Ni con la cadena, y mucho menos con el mono
Entrevista con el actor, cantante, presentador y periodista cubano Tony
Cortés
Baltasar Santiago Martín, Miami | 01/11/2011
¡Ah, la política!, esa intrincada telaraña que nos entrampa aunque
queramos ignorarla, aunque pretendamos no verla, lo que en el caso
cubano es totalmente imposible.
La política ahora se ha ensañado con el actor, cantante, presentador y
periodista cubano Tony Cortés, para, en la persona de su esposa Nila,
hacerlo víctima de una cruel y desmedida represalia por haberse atrevido
a jugar con la cadena del mono castrista, creyendo ilusamente que el
mono no se iba a dar por enterado, hasta que el simio reaccionó, y de
qué modo.
Antecedentes
Tony, con una carrera relevante en Cuba en la televisión como actor,
cantante y bailarín —llegó a tener hasta un grupo juvenil de baile en la
Isla y una orquesta—, en Miami logró entrar a trabajar en el Canal 41,
en la serie humorística La Flor de Hialeah, donde se destacó con su
personaje de "El Chino", que le ganó el título de "Míster Televisión" en
2007; fue conductor y actor de la serie Casados y algo más, de ese mismo
canal, para la cual compuso hasta la música, y después le tocó ser el
último presentador —cohost— del programa La Cosa Nostra. En 2008 recibió
"La Palma de Oro", como reconocimiento a su destacado desempeño como
actor durante ese año.
Fenecidas dichas series y clausurada La Cosa Nostra, emigró para MEGA
TV, que lo puso a sustituir a Camilo Egaña —una de las primeras
"víctimas" de las inconsecuencias de la MEGA— en la conducción del
programa Raíces y recuerdos, luego de varios sorprendentes reportajes
especiales desde Cuba para María Elvira Live, donde Tony comenzó a jugar
con la cadena del mono; para finalmente encargarle la difícil tarea de
ocupar el espacio de la propia María Elvira, una de las principales
cartas de triunfo de esta "MEGA que se DES-PEGA", después de su
intempestiva salida del canal.
Tony, contra todo pronóstico, con su serie especial Sobre mis pasos
—secuela de aquellos reportajes iniciales sobre Cuba que ya mencioné—,
superó las expectativas y consiguió captar el interés de los
televidentes miamenses, y, por desgracia, también de Jaime Bayly, el
llevado y traído —por la propia MEGA— controversial personaje peruano,
que se "encarnó" en Tony. Después de invitarlo a su programa, se dedicó,
con total alevosía y mala intención, a "serrucharle el piso", hasta que
lo logró: la serie especial Sobre mis pasos fue suspendida, y Tony se
volvió a quedar "colgado de la brocha", como Camilo Egaña, Daisy
Balmajó, Lourdes Ruiz Toledo y María Regina Bustamante en su momento, a
pesar de que dos de los capítulos de dicha serie —los dedicados a El
Mariel y al tabaquero Robaina— se encuentran nominados a los Emmy Awards.
Pero como las desgracias parece que nunca vienen solas, muy poco tiempo
después, la esposa de Tony, Leonila —Nila— Hernández, fue detenida en La
Habana, y se encuentra desde ya hace más de quince días en Villa
Marista, la sede de la tenebrosa Seguridad del Estado castrista, "bajo
investigación", acusada de "actividad económica ilícita", y de "difusión
de noticias falsas que atentan contra la paz internacional".
Lo primero que le viene a uno a la mente es lo ilusos que podemos ser
todavía los cubanos al pensar que el régimen castrista estaba cambiando
su esencia censora y represiva, y que alguien podía impunemente recorrer
la Isla haciendo reportajes sobre su realidad apabullante —una sola
imagen vale más que mil palabras— sin que el mono reaccionara ante los
jalones a su cadena.
