Otra poda furiosa deshoja la ciudad de Santa Clara
HÉCTOR DARÍO REYES, Santa Clara | Agosto 27, 2015
En céntricas avenidas santaclareñas como Doble Vía, Carretera a
Camajuaní y carretera a Sakenaf, las majaguas han perdido sus copas por
las podas desmochadoras. (14ymedio)
Lo que ocurre en las áreas urbanas de la Isla tendría que definirse como
desmoche en lugar de poda de árboles. Podar es quitar las ramas
superfluas, mientras desmochar es cercenar la parte superior de la
planta. Es la segunda opción la que lamentablemente más a menudo se
observa en la ciudad de Santa Clara y otras ciudades cubanas.
La arborización urbana está organizada en parterres y franjas de tierra
que entre la acera y la vía reúnen árboles y césped. Su función radica
en producir sombra y retener el polvo. Los árboles, además de encargarse
de la regulación hídrica y térmica, protegen la biodiversidad, reducen
la contaminación sonora y del aire, mejoran la calidad de vida y otorgan
un valor adicional a la propiedad residencial.
La Organización Mundial de la Salud aconseja mantener 15 metros
cuadrados de espacios verdes por cada habitante. Pero también se
necesita de personas y entidades que se encarguen de mantener estos
pulmones verdes en buen estado. En el caso de Santa Clara, hay cuatro
instituciones implicadas en la delicada labor de mantener los parterres.
A la Organización Básica Eléctrica (OBE) corresponde cuidar los árboles
que están bajo el tendido eléctrico, mientras que aquellos que se hallan
bajo redes telefónicas son cuidados por la Empresa de Telecomunicaciones
de Cuba S.A (Etecsa). Comunales vela por los que no caen en ninguna de
las dos categorías anteriores y el Servicio Estatal Forestal (SEF)
controla, autoriza y tiene la facultad de multar a esas entidades si
hacen un mal trabajo con las áreas verdes.
Para resguardar estos pulmones vegetales hay que podar adecuadamente, de
acuerdo a normas y procedimientos establecidos, según las
características del lugar donde se sembraron los árboles. Aunque estas
indicaciones se han repetido mucho en la prensa y han sido
constantemente esgrimidas por vecinos conmocionados ante el
desproporcionado desmoche, el corte de ramas se continúa haciendo mal.
Una excesiva tala de ramas y follaje contraviene la guía de Arborización
Urbana presentada en 1998 por el Grupo para el Desarrollo Integral, que
explica las diferencias entre las podas de formación y embellecimiento
con una función paisajística y las de corte de ramas. Estas últimas
tienen el objetivo de separar los árboles del tendido eléctrico y
telefónico y deben hacerse en forma de V o de túnel. De esa manera, los
cables atravesarán las copas de las plantas sin salir dañados. Sin
embargo, en Santa Clara la poda es a ras de tronco.
Muchos se preguntan por qué dejan como muñones sin hojas a estos
gigantes si existen tantas personas y entidades encargadas de cuidar los
árboles de la ciudad. Los excesos en el corte terminan dañando la
vitalidad de la planta que tardará meses y hasta años en recuperar su
belleza. La ciudad se afea con esa práctica y el daño a la calidad de
vida de sus residentes es irreparable.
María Isabel Rodríguez, especialista del Ministerio de Ciencia,
Tecnología y Medioambiente (CITMA), opina que estas prácticas ocurren
debido a que los empleados que se dedican a podar los árboles en áreas
urbanas no reciben "la capacitación necesaria". Por otra parte, asegura
que algunos directivos no se sensibilizan con el tema y "permiten que se
improvise en un asunto tan delicado".
Los funcionarios de las entidades implicadas se culpan unos a otros. El
jefe del Departamento de Áreas Verdes y Floricultura en Comunales, Ariel
Taboada Crispín comenta que la brigada que se encarga de la poda en su
empresa está compuesta por unos diez obreros "especializados en esas
funciones". El funcionario recalca que la fuerza de trabajo recibe
asesoramiento por parte de sus propios jefes, porque no existen
instituciones que brinden formación sobre el tema.
Sin embargo, el ingeniero Manuel Alfonso, del SEF, argumentó que su
oficina tiene toda la disposición del mundo para capacitar a los obreros
que se dedican a la poda, pero el verdadero problema reside en el
desconocimiento del Servicio Estatal Forestal como organismo rector de
plantear y exigir las normas de trabajo con la arborización urbana.
"Los organismos implicados en la mayoría de los casos desconocen las
implicaciones de la ley forestal vigente", explica, a pesar de que el
texto de la ley se encuentra en las oficinas de la Empresa Estatal
Forestal, en el Reparto Centro de Santa Clara.
Otro factor relevante en este asunto es la falta de medios e
instrumentos para encarar la poda de árboles. Los operarios comentan que
a veces hacen frente "solo con machetes", que en muchos casos son
propiedad de los propios empleados. También argumentan la ausencia de
otros equipos de trabajo y la falta de preparación.
Mientras las responsabilidades rebotan de una oficina a otra, los
santaclareños hacen maromas para encontrar algún árbol que todavía dé
sombra en este agobiante agosto. La ciudad ha perdido ese verde frescor
que la caracterizaba.
Source: Otra poda furiosa deshoja la ciudad de Santa Clara -
http://www.14ymedio.com/nacional/Santa-Clara_0_1841815811.html
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