentativa de protesta para exigir la
libertad de los presos políticos, el alza de los salarios o la solución
de los graves problemas habitacionales?
Entender el comportamiento de la inmensa mayoría de los cubanos frente a
los mecanismos de terror que la dictadura emplea a sus antojos no es tan
complicado como parece. La evasión puede que tenga éxito en cuestión de
días o semanas. El enfrentamiento con las huestes del totalitarismo no
tiene un fin previsible y el abanico de consecuencias es ilimitado.
Suficiente para que la pasividad se haya enquistado en el tejido social
y los focos de resistencia estén imposibilitados de elevar su perfil
hasta la articulación de una masa crítica.
No fue por gusto que nuestros envejecidos "salvadores" se encargaron de
eliminar por decreto la categoría de ciudadano. Desde entonces abundan
en el país los rehenes a la espera del rescate o del momento para salir
en estampida y legiones de zombis en los espaciosos laberintos de la
supervivencia y la resignación.
Lo peor de todo es que este diseño maquiavélico se prolonga sin que se
avizore un cambio de perspectivas a corto y mediano plazo. La luz al
final del túnel, que algunos se encargan de describir, podría ser una
ilusión óptica.
Lo más perceptible desde este apartamento ubicado en el segundo piso de
un viejo edificio de la Habana Vieja son los nubarrones que presagian
nuevas tormentas.
oliverajorge75@yahoo.com
Source: Catarsis sin compromisos | Cubanet -
https://www.cubanet.org/opiniones/catarsis-sin-compromisos/
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