Fabio, el mártir de la pizzería
Miércoles, Mayo 30, 2012 | Por Pablo Pascual Méndez Piña.
LA HABANA, Cuba, mayo, www.cubanet.org -La bomba estalló cuando Fabio Di
Celmo, tomaba un trago en el bar del hotel Copacabana. Él, como muchos
de sus coterráneos viajó a la isla tentado por las bondades del sexo
barato o los negocios ventajosos. El repudiable terrorista salvadoreño
que colocó las bombas en los hoteles Chateau Miramar y Copacabana y en
el bar-restaurante La Bodeguita del Medio estaba hechizado por los
billetes transferidos a su cuenta.
La única víctima fatal de las explosiones fue Di Celmo, que se desangró
cuando un trozo de vidrio le cortó la yugular.
Muchos se preguntaron dónde se encontraban los agentes encubiertos de
la policía política que seguramente merodearon el sitio y debían estar
sobre aviso supuestamente, gracias a la labor de los "Cinco Héroes
prisioneros del Imperio". Aconteció lo programado en el guión, tras la
muerte de Di Celmo el culpable fue rápidamente capturado.
Como un sui generis homenaje para "honrar" la memoria de la víctima, su
padre, Giustino Di Celmo, puso no un museo, ni un mausoleo, ni una
estatua, sino una pizzeria, en 17 y J, en el Vedado, obviamente con
permiso del gobierno. En el exterior de la pizzeria, se puede observar
la imagen de Fabio en la pantalla de un lumínico, vestido de futbolista
pateando un balón.
El negocio está ubicado en una casona azul de dos pisos construida en la
primera mitad del siglo XX. En los altos, funciona un restaurante de
lujo y en los bajos la pizzeria. Adentro hay otro retrato de la víctima
que preside sobre los comensales. Lamentablemente el precio de la pizza
más barata es de 6 dólares, o sea un tercio del salario medio cubano,
lo que hace que sean pocos los nacionales que pueden darse el lujo de
rendirle homenaje a a este mártir.
Pero Giustino, sí homenajea la memoria de su hijo en el hotel
Copacabana, año tras año, desde aquel fatídico 4 de septiembre de 1997.
Según apunta, el oficialista sitio digital Cubadebate:
(…)…"Camina por los salones, saluda a los empleados, abraza a los
amigos. En el lobby, pone un beso en su mano y acaricia la tarja de
bronce con el rostro de Fabio, víctima inocente de un crimen"… (…)
El patético discurso del padre italiano no conmueve a la mayor parte de
los cubanos, que solo ven en él a un despreciable capitalista
aprovechado, que lucra con la memoria de su hijo muerto.
Con frecuencia el anciano aparece en los mítines oficiales para hacer
campaña a favor de la liberación de los cinco espías presos en cárceles
norteamericanas y exigir un castigo ejemplar para Luis Posada Carriles,
el villano Nº 1 de la oposición anticastrista, culpado por el gobierno
de Cuba de ser el autor intelectual de las muertes de Fabio y una
elevada cifra de inocentes.
Hay muchos cubanos que lloran la muerte de sus hijos fusilados, los
asesinados en el remolcador "13 de Marzo", los presos políticos
inmolados en las cárceles cubanas , y muchas otras víctimas del
terrorismo de Estado que padecemos en nuestra Isla. Para ellos Fidel
Castro es peor que Posada Carriles y también merece ser enjuiciado. Pero
ellos no lo pueden decir en televisión, ni abrir una pizzería para
honrar a sus muertos.
Lo cierto es que en realidad se sabe poco sobre la labor de los "cinco
héroes" agentes de la inteligencia cubana, tan alabados por el señor Di
Celmo. El gobierno cubano nunca ha dado mucha información y, por ende,
ignoramos el total de vidas humanas que supuestamente salvaron y el
número de atentados terroristas que ayudaron a desarticular con sus
informes. El único servicio que se conoce que prestaron a la llamada
"causa antiterrorista" es su relevante complicidad en el derribo de las
dos avionetas civiles de Hermanos al Rescate en aguas internacionales en
febrero de 1996, que costó la vida a cuatro civiles.
Para su beneficio el régimen castrista, cubrió la muerte de Fabio Di
Celmo con una capa de esmalte lírico. La realidad es que el
desafortunado Fabio simplemente fue uno más de esa legion de turistas y
negociantes, que invadió nuestra isla desde la década de los 90 en busca
de un paraíso sexual barato e inexplorado u oportunidades de negocios,
en un país donde los nacionales no tenemos esos derechos, concedidos
solo a los extranjeros.
http://www.cubanet.org/articulos/fabio-el-martir-de-la-pizzeria/
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