El presidente de EE UU que creyó en Fidel Castro
Como regalo y despedida a Carter, casi finalizado su mandato, Fidel le
regaló el éxodo de El Mariel
jueves, marzo 27, 2014 | Tania Díaz Castro
LA HABANA, Cuba -Jimmy Carter fue el único presidente de Estados Unidos
-1977-1981- que creyó en Fidel Castro. El año que toma posesión del
trigésimo noveno mandato presidencial, suspende los vuelos de espionaje
sobre la mayor de las Antillas. Días después, cuando en una entrevista
con la CBS, Fidel Castro lo elogia y expresa que Cuba y Estados Unidos
no deben vivir como enemigos, Carter no sólo le creyó, sino que declara
que su país podría poner fin a la animosidad contra la isla, si Fidel
asegura el cumplimiento de los Derechos Humanos.
También Carter declara a la prensa en aquellos momentos que la retirada
de las tropas cubanas de Angola, podría contribuir al mejoramiento de
las relaciones entre ambos países. Pero Castro hizo todo lo contrario:
aumentó la presencia armada en el país africano y enfrió una vez más las
relaciones cubanas-norteamericanas. ¿Cómo reaccionó Carter? Reitera sus
declaraciones sobre la normalización de las relaciones con Cuba, insiste
en creer en la buena fe o la racionalidad del dictador caribeño, quien
en vez de iniciar una política de respeto a los Derechos Humanos,
insistió en que Estados Unidos estaba obligado a levantar el embargo sin
contrapartida.
¿Cómo podía un dictador belicoso, amante de la guerra, poner fin a su
injerencia en América Latina, disminuir su presencia militar en
numerosos países y sobre todo, respetar por primera vez los Derechos
Humanos en la historia de su Revolución?
Jimmy Carter volvió a equivocarse con el propietario de la isla cubana.
Autoriza los viajes a Cuba en marzo de 1977 y envía a La Habana
senadores demócratas para que se entrevisten con Fidel, acompañados de
noventa hombres de negocios norteamericanos.
En ese sentido vuelve a fracasar. La reacción del caudillo no sorprendió
a nadie: No habrá negociaciones con EE.UU hasta que se levante el
embargo, al que él llama Bloqueo. Sin embargo, acepta la apertura de
Secciones de Intereses entre Washington y La Habana el 1ro de septiembre
de 1977, para luego continuar con sus amistades peligrosas, como el
dictador Saddam Hussein, quien visitó Cuba el 13 de diciembre de 1978,
enviar al mando de Arnaldo Ochoa miles de hombres armados para apoyar al
dictador Mengistu Haile Mariam de Etiopía y se involucra en las luchas
civiles de Shaba, otra región africana.
Es por eso que, en julio de 1979, mientras se reanudan los vuelos
regulares entre EE.UU. y Cuba gracias a Carter, suspendidos desde 1961,
tres mil soldados soviéticos se mantienen operando en la isla, Fidel y
Raúl Castro reciben con los brazos abiertos al jefe del ejército de la
dictadura siria y declara en un discurso el 8 de marzo de 1980, que no
renunciará a continuar ayudando a los revolucionarios que luchan contra
Estados Unidos.
Carter quedará para la historia como un buen hombre, humanitario, pero
con poca visión política. Falló al criticar el liberalismo y al insistir
en sus esfuerzos por solucionar el conflicto entre su país y Cuba, no se
percató de que al tozudo dictador, según su estilo hitleriano, sólo le
interesaba luchar contra Estados Unidos, poner de rodillas a ese
gobierno, a pesar de que su presidente le tendía la mano para limar
asperezas.
¿Acaso Carter no comprendía que a Fidel Castro no le ha interesado jamás
el bienestar del pueblo cubano, la mejoría que se obtuviera con un
comercio entre Estados Unidos y Cuba, un comercio de calidad y a poca
distancia de nuestras costas?
Como regalo y despedida a Carter, casi finalizado su mandato, ocurre en
Cuba un verdadero y honroso Plebiscito donde se rechaza el socialismo: a
la embajada de Perú penetran once mil cubanos en pocos días y más de
125, 262 parten por el puerto del Mariel hacia La Florida, donde son
recibidos con los brazos abiertos.
En 2002, cuando Jimmy Carter visitó La Habana por primera vez, dejó
sorprendido a todos los cubanos que aman la libertad y la democracia, no
sólo porque se reunió con líderes de la oposición pacífica, sino porque
en su alocución ante el pueblo pidiera elecciones libres, respeto a los
Derechos Humanos y a las libertades civiles.
En 2003, Fidel Castro ordenó condenar a largos años de prisión a los
mismos dirigentes políticos con los que el ex presidente norteamericano
había conversado el año anterior.
Source: El presidente de EE UU que creyó en Fidel Castro | Cubanet -
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