1 de mayo de 2014

La Bahía de La Habana, con cerveza, pero con pocos barcos

La Bahía de La Habana, con cerveza, pero con pocos barcos
ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN EL JUEVES, 01 DE MAYO DE 2014 06:58 JUEVES, 01 DE
MAYO DE 2014 06:19 ESCRITO POR OSMAR LAFFITA

Cuba actualidad, Capdevila, La Habana, (PD) Al comienzo del año 2000 la
economía cubana experimentaba cierta estabilidad de crecimiento en
sectores como el azucarero, el níquel, el tabaco, los mariscos y el
pescado, los cítricos, sumado al crecimiento de las empresas mixtas y
asociaciones económicas internacionales presentes en el sector
turístico, el petróleo y la industria ligera.

El destino de estas producciones así como las materias primas,
maquinarias y recursos en general que requerían estas actividades
productivas y de servicios, generaba un gran movimiento de entrada y
salida de barcos en el trasiego de esas mercancías, lo cual se
realizaban en lo fundamental por el puerto de La Habana.

Por aquellos años siembre habían barcos atracados en los tres espigones
con capacidad de dos barcos cada uno, los cuales estaban ubicados en el
edificio de La Aduana y la Capitanía del Puerto, además de los muelles
Margarito Iglesias y La Coubre, en Regla, el del molino de trigo y la
nueva terminal de contenedores. Todos operaban diariamente en la carga y
descarga de mercancías.

Los habaneros que vivían en las zonas de los muelles, los pasajeros de
las diferentes rutas ómnibus que pasaban por la Avenida del Puerto y los
que paseaban o descansaban en el Paseo de Paula, se recreaban al
contemplar la bahía llena de barcos fondeados a la espera de que
terminara uno para poder comenzar la tarea de descargar otro.

Pero en la medida en que el gobierno redujo la presencia de inversores
extranjeros, decayó abruptamente la producción de azúcar y se
confrontaron problemas con la producción del níquel, todo cambió.

Muchos años antes de que se inaugurara la terminal de portacontenedores
en el muelle de aguas profundas de Mariel, empezó a disminuir la
presencia de buque en la rada habanera y las operaciones fueron cada vez
menos.

El reparado muelle del ala norte, hoy es la Terminal de Buques de
Pasaje; por cierto, son contada las veces en el mes que arriba alguno y
cuando lo hace, permanece atracado, a lo sumo, uno o dos días.

Los restantes muelles empezaron a sufrir un acelerado deterioro por la
falta de mantenimiento durante demasiado tiempo. Lo mismo pasa con los
almacenes.

El mal estado de estos muelles es tal que en algunos de ellos ya no
pueden atracar barcos. También ocurre en Regla, el Margarito Iglesias y
La Coubre.

El muelle en el que de manera regular atracan barcos es el de la
refinería de petróleo. Diariamente hay dos barcos en la operación de
descarga de combustible, el del molino de trigo y algún que otro barco
en la vieja terminal de contenedores, donde luego de la inauguración de
Mariel, a principios de este año, son cada día menos los que hacen estas
operaciones.

El edificio de la Aduana estaba tan deteriorado que corría el peligro de
derrumbarse. Como el edificio forma parte de los contemplados en el
casco histórico de La Habana Vieja declarada Patrimonio Cultural de la
Humanidad, la Oficina del Historiador decidió asignar los recursos para
su total restauración, tarea que en estos momento se ejecuta, pero no
con la celeridad que se requiere.

La entrada y salida de barcos prácticamente está paralizada: en la bahía
apenas ya se realizan operaciones portuarias. Pasan los días y no se ven
barcos fondeados. Los pocos muelles que quedan están desolados.

De la una vez activa y dinámica bahía de La Habana lo queda es el
recuerdo, la soledad, el silencio, la tristeza, la nostalgia, de algo
que no volverá a ser lo que fue hasta hace 15 años.

La Oficina a del Historiador, con la vista fija en una bahía del futuro,
llena de atracaderos para barcos de turistas, yates y ferrys cargados de
vehículos y pasajeros procedente del sur de La Florida, hace pocas
semanas inauguró en uno de los pocos muelles remozados, una moderna
cervecera de procedencia austriaca.

El local que sirvió para instalar este expendio de bebidas y comidas es
el muelle que tiene dos atracaderos, conocido como el antiguo Almacén de
la Madera y el Tabaco. El negocio es explotado a partes iguales por la
Oficina del Historiador y un cervecero austriaco.

Por la atención esmerada, la variedad de los tipos de cerveza, la oferta
de diferentes platos, entremeses, bocaditos, todo elaborado con calidad
y muy buena presencia e higiene, hacen de esta cervecería un lugar ideal
para pasar un buen rato para aquellos que tengan dólares suficientes, ya
que un vaso grande de cerveza cuesta 2.50 dólares.

Para Cuba actualidad: ramsetgandhi@yahoo.com

Source: La Bahía de La Habana, con cerveza, pero con pocos barcos | Cuba
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