Cuba: Internet y los derechos imprescindibles
Los monstruos estadounidenses de la comunicación han sido por fin
liberados de sus cadenas y están listos para abalanzarse, con esa fuerza
más, sobre Cuba, la incomunicada
Alex Heny, Nueva York | 27/01/2016 2:10 pm
El pugilato de terciopelo que mantienen el gobierno de Estados Unidos y
el desgobierno de Cuba acerca del acceso libre (y asequible) de los
cubanos a Internet se parece, pelo por pelo, al asunto de la democracia
y la "democracia" cubana.
Es otro empujón en esta pulsada de baja intensidad, que parece ser el
signo de estos tiempos de Obama-general heredero.
Es decir:
EEUU quiere Internet para todos, porque aquello de que "The truth will
set you free" —que está en la Biblia, por cierto, no en la Constitución
de Estados Unidos— es la esperanza de los que creen en las libertades
individuales, esas que sí están descritas en dicha Constitución y que
nosotros acá, aunque a veces no conozcamos todas las verdades, disfrutamos.
Por su parte, el desgobierno cubano sabe que el adoctrinamiento, el NTV,
el Granma, y la legión de desinformadores que ha graduado el
descascarado sistema educativo cubano, pues no son, al decir de un
entrañable amigo, ni medio piñazo después de un paseo por Internet y sus
inagotables fuentes de información.
Saben además, dictadores, censores, ideólogos y desinformadores, que la
verdad de su miseria es terrible, y la quieren mantener así, camuflada
en lo oscurito, mientras que en la luz se dedican a transferir al
extranjero causas, culpas y responsabilidades, con el mismo desparpajo y
diligencia con que la familia gobernante transfiere el dinero de los
cubanos a sus abultadas cuentas bancarias en Panamá, Islas Caimán o Suiza.
Creen entonces ambos —americanos y cubanos— que Internet es la clave
para el guaguancó del derrumbe. Se esperanzan aquellos, y temen estos,
los dictadores, que una vez los cubanos puedan entrar y salir de
Internet a su antojo, y enterarse de que su país es un desastre aun
mayor que el que están viendo a su alrededor, un cambio se va a precipitar.
Les aterroriza la idea de que ser cultos es una manera de ser libre, que
la verdad os hará libres; que lo que escriben plumas de peso pesado, y
diletantes como yo, vaya a desatar la nueva Revolución, de rosca
derecha; que sea esa la avalancha final, el barredor de tristezas que
implacable se paseará por las grandes alamedas.
Y etcétera.
Leo entonces las recientes declaraciones del embajador Daniel A.
Sepúlveda, subsecretario adjunto del Departamento de Estado de Estados
Unidos.
El señor explica que los monstruos estadounidenses de la comunicación
han sido por fin liberados de sus cadenas y están listos para
abalanzarse, con esa fuerza más, sobre Cuba la incomunicada; propone
además que se tienda un cable submarino Habana-Miami, que no basta con
ese misterioso que se dice existe entre Venezuela y Oriente; que es
necesario que ETECSA se abra al mundo para que el mundo se abra a ETECSA.
Y pienso al leerlo en cuán ingenua es la posición de Estados Unidos,
aunque esté basada en ese milenario y archiprobado instrumento de
control de masas que es la Biblia.
Por otra parte, la reacción de ETECSA, ese títere gubernamental que
monopoliza las cosas de la comunicación, me reafirma cuán idiotas son
estos dictadores de pacotilla que, aterrorizados hasta de su propia
sombra, ni siquiera entienden a sus súbditos.
Si la mayoría de los cubanos tuvieran ese acceso libre a Internet (vamos
a obviar por el momento el hecho de que la mayoría no puede pagar ese
servicio); si pudieran leer entonces los cubanos lo que quisieran; si
estuvieran incluso en la disposición de sacar conclusiones de ello, nada
va a pasar en Cuba.
Lo que sucedería es que, en realidad, los cubanos preferirían hacer lo
mismo que hace el resto del planeta: buscar porno, juegos, horóscopos,
deportes, Kardashian y Justin Bieber.
Porque además, en Cuba, nadie, ese "nadie" estadístico que engloba a esa
inmensa mayoría insolvente e indiferente, nadie, insisto, está para la
cosa política ni para leer cosas como esta que escribo. Sin embargo,
creo que hay que agradecer el esfuerzo del gobierno estadounidense. Es
bueno que alguien esté determinado en erigirse en campeón interino de
los derechos de los cubanos, que ni siquiera saben de sus derechos.
Al cabo, dentro de esos derechos —entre esos no escritos e
imprescindibles— está también el de masturbarse frente a la pantalla de
una computadora.
Source: Cuba: Internet y los derechos imprescindibles - Artículos -
Opinión - Cuba Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/cuba-internet-y-los-derechos-imprescindibles-324688
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