Jueves, Diciembre 29, 2011 | Por Oscar Espinosa Chepe
LA HABANA, Cuba, diciembre, www.cubanet.org -Un indulto a más de 2900
prisioneros fue anunciado por el presidente Raúl Castro al clausurar la
sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, efectuada el 23 de
diciembre. Este debería ser el primer paso para resolver uno de los
problemas más graves de la sociedad cubana: la enorme cantidad
ciudadanos confinados en las cárceles, que sitúan a Cuba entre los
primeros seis países con mayor población penal, en relación con el
número de sus habitantes, según las Naciones Unidas y el Pocket World
in Figures 2011 de The Economist.
Esta es una consecuencia de la crisis económica y de valores sufrida
por la sociedad cubana por decenios, la cual ha empujado a muchos
ciudadanos a delinquir. En Cuba vivir honestamente no resulta fácil. El
insuficiente salario no ayuda a llevar una vida digna mediante el
trabajo honrado, cuestión que ha sido reconocida hasta por el Presidente
Raúl Castro. Se sobrevive con grandes escaseces hasta de lo más
elemental, incluida la falta de vivienda que obliga al hacinamiento,
con la promoción de los conflictos familiares y sus nefastos efectos
sobre las nuevas generaciones criadas en ambientes nada propicios para
el florecimiento de la virtud. A lo que se suma un ambiente de
descontrol de los recursos por parte del Estado, su casi único dueño, la
doble moral, el oportunismo alentado oficialmente y el engaño para
subsistir.
En Cuba han estado dadas todas las condiciones para el crecimiento de
la ilegalidad y el delito, mientras las autoridades en lugar de ir a las
raíces del mal, han querido buscar soluciones superficiales mediante
prohibiciones absurdas, un Código Penal draconiano y el encarcelamiento
de decenas de miles de personas en condiciones inhumanas degradándolas
aún más. Por ello, el actual indulto a los 2900 prisioneros debería ser
el inicio de un proceso continuado de reducción de la población penal
cubana- 531 por 100 000 habitantes, de acuerdo a The Economist- lo que
terminaría el sufrimiento de muchas familias y coadyuvaría a reducir
los gastos que ocasiona el mantenimiento de tan gigantesco sistema
carcelario, permitiendo que muchas personas se incorporen a una vida de
utilidad social productiva, incluidos muchos actuales carceleros.
Sin embargo, para resolver este problema no solo hay que continuar las
excarcelaciones; al mismo tiempo deben hacerse cambios radicales en las
leyes penales haciéndolas más humanas, con sanciones racionales, no tan
exageradamente sobredimensionadas como muchas de la ahora existentes.
Pero, sobre todo, resulta necesario eliminar las causas subyacentes que
promueven el delito, que residen en un modelo económico, político y
social que ha conducido al país al desastre.
De todos modos este indulto se puede considerar un paso positivo, para
cuya materialización han jugado un importante papel la Iglesia Católica
Cubana y la próxima visita del Papa Benedicto XVI, que coincidirá con el
400 aniversario del encuentro de la imagen de la Virgen de la Caridad
del Cobre. Es de esperar que en el marco de esa visita se realice la
liberación de las decenas de presos políticos existentes todavía en las
cárceles cubanas, un gesto que sería bien recibido dentro y fuera de
la Isla.
A los prisioneros de conciencia del grupo de los 75 que permanecen en
Cuba deberá cancelárseles la licencia extrapenal que los mantiene
amenazados de ser retornados a prisión. Los únicos delitos de éstas
personas fueron tratar de expresar sus opiniones pacíficamente con el
interés de contribuir a mejorar la situación de los cubanos y el país,
en ocasiones con propuestas que en los últimos tiempos Raúl Castro
está aplicando.
El indulto en vigor desde el 23 de diciembre perdería peso, si no
beneficiara al norteamericano Alan Gross, sancionado a 15 años de
prisión por entregar equipos de comunicación a miembros de la comunidad
judía. La negativa a liberarlo, indicaría la falta de voluntad política
por parte del gobierno cubano para mejorar las relaciones con Estados
Unidos, y en particular con la Administración Obama, que ha dado
evidentes señales de que desea hacer avanzar los contactos. Hay que
recordar que 2012 es un año de elección presidencial en ese país, y si
son sinceras las afirmaciones de General Raúl Castro de que "Cuba
mantiene la propuesta de avanzar hacia la normalización de sus vínculos
con Estados Unidos y desarrollar la cooperación en todas las esferas que
puedan beneficiar a ambos pueblos", debería liberarlo.
De no hacerlo, estaría cooperando con quienes a ambos lados del Estrecho
de la Florida torpedean el mejoramiento de las relaciones. Además
resultaría incomprensible no conceder a Gross esa medida humanitaria,
cuando se realizará la excarcelación anticipada a 86 ciudadanos
extranjeros de 85 países.
http://www.cubanet.org/articulos/indulto-a-prisioneros-cubanos/
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