Segundo, cómo la MEGA le permite a Bayly que siga burlándose de la
tragedia de Tony diciendo que Nila está hospedada en un hotel cinco
estrellas llamado Villa Marista, o algo así; y tercero, me indigna la
pálida reacción de los medios de comunicación hispanos de Miami ante
este nuevo atropello castrista a las libertades individuales y el
derecho a la libre expresión, por lo que no vacilé en contactar a Tony
Cortés para expresarle mi solidaridad —esa hermosa palabra en desuso,
secuestrada para mal por los comunistas— y mi deseo de entrevistarlo,
para que nos diga su verdad y denuncie con sus propias palabras toda
esta campaña en su contra, que, increíblemente, no se limita solamente a
La Habana, sino que también tiene sus bemoles en Miami.
Tony, antes de preguntarte algo, quiero reiterarte mi apoyo y mi
solidaridad como compatriota y como ser humano, porque, como expresó
Bertold Brecht en uno de sus escritos, "mañana pudieran venir por mí";
un abrazo fraterno para ti, y ahora sí mi primera pregunta: ¿Tú y/o la
MEGA tenían un permiso oficial del Gobierno cubano para que tú pudieras
hacer tus reportajes y entrevistas en Cuba sin problemas, o lo hiciste a
tu cuenta y riesgo?
Tony Cortés (TC): Primero, la MEGA no participó absolutamente en nada;
solo transmitió la serie que mi compañía Burumba Productions, de la cual
soy productor general y realizador, filmó en Cuba. María Elvira Salazar
y Roberto Céspedes, su productor general, decidieron exhibir la serie en
el programa María Elvira Live porque consideraron que la misma era una
opción interesante para mostrar en televisión. Yo la había propuesto ya
en varios lugares, pero me decidí por el espacio de María Elvira porque
fue la que menos peros me puso.
Nunca le pedí permiso al Gobierno de Cuba para hacer la serie, porque
como cubano y como realizador entendí que era algo que no se debía
manipular ni producir, para que representara el contacto de un cubano
con su Isla, que en estilo de reality show iría captando la realidad
según ésta se fuera dando…
¿María Elvira te pagó?
TC: Cuando se hizo la puesta en televisión, fui contratado como artista
y recibí una remuneración, pero esto nunca cubrió los costos de
producción de la serie. Andrés Torres, director de fotografía
—norteamericano, por cierto— y el resto del equipo sentimos sin duda
alguna que las pérdidas económicas se compensaban largamente por el
valor tan grande que tenía para nosotros el poder exhibir las imágenes
que habíamos filmado.
¿Pensaste realmente que el Gobierno cubano y la Seguridad del Estado
habían cambiado su esencia censora y represiva, y te iban a dejar "hacer
y deshacer" impunemente?
TC: Pensé que se estaba generando un cambio —como yo no me ocultaba ni
grababa escondido—; por eso en mi segundo viaje profundicé más en temas
álgidos, o que yo sentía que se habían quedado en el olvido, como lo de
"los pueblos cautivos" —que ha sido la reconcentración más fuerte que
haya ordenado un gobernante contra su propio pueblo—.
Supe de pueblos completos de El Escambray que fueron reubicados en Pinar
del Río con nombres nuevos: Ramón López Peña, Miraflores I y II, René
Briones Montoto, Ciudad Sandino…, tema al que le dediqué dos capítulos.
Ahí descubrí nuevos rostros de opositores, entremezclados con los de los
cubanos "de a pie". Puse lo que la gente me decía ante el lente; algunos
apoyando al sistema comunista, otros criticándolo abiertamente…
¿Crees entonces que esos dos capítulos fueron los que más les molestaron
a los censores del régimen?
TC: Sí, aunque creo que los de El Mariel, la basílica de la Caridad del
Cobre, las entrevistas en la carretera, el "redescubrimiento" de los
indios en Oriente —en La Caridad de los Indios—, y el dedicado a
Santiago de Cuba, "la cuna de los rastafaris", también les molestaron
bastante.
