La radio que divide
La radio ha ido delineando dos cubanos diferentes: el viejo exilio,
patriotas sin descanso; y el nuevo exilio y el pueblo de la isla, a los
que califican de vagos que buscan la vida fácil
viernes, septiembre 26, 2014 | Francisco Chaviano González
MIAMI, Florida -Con frecuencia oigo el programa "La Noche y Usted" de
Radio Mambí, que conduce muy acertadamente Martha Flores, de forma
amena, instructiva y por lo regular con criterios razonables. Entre sus
oyentes-participantes unos son atinados y otros desvarían como es
natural y según el caso su Reina de la Noche, les apoya, discrepa o los
reprende.
Algunos en ese programa y otros por todo Miami, han ido delineando dos
mundos muy diferentes del pueblo cubano: el viejo exilio compuesto por
hombres probos, víctimas de la barbarie comunista, valientes patriotas,
que han enfrentado a los Castro sin descanso; y del otro lado, estamos
el nuevo exilio y el pueblo de la isla, nos culpan de todo lo sucedido,
no falta quien generalizando nos tilda de recua de vagos que buscan la
vida fácil
Dicen que corrimos a poner aquella chapilla que rezaba: "Esta es tu casa
Fidel", que quitamos el cuadro del Sagrado Corazón de Jesús y pusimos el
de Fidel, que no enseñamos a nuestros hijos a conducirse con decoro
diciendo, no, a la mentira comunista y peor aún, que participamos de
ella; que somos un rebaño de cobardes que no se tira a la calle, como lo
hacen los venezolanos, y pone fin al comunismo.
Es toda una mescla de imprecisiones, donde pululan las medias verdades y
omisiones, en un marasmo de falta de la vivencia requerida, para
comprender la tragedia que hemos tenido que soportar. La Cuba en que
vivimos no es un pueblo de hombres libres que de forma consciente elige
otra manera de ver y de enfrentar la vida. La revolución del 59 fue
traicionada por la maldad infinita de Fidel Castro, trastocándola en una
involución que destruyó todas las instituciones que construyó el
progreso histórico de la humanidad. En su lugar se entronizó un
mecanismo integral de espionaje, adoctrinamiento y represión que lo
abarcó todo, sin dejar resquicio, para convertirnos en un pueblo de zombis.
Nuestros padres nos legaron la educación, el decoro y el patriotismo que
heredaron de los suyos, idénticos al de los que salieron al exilio. Pero
eran tiempos muy difíciles para los que quedamos atrapados en Cuba, la
generalidad en algún momento ardió en deseos de escapar de aquello, pero
no había oportunidad; eso es algo que hay que tener muy presente: el que
tuvo la dicha de escapar, mientras más temprano mejor, puede que haya
perdido propiedades, pero salvó lo más preciado, la vida, secuestrada a
quien no se pudo ir.
Aquellas chapillas de "esta es tu casa Fidel" fue distribuida
habilidosamente por la propaganda de los Castro en el pináculo de su
victoria, cuando la generalidad le apoyaba de corazón. Lo que no
sabíamos era que se trataba de un eufemismo de la realidad que se nos
venía encima. Peor aún, la tiranía no solo se apropió de la vivienda
sino también confiscó lo más íntimo del hogar. Dar lecciones de civismo
a los hijos en tales condiciones, sería facilitar que el diablo acabe
con la familia completa.
Eso de que "quitamos el cuadro de Cristo y pusimos el de Fidel", es
parafrasear los hechos dando una imagen indecorosa, a lo que en la
realidad constituyó dolorosa tragedia para el pueblo creyente.
Transcurrieron años donde los católicos se aferraban a mantener a su
señor del cielo en la pared de su sala, mientras el señor de la tierra,
Castro, arremetía contra la religión tildándole de opio de los pueblos.
Los templos quedaron vacíos, los hijos que se hicieron adultos en un
medio ateo y aspiraban a una carrera universitaria o a un buen trabajo,
rogaban a los padres para que trasladaran su creencia a la privacidad
del dormitorio y en algunos casos años después, para que le escondieran
en el escaparate. No fue gracioso, no, fue con dolor. Y por antonomasia,
casi todos los cuadros queridos de nuestra vida y tradiciones, fueron
sustituidos por lo que le vino en ganas a Fidel.
En Cuba la gente no vive de su trabajo sino de la ilegalidad y esto hace
su mella, que exhiben algunos jóvenes recién llegados. Pero esa no es la
juventud cubana que yo conozco, esta arde en deseos de trabajar y
emprender. Son los pinos nuevos, nuestra razón de seguir siendo cubanos.
Si de culpas se trata, habría que empezar por el ayer preguntándose:
¿cómo las columnas del Che y Camilo, unas pocas decenas de hombres mal
armados, recorrieron la isla por entre un matorral de 50 mil efectivos
apertrechados del ejército? ¿Quién les dio el dinero para sobornar y
quien fue sobornado? Y ahora mismo escudriñar: ¿Por qué algunos de
nuestros más exitosos empresarios, a quienes el tirano robó sus empresas
y han triunfado en el exilio, dan pasos de acercamiento a la Dictadura,
en contra de la voluntad general? Y más aún: Si todos conocemos el viejo
axioma de "divide y vencerás" interés de los Castro, ¿por qué les
colaboramos negándonos a juntarnos?
Todos, los de allá y los de aquí, no somos culpables sino víctimas de
los Castro y su pandilla. No es menos cierto que algunas víctimas se
transformaron en victimarios, pero al juzgarle debe tenerse en cuenta
que no por ello dejan de ser lo primero.
Basta de culparnos unos a otros, reencontrémonos todos por el bien de
todos. Los Castro nos impusieron dos mundos, nuestra misión es juntarlos
para rehacer la Patria. Fuimos, somos y seremos un pueblo de valientes.
Yo me enorgullezco cuando se habla de los Mambises del Escambray, de
nuestros bravos en Bahía de Cochinos, nuestros estoicos en las prisiones
y los compatriotas de nueva generación que junto a Bofill, los Arcos
Bergnes y otros, luchamos contra el comunismo totalitario a finales de
la década de los ochenta y no hemos claudicado jamás.
La gloria corresponde a nuestras madres y esposas, que no cejaron en el
empeño de apoyarnos, clamaron ayer por nuestra libertad. Son las mismas
que hoy recorren las calles de Cuba vestidas de blanco ya no solo para
clamar por la libertad de los presos, pues gritan a todo pulmón: ¡¡Viva
Cuba libre!!
Source: La radio que divide | Cubanet -
http://www.cubanet.org/colaboradores/la-radio-que-divide/
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