Síndrome de Angola: 30 años de Cuito Cuanavale
Alcoholismo, indigencia y locura se convirtieron en distintivos de miles
de veteranos de la guerra
viernes, marzo 28, 2014 | Jorge Olivera Castillo
LA HABANA, Cuba.- El pasado 23 de marzo de cumplieron 26 años de la
victoria de Cuito Cuanavale. En esa localidad del sureste de Angola, se
libraron fuertes combates que culminaron con la derrota del ejército de
Sudáfrica frente a las fuerzas conjuntas de Cuba y el país africano.
Poco después del triunfo, la guerra llegó a su fin. Los sudafricanos se
retiraron del territorio nacional, se comprometieron a aceptar
elecciones libres en Namibia y más tarde este país también logró la
independencia.
A casi tres décadas, la prensa, los altos mandos de las fuerzas armadas
y el gobierno cubanos la continúan celebrando como un hecho reciente.
Dudo que los veteranos tengan el mismo entusiasmo. La mayoría no siente
ningún deseo de acordarse de su participación en algunas de las batallas
en los más de dos lustros de guerra.
La gloria que esperaban a su regreso resultó ser una ilusión. Con el
tiempo vino el olvido con su pariente más cercano: el abandono.
A causa de esa realidad, el alcoholismo, la indigencia y la locura se
convirtieron en los distintivos de miles de soldados.
Eso sin dejar de mencionar a los que cayeron despedazados por una bomba
o sufrieron algún tipo de mutilación que les dificulta su lucha por la
supervivencia.
Es difícil encontrar entre los cubanos que retornaron vivos del
prolongado conflicto, alguno que hable bien del tema.
"Yo estuve en Angola en 1978. No quisiera acordarme nunca de esa etapa
de mi vida. Fuimos a defender una causa ajena a cambio de nada. La
medalla hace años que la eché en la basura. Pensé que íbamos a tener
otro futuro, pero nos tocó perder", dijo a este cronista un hombre
llamado Mario, de 54 años.
Durante la guerra, el régimen de La Habana desplegó decenas de miles de
soldados y oficiales en todo el territorio de la nación africana.
Esto se pudo llevar a cabo gracias al reclutamiento forzado de jóvenes
que terminaban sus estudios de nivel medio.
Negarse significaba un estigma. Resolver un buen empleo o la matrícula
para una carrera universitaria era para los renegados una aspiración
imposible.
Sergio, de 52 años, no tuvo reparos en denostar de su presencia en la
jungla angolana desde 1983 a 1985.
"Después que llegué a Angola quería virar. Desde el principio me di
cuenta de los peligros a los que me exponía. No tenía experiencia.
Prácticamente éramos carne de cañón. Recuerdo que los tanques que había
en el batallón eran T-34, unos trastos soviéticos de la segunda guerra
mundial. Casi siempre estaban rotos. No sé cómo se ganó esa guerra".
Los altibajos en cuanto a su adicción al alcohol, el derrumbe de su
vivienda, (vive en un albergue hace más de 10 años) y sus peripecias
para alimentar a su familia (trabaja por la izquierda en un
agromercado), fueron temas de la breve conversación.
La victoria de Cuito Cuanavale es una de las cortinas de humo que el
gobierno usa para ocultar las tragedias de muchas personas que
arriesgaron sus vidas en otras tierras sin recompensas de ninguna índole.
¿Cuántos veteranos se han suicidado para escapar de sus circunstancias?,
¿cuántos mendigan desde un sillón de ruedas o buscan su alimento diario
en el interior de los depósitos de basura?
Esos son temas eludidos por la prensa oficial y por los jerarcas que
supervisaron el conflicto; eso sí, a buen recaudo.
oliverajorge75@yahoo.com
Source: Síndrome de Angola: 30 años de Cuito Cuanavale | Cubanet -
http://www.cubanet.org/destacados/sindrome-de-angola-30-anos-de-cuito-canavale/
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