Publicado el jueves, 03.27.14
Riesgos de invertir en Cuba
JOSE AZEL
Desde que el gobierno cubano anunció en el 2006 que el octogenario Fidel 
Castro había transferido el poder a su hermano Raúl, ha habido 
especulación sobre cambios políticos y económicos en Cuba. Más 
recientemente algunos potenciales inversionistas extranjeros parecen 
creer que el gobierno cubano ha lanzado un proceso de genuinas reformas 
políticas y económicas. Esos inversionistas desconocen los peligros de 
invertir en Cuba.
En su "Indice de Libertad Económica" del 2014 la Heritage Foundation 
clasifica a Cuba como una de las economías menos libres, con una 
puntuación de 28.7, comparada con el promedio mundial de 60.3 y un 
promedio de 84.1 para las economías libres del mundo. El ambiente 
económico de Cuba continúa deteriorándose en términos de la mayoría de 
los factores considerados en la metodología de la Heritage Foundation, 
tales como libertad de comercio, libertad fiscal, libertad monetaria, y 
particularmente libertad frente a la corrupción.
Una importante implicación para las empresas que pretenden hacer 
negocios con Cuba es la corrupción oficial. Obsérvese que mi expresión 
no es hacer negocios "en" Cuba, sino hacer negocios "con" Cuba, ya que 
el gobierno cubano (entiéndase los hermanos Castro y los militares) será 
obligatoriamente el socio mayoritario en cualquier inversión en Cuba.
Como destaca el Índice, la corrupción oficial en Cuba es un problema 
serio, "con una cultura de ilegalidad en una economía ampliamente 
controlada por el Estado en un país donde hay muy poco respeto por el 
Estado de derecho". Las empresas americanas, particularmente si cotizan 
en bolsa y están sujetas a una miríada de regulaciones anticorrupción y 
transparencia, advertirán que es casi imposible operar legalmente en tal 
entorno de corrupción sistémica y endémica.
Tomemos un aspecto de hacer negocios "con" Cuba para demostrar como 
ofende nuestros valores, nuestras leyes laborales, y nuestras 
expectativas de comportamiento corporativo.
Los inversionistas extranjeros operando en Cuba no pueden establecer 
relaciones contractuales con trabajadores cubanos. La firma extranjera 
tiene que negociar con el Ministerio del Trabajo un "Contrato para el 
suministro de fuerza de trabajo", indicando la cantidad y calificaciones 
de los empleados que requiere. Entonces la empresa estatal encargada de 
dotar con personal a las empresas extranjeras envía los trabajadores que 
seleccione a la firma extranjera. El empleador extranjero paga 
directamente a la empresa estatal en divisas o el equivalente en pesos 
convertibles cubanos (CUC), y entonces la empresa estatal paga a los 
trabajadores cubanos en pesos cubanos no convertibles (CUP). De esta 
manera, el Estado se queda con más del 90 por ciento de los salarios de 
los trabajadores.
Esta práctica, por supuesto, viola convenios de la Organización 
Internacional del Trabajo como esclavitud bajo otro nombre, o como el 
escritor cubano Carlos Alberto Montaner definió acertadamente: Cuba un 
estado proxeneta.
Las firmas extranjeras son obligadas a ser socios minoritarios en una 
relación donde el gobierno cubano -el socio mayoritario- es ferozmente 
hostil a la libre empresa y tiene una historia de actuaciones 
arbitrarias y caprichosas contra los intereses de sus socios minoritarios.
A comienzos de los años 90, después del colapso de la Unión Soviética, 
Cuba reestructuró su economía permitiendo limitadas inversiones 
extranjeras a través de ciertas asociaciones económicas. Algunos 
inversionistas extranjeros vieron erróneamente esas medidas como el 
comienzo de una genuina e irreversible transición a una economía de 
libre mercado.
La misma equivocación podría estar teniendo lugar ahora. A finales de 
los años 90 el régimen revirtió las medidas de liberalización y 
recentralizó el poder económico. Es posible que suceda nuevamente.
En el 2009, enfrentando un colapso en los créditos bancarios y un 
decreciente flujo de caja por parcas exportaciones, Raúl Castro congeló 
todas las cuentas bancarias de las compañías extranjeras. Al año 
siguiente, los bancos controlados por el Estado les ofrecieron un plan 
no negociable de reembolso del dinero en las cuentas congeladas en un 
período de cinco años. Inversionistas, cuidado.
En Cuba los inversionistas extranjeros tienen que asociarse con el 
gobierno cubano. Ese gobierno cubano espera que los inversionistas 
extranjeros generen ingresos para el Estado según sus propias reglas. Si 
la aventura no alcanza las expectativas del Estado, el gobierno puede 
terminar arbitrariamente los acuerdos y buscar otro inversionista 
ingenuo para el proyecto, y no existe un sistema judicial independiente 
donde un inversionista pueda presentar sus reclamaciones.
El Poder Judicial cubano se subordina al, y es dirigido por, el Consejo 
de Estado y el Partido Comunista que, en la Constitución cubana, es la 
"fuerza dirigente superior". Y como Karl Marx dijo claramente en su 
Manifiesto Comunista, "el comunismo se puede resumir en una sola frase: 
abolición de la propiedad privada". Inversionistas, cuidado.
 
Profesor Senior, Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la 
Universidad de Miami. Autor del libro Mañana in Cuba.
Source: JOSE AZEL: Riesgos de invertir en Cuba - Opinión - 
ElNuevoHerald.com - 
http://www.elnuevoherald.com/2014/03/27/1712115/jose-azel-riesgos-de-invertir.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario