Padilla y El Sexto en la misma cárcel
RAÚL RIVERO | Madrid | 29 Sep 2015 - 1:58 pm.
Más de cuatro décadas después de la prisión del poeta, Danilo Maldonado
sufre a los mismos carceleros por su decisión de ser libre.
El único signo mágico de la represión política es que produce
invisibilidad. Nadie lo veía ni lo quería ver. Sus viejos amigos, los
jóvenes que aprendieron a entender la poesía con sus versos y los
vecinos, los compañeros de la escuela primaria y del bachillerato se
quedaban con los ojos vacíos cuando Heberto Padilla (Puerta de Golpe,
1932-Alabama, 2000) bajaba por La Rampa, una leve hondonada donde late
toda La Habana, rumbo al malecón de mano con su mujer, la escritora
Belkis Cuza Malé y, a veces, escoltados por Virgilio Piñera, el hombre
que más miedo tenía en Cuba pero que nunca le alcanzó para que dejara
solo al poeta de Fuera del juego.
Los poemas de Padilla y sus posiciones críticas con el Gobierno, que le
cantaba en cualquier esquina a periodistas, visitantes extranjeros y a
cuantos lo querían escuchar, lo tenían al borde la cárcel porque en ese
tiempo, finales de los años 60, como ahora, como siempre desde 1959, la
dictadura no permite disidencias.
El caso es que el coraje del poeta, su obra y la descarnada violencia
que utilizó para borrarlo del escenario el aparato gubernamental
marcaron la ruptura de una buena parte de la intelectualidad de América
Latina y España con los jefes del estalinismo tropical, que parece mejor
porque no requiere bufanda y el mojito es más suave y sabroso que el
vodka siberiano y sus resacas emperradas.
Creo que aquellas imágenes del poeta de Provocaciones, Belkis Cuza y
Virgilio como tres fantasmas lentos y silenciosos por la ciudad es la
imagen más real de la cultura cubana de aquellos años. Lo demostró el
mismo Padilla después de que lo encarcelaron junto a su esposa y le
obligaran a hacer una autocrítica para dejarlo regresar, ahora con la
policía en la puerta, a su pequeño apartamento de El Vedado. Después de
hambres, desasosiegos y aventuras diversas, Padilla y Belkis salieron al
exilio y Virgilio se quedó solo, regando las flores del jardín a la
sombra estricta de su pamela.
Esta semana se han cumplido 15 años de la muerte de Padilla en el exilio
y su mensaje de rebeldía podría volver a lanzarse en la Isla porque si
aquel trío invisible y desolado era el retrato vivo de la cultura cubana
a finales del siglo pasado, la estampa de hoy es la de Danilo Maldonado,
El Sexto, un pintor que está preso y sin juicio desde diciembre pasado
por preparar una performance que no llegó a realizar.
El artista se propuso pasear por el Parque Central habanero dos cerdos
que llevaban en el lomo los nombres de Fidel y Raúl. Lo arrestaron antes
de soltar los animales y, desde entonces, está en una celda de castigo
en una prisión de las afueras de la capital.
Maldonado también está solo. Dos o tres amigos trabajan dentro de Cuba
por su libertad. Se ha declarado en huelga de hambre y desde el calabozo
ha escrito un documento donde narra las duras condiciones de vida a que
está sometido. La nota tiene timbres de despedida: "Esta quizás sea mi
última carta desde aquí, la celda de castigo", dice, "y si sobrevivo
escucharán más de mis labios. Por eso quiero decirles a todos que esperé
demasiado para este momento de huelga, los cubanos hemos esperado
demasiado para expulsar a estos bribones. Me siento orgulloso de ser al
artista que soy y de hacer el arte que hago con la Cuba que represento",
explica Maldonado.
He recordado a Heberto Padilla porque lo recuerdo siempre y, en este
aniversario de su muerte, para prestarle su voz a un artista preso 45
años después de la prisión del poeta por los mismos carceleros y por la
decisión de ser libre.
Este artículo apareció en El Mundo. Se reproduce con autorización del autor.
Source: Padilla y El Sexto en la misma cárcel | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/derechos-humanos/1443527888_17205.html
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