El ocaso de Fidel Castro, cada vez más ridículo
Senilidad, cinismo y odio irracional
Eugenio Yáñez, Miami | 31/03/2016 11:43 am
Apareció de nuevo, como el Halley. Pero, a diferencia del cometa, a
nadie le interesaba lo que pudiera traer.
Algunos consideran que su más reciente "artículo" prueba que todavía
manda en Cuba. Sin embargo, más bien demostraría lo contrario: que está
totalmente fuera del juego, y como su monumental ego no soporta no ser
centro de la atención mundial que se robaron durante unos días Barack
Obama y Raúl Castro, publica un incoherente mamotreto que salta de
Bonifacio Byrne a Bahía de Cochinos y de allí a Sudáfrica, y mezcla a
Martí, Maceo y Gómez con siniestros comunistas cubanos fallecidos,
justificaciones de su desastrosa política cuando era el Comandante y
supuestas ironías contra Obama, que no denotan sarcasmo, sino envidia
enfermiza y frustración.
El reciente intento del canciller cubano para exaltar las incongruencias
del tirano en retiro, más que expresar una política de gobierno pretende
tranquilizar a la caverna troglodita en la Isla y dar algo de lustre a
las babosadas del personaje.
Fidel Castro menciona supuestos "logros" obtenidos antes que naciera
Obama, pero no dice que un año después de nacer Obama puso al mundo al
borde de una guerra termonuclear por su irresponsabilidad de instalar
misiles nucleares en territorio cubano, sin consultar con nadie, y
pedirle al entonces dictador soviético —desde un seguro puesto de mando
subterráneo— lanzar un ataque nuclear preventivo contra EEUU. Ni que
mientras Obama asistía a escuelas primarias ya él enviaba guerrilleros a
todos los países de América Latina y a varios de África.
Texto incoherente: dice que Playa Girón (abril de 1961) se produjo
"apenas un año y tres meses después del Triunfo de la Revolución", que
ocurrió el primero de enero de 1959; o que la discriminación racial fue
barrida por la "revolución", cuando hasta nuestros días subsiste
desigualdad de acceso de negros y mulatos a cargos de dirección o
trabajos relacionados con el turismo o con acceso a moneda extranjera.
Tener dos personas de la raza negra, uno como presidente de la siempre
unánime e inútil Asamblea Nacional del Poder Popular, y otro como
vicepresidente del Consejo de Estado para asuntos sin importancia, es
solamente un intento de mostrarlos en una función étnico-decorativa como
"evidencia" del fin de una discriminación racial que la mayoría de la
población cubana no blanca, y parte de la blanca, considera que nunca se
eliminó ni mucho menos, lo que también Obama mencionó en su discurso.
El libelo Granma, órgano de propaganda del comité central del partido
comunista cubano —difícil llamarlo periódico— dijo al día siguiente de
la publicación del bodrio que había tenido "amplia repercusión en medios
de prensa de todo el mundo" y "colocó el nombre de Fidel entre las
principales tendencias en la red social Twitter". No dijo que muchas
veces fue destacando incoherencias, falsedades y ridículos expresados en
el texto.
Solamente alguien totalmente senil, cínico, y con un odio irracional
contra EEUU y contra el propio pueblo cubano, es capaz de publicar,
desvergonzadamente, después de más de medio siglo de privaciones,
racionamientos, miserias, escaseces, fracasos, megalomanía, planes
faraónicos, y represión de todo tipo, que "somos capaces de producir los
alimentos y las riquezas materiales que necesitamos con el esfuerzo y la
inteligencia de nuestro pueblo".
Quien destruyó totalmente la pujante industria azucarera cubana, la
próspera ganadería y la eficiente producción agrícola, con lo que
impidió que muchos cubanos nacidos después de 1959 hayan saboreado
alguna vez un bistec de palomilla, una rabirrubia, una cola de langosta,
una guanábana, un anón o una chirimoya, pretende que le crean cuando
dice que los cubanos pueden producir los alimentos y riquezas que
necesitan. Actualmente eso es imposible: los cubanos producirán los
alimentos y riquezas que necesitan, tras más de medio siglo de bloqueo
dictatorial implantado por el régimen, cuando los Castro y su pandilla
sean parte de una historia dejada atrás y no de un presente de pesadilla
que ha durado demasiado.
Cuando Fidel Castro dice que "no necesitamos que el imperio nos regale
nada", tergiversa las palabras del presidente de EEUU y los hechos.
Obama no ofreció regalar nada a los cubanos. Como la camarilla en el
poder tiene cómodamente resueltas sus necesidades, y además considera
que ellos mismos y solamente ellos son a la vez Cuba, la patria y la
revolución, alardean de no necesitar ni desear nada del "imperio",
aunque al mismo tiempo se desesperan por amasar y esconder los muchos
dólares de ese imperio que han acumulado de manera ilegal y corrupta
durante tantos años.
Algunos entienden que este bodrio de Fidel Castro es una señal al
próximo congreso del partido a mediados de abril. Pero en realidad el
congreso del partido nunca ha aprobado nada que no fuera lo que los
Castro habían decidido de antemano. Los delegados al congreso, igual que
los diputados en la Asamblea Nacional del Poder Popular, levantarán
mansamente sus brazos para aprobar lo que les ordenen que aprueben,
aunque no sepan ni de qué se trata.
Obama en Cuba enterró públicamente el hacha de la guerra y habló sobre
el futuro. Fidel Castro, desde un lejano puesto de mando —como siempre—
quiere que sigan sonando los tambores de la guerra y continuar hablando
del pasado.
Esa es la verdadera diferencia. El resto es charlatanería incoherente de
un casi nonagenario decadente cargado de cinismo, odios, rencores,
envidias y frustraciones.
Afortunadamente para los cubanos, ya nadie le hace caso.
Source: El ocaso de Fidel Castro, cada vez más ridículo - Artículos -
Opinión - Cuba Encuentro -
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