ANDRÉS REYNALDO: Cuba, memoria y justicia
Cómo hablar de reconciliación y perdón sin democracia
La memoria y la justicia se realizan en un estado de derecho
La opción para los cubanos es la continuidad de los Castro o el baño de
sangre
De la reconciliación y el perdón se le habla mucho a los cubanos. Sobre
todo a los cubanos del exilio. Habla la Iglesia de Cuba, la Iglesia de
Miami, los empresarios que quieren hacer negocios con Raúl, los
funcionarios de Obama, los artistas que van y vienen de La Habana. Quien
no crea en la reconciliación y el perdón es un apestado. Un
recalcitrante emisario del ayer.
Pues bien. Yo no creo en la reconciliación ni el perdón. Creo en la
memoria y la justicia. Sin memoria ni justicia Alemania no hubiera
superado el nazismo ni Japón su genocida vocación imperialista. ¿Alguien
puede citarme mejores ejemplos de transición democrática? La
reconciliación y el perdón son construcciones culturales. Pero la
memoria y la justicia tienen una concreta y universal implementación
institucional. Aclárese que a los cubanos no nos piden la reconciliación
y el perdón para enterrar a la dictadura sino para perpetuarla.
CREO EN LA MEMORIA Y LA JUSTICIA. SIN MEMORIA NI JUSTICIA ALEMANIA NO
HUBIERA SUPERADO EL NAZISMO NI JAPÓN SU GENOCIDA VOCACIÓN IMPERIALISTA
Las transiciones de España, Chile y el resto del Cono Sur ocurrieron en
un marco controlado culturalmente por la izquierda, y constitucional y
económicamente por la derecha. Son ejemplares en la medida en que
mantienen, a veces a tropezones, la alternancia en el poder y la
economía de mercado. Sin embargo, son imperfectas por su incapacidad de
suprimir las tendencias totalitarias que corroen el orden democrático
desde la enseñanza, las artes y los medios. Juzgan a Pinochet y le
erigen estatuas a Allende. Cuentan y recuentan las atrocidades de Franco
y se les disculpan a los comunistas que actuaban como meros matarifes de
Stalin.
El mandato de la corrección política (un fenómeno de censura y control
del discurso de las democracias por parte de la izquierda) relega a las
más íntimas tertulias unas valoraciones históricas que debían estar en
los libros de texto: tal como los crímenes de Franco, Pinochet y sus
facsímiles del Cono Sur no deben condonarse en aras del anticomunismo,
es aberrante elevar como mártires de las libertades a quienes se
comprometieron en cuerpo y alma a la instauración de un horrendo
proyecto totalitario. Pasan los años y la izquierda ni se reconcilia ni
perdona, al tiempo que la derecha se priva de la memoria y espera por la
justicia.
ACLÁRESE QUE A LOS CUBANOS NO NOS PIDEN LA RECONCILIACIÓN Y EL PERDÓN
PARA ENTERRAR A LA DICTADURA SINO PARA PERPETUARLA
Cada revolución engendra su contrarrevolución. Nadie sabe si la de Cuba
será de terciopelo o de plomo. En cualquier caso, Fidel y Raúl ponen a
los cubanos de la isla ante una opción radical: continuidad dinástica o
baño de sangre. A la corta o a la larga, a las buenas o a las malas, un
día se alzará esa gran ola contrarrevolucionaria (dicho sin complejos de
inferioridad) que nos deje la página en blanco. Para volver a escribir
que el bien no está llamado a reconciliarse con el mal sino a
derrotarlo. Que el perdón desestima la ofensa en lo individual pero no
la absuelve en lo colectivo.
El reclamo abstracto de la reconciliación y el perdón conviene a la
coyuntura actual de la dictadura. Se convierte, de hecho, en uno de sus
instrumentos, toda vez que siempre alguien se presta de buena o mala fe
a sacrificar su integridad (y la de los otros) en los altares de la
confusión o la oportunidad. No así la memoria y la justicia, que exigen
un inmediato, plural y garantizado espacio para su ejercicio, es decir,
un estado de derecho.
Odiar, a ninguno. Pero la mano encallada de cargar maletas al llegar a
Miami, la mano que escribió mis primeras palabras en libertad y acarició
las doradas cabezas de mis hijos, no se la voy a tender a la gente que
me destruyó el país.
Source: ANDRÉS REYNALDO: Cuba, memoria y justicia | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-cuba/article41870814.html
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