No violencia en Cuba: ¿un caso particular?
Luis Felipe Rojas
Holguín 01-03-2012 - 10:36 am.
¿En que nos diferenciamos los cubanos del movimientos juvenil serbio que
derrocó a Milosevic, de los surafricanos que tumbaron el apartheid, de
los chilenos que dijeron NO a Pinochet?
Recientemente discutí con unos amigos sobre los métodos utilizados por
los movimientos de oposición en el mundo que fueron exitosos porque
derribaron a regímenes autoritarios. Se habla del pueblo serbio que
derrocó a Milosevic, los sudafricanos que obligaron al gobierno
segregacionista a sentarse junto a Mandela o los chilenos que con el NO
hicieron tambalearse a Pinochet. A la luz de más de veinte años vemos
aquello como algo mítico, místico, mágico. Por ser un soñador, mis
amigos me atacan afirmando que no somos iguales, y les respondo con una
pregunta igual de difícil: ¿Y en qué no somos iguales? ¿Acaso no nos
parecemos?
Por los testimonios ofrecidos por los líderes del movimiento juvenil
serbio (Otpor) y el pueblo en general, sabemos que la gente de los
Balcanes no les tenía menos miedo al General Tito y a Milosevic que por
acá a los hermanos Castro. Hasta donde sé, el mundo democrático ignoró
por décadas las atrocidades del régimen del apartheid, a los prisioneros
políticos soviéticos, y los asesinatos en Rumania… igual que pasó con
Cuba hasta hace muy poco.
"Un humilde zapatero de Cracovia se negaba a colaborar con el movimiento
Solidaridad por miedo a perder su fuente de ingresos, por eso era
incapaz de abandonar su vida en la mentira". Según Vaclav Havel, la
securitate en Bucarest paralizaba a las personas con solo enseñarles un
carné. Tres carabineros cerraban una calle en Santiago y a cualquier
chileno se le helaba el cuerpo de terror. Sin embargo un día todos
dijeron ¡Basta! y terminaron los abusos. Que sepamos, el mayor de los
horrores solo duró setenta y tres años. Entonces, ¿por qué no nos
parecernos?
En Cuba pasea de mano en mano un documento confeccionado y traducido por
Omar López Montenegro. Es un extracto titulado 10 pasos fáciles de la No
violencia, exitosamente desarrollados por los estudiantes serbios de
Otpor. Quiero encender el foro y me gustaría empezar comentando,
intencionalmente, por el paso No. 7, que sugiere "Inducir la deserción
en las fuerzas de Seguridad".
Tanto el régimen cubano como los escépticos de la no-violencia aluden a
la fidelidad de las tropas cubanas a la dictadura, de su sujeción a las
prebendas que una ofrece a la otra y el carácter de plaza sitiada que el
gobierno de La Habana ha vendido a sus sostenedores por más de cincuenta
años.
A unos y otros en la discusión de hace una semana en Santiago de Cuba
les recuerdo esto:
a) Ni siquiera en los gobiernos dictatoriales de Gerardo Machado y
Fulgencio Batista hubo una cárcel en cada provincia para militares
indisciplinados, corruptos y desertores como existen hoy en las Fuerzas
Armadas Revolucionarias (FAR).
b) En cincuenta y ocho años de República, incluyendo crímenes y excesos,
jamás hicieron falta unidades de Prevención para retener y capturar a
soldados fugitivos, como ocurre ahora mismo con los reclutas de
dieciséis años que apenas acabada de abandonar la adolescencia tienen
que ingresar al Servicio Militar General (obligatorio). ¿Alguien tiene
la cifra exacta de los soldados y reservistas cubanos que en las guerras
castristas en África desertaron, deambularon por esos países y luego
fueron a dar a EE UU o Europa?
Muchos se preguntan si en verdad los militares cubanos emplearán los
tanques contra la población civil. Esos policías que hoy vuelven el
rostro para no ser fotografiados por los propios ciudadanos, ¿qué
esconden?, ¿qué temen?, ¿qué mensaje indirecto nos envían?
http://www.diariodecuba.com/derechos-humanos/9866-no-violencia-en-cuba-un-caso-particular
No hay comentarios:
Publicar un comentario