Adiós a Jaime Ortega
DDC | Madrid | 27 Abr 2016 - 9:11 am.
Tan mal están las cosas en Cuba que cualquier noticia de renovación en
las cúpulas del país —aunque sea una jubilación a medias como la que se
anuncia para Jaime Ortega— es una buena noticia.
El cardenal Ortega fue arzobispo de La Habana desde 1981. A cambio de
ganar espacios para su iglesia, se congració tanto con el castrismo que
acabó siendo percibido como un miembro más del engranaje del régimen.
Bajo su liderazgo la Iglesia Católica buscó y logró recuperar presencia
social, lo cual no es ilícito. Sí lo es el haberlo hecho a costa de no
denunciar la crisis social, política y económica inducida por la
dictadura, la ausencia de libertades fundamentales, a cambio de negar la
existencia de presos políticos y de haber servido de vocero del régimen
en tribunas internacionales.
En estas tribunas, el cardenal puso en evidencia su desprecio clasista,
su falta de piedad y misericordia, de amor pastoral y de simpatía por el
prójimo, por "gente sin educación" o "delincuentes", como tildó a
ciudadanos cubanos que demandaban derechos. Ortega olvidó la
misericordia que Jesús mostró ante ladrones y prostitutas. Codearse con
los "príncipes" castristas lo hizo arrogante y lo llevó a desviarse del
camino al que jurara dedicarse.
Hizo de recadero del Ministerio del Interior cuando se trataba de enviar
al exilio a los prisioneros políticos de la Primavera Negra —permitió
así que el régimen no tuviera que sentarse a hablar directamente con los
grupos de la sociedad civil que en ese momento ejercían gran presión—, y
luego se dedicó a negar la existencia de esos mismos luchadores en Cuba.
Formó parte así de las campañas de prestidigitación del régimen:
desaparecer a gente y luego afirmar que esa gente no existe.
Por todo ello, aunque la causa de la democracia en Cuba no deba esperar
mucho del papa Francisco y las estrategias vaticanas, el hecho de que
Jaime Ortega haya salido de escena (al menos en parte) es ya un avance.
Source: Adiós a Jaime Ortega | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1461704390_21960.html
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