"Tirarse al mar e irse a Miami" no es la solución a la situación de los
cubanos, dice cineasta
Alejandro Brugués opina que la imagen que proyecta Cuba fuera de sus
fronteras "es más dura de lo que es en realidad"
Agencias, Sevilla | 12/01/2012
El realizador Alejandro Brugués, cuya película Juan de los muertos se
estrena el viernes en España, ha declarado que "tirarse al mar e irse a
Miami" no es la solución para la situación que enfrentan los cubanos en
la Isla, reportó EFE.
En rueda de prensa posterior al preestreno del filme que ha tenido lugar
hoy en la ciudad de Sevilla (España), Brugués ha explicado que ha rodado
el guión en Cuba sin problemas y ha subrayado que la imagen que proyecta
Cuba fuera de sus fronteras "es más dura de lo que es en realidad".
Ha reiterado que los "zombis" de su película representan a "los cubanos
inmóviles que aceptan su situación y no hacen nada para cambiarla" y ha
matizado que "tirarse al mar e irse a Miami" tampoco es la solución.
En este sentido, el actor Jorge Molina, uno de los protagonistas de la
película, ha insistido en que lo que hay que hacer es seguir en Cuba, e
"intentar" realizar este tipo de cine aunque se posicione al margen de
la industria.
Por otra parte, los protagonistas de Juan de los muertos opinan que el
filme Juan de los muertos se aleja de los tópicos de género y de
personajes en los que se suele enmarcar el cine cubano.
Molina ha destacado que el largometraje no muestra a los héroes clásicos
de la Revolución cubana "sino a delincuentes de barrio", mientras que el
intérprete Jazz Vilá ha sostenido que se encuadra en un género
"universal" y no en el "cliché del género cubano del cual el público
está cansado".
Juan de los muertos, que se estrena mañana en sesenta pantallas de las
principales ciudades españolas, muestra cómo sus habitantes se
convierten en muertos vivientes y de los que se cree que son disidentes
pagados por los Estados Unidos para acabar con el Gobierno de los Castro.
Por su parte, el productor de la cinta, Gervasio Iglesias, ha destacado
que se trata de la primera película cubana que han autorizado para que
esté producida por una productora extranjera y en la que no participa la
institución cinematográfica del Gobierno cubano.
El largometraje ha contado con un presupuesto de 2,5 millones de euros
y, además de España, será exhibido en una veintena de países entre los
que se encuentran Reino Unido, Estados Unidos, Alemania, Rusia y Japón.
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