En la segunda parte de la serie, que contó con 13 capítulos, abordé el
abandono de los cines, los hoteles cerrados en Varadero, la playa de
Guanabo…, y ahí sí pienso que fue cuando ya me "me metí en candela" de
verdad, pues en mi tercera visita, cuando fui al entierro de mi madre,
me cancelaron el permiso de entrada a Cuba en mi pasaporte, cuando ya
iba a regresar a Miami, es decir, en el aeropuerto.
La tercera serie, de 15 capítulos, la hice con material filmado en la
segunda visita, porque lo que pude filmar en la tercera continúa inédito…
Pensé con fe que todos esos cambios que parecía pretender hacer Raúl
Castro irían también en un camino de apertura al exilio, donde la
oposición fortalecía su espacio por su valentía dentro del pueblo, por
lo que sentí que era necesario seguir profundizando en los temas, porque
las grabaciones "piratas" de mi serie circulaban de mano en mano, y la
gente se enteraba así de cosas que no estaban en la historia "oficial",
que no aparecían en los libros de texto; era una forma también de
"enseñar democracia" a un pueblo que no la conoce, que no tiene libertad.
Mucho antes de esta represalia contra tu esposa, aquí en Miami —Bayly el
primero— cierto círculo de cubanos ya estaba diciendo que tú te habías
bajado los pantalones ante Raúl para que te dejara hacer los reportajes,
y que estabas tratando de quedar bien con el Diablo, con la MEGA —¡tan
alejada de Dios, por cierto! Y, primero que todo, con tu bolsillo; ¿cuál
es tu verdad?
TC: Es risible escuchar los criterios de personas que no conocen la
realidad cubana, y de otras personas que la olvidaron. Con los únicos
que me importa quedar bien es con los cubanos de a pie, que son los
verdaderos protagonistas de mi obra. Ni Bayly ni nadie puede sentir lo
que siente el pueblo cubano apresado en una gran cárcel. Es absurdo
pensar que una crítica tan contundente como la que ha sido Sobre mis
pasos sea alentada por el Gobierno cubano en un juego de intereses, y la
injusta detención de mi esposa en Cuba es la mejor prueba de ello.
Siempre que los cubanos, cuando no entendemos algo, nos acusamos unos a
otros de "comunistas", que es el mayor descalificativo que se le puede
decir a un cubano. Simplemente corrí el riesgo, hice la serie, y ahora
estoy pagando el precio, allá y aquí; a nadie se le había ocurrido hacer
antes algo así… ¿por qué los perros le ladran a la luna?: porque no la
entienden.
¿Cuándo, con quién y a qué fue tu esposa Nila a Cuba?
TC: Mi esposa viajó sola el martes 11 de octubre, para visitar a su
madre, Elisa Sánchez. Fue una decisión familiar, ya que somos una
familia pequeña, y yo me había quedado sin trabajo apenas una semana
antes. Iba a estar hasta el sábado, que era el día de su regreso.
¿Es cierto que la detienen junto a un amigo tuyo camarógrafo que reside
en Cuba, que estaba trabajando para tu serie especial? ¿Cuándo y en qué
circunstancias la detienen?
TC: La detienen junto a Javier Pérez Acosta —que no es camarógrafo—,
quien en la primera serie, hace ya un año, fue quien me ayudó a
localizar a algunos artistas amigos para saludarlos, y que había sido mi
asistente en Cuba cuando yo tenía la Orquesta BM (Benny Moré) Expreso.
Él nunca trabajó para la serie ni recibió dinero alguno; creo que estuvo
en el lugar equivocado en el momento incorrecto. Lo cogieron preso, pero
ya lo soltaron…
A Nila la detienen el miércoles 12 de octubre, a las 6 de la tarde,
presupongo, porque todavía no tenemos nada confirmado, ya que hace 18
días de esto y las autoridades aún no se han pronunciado, y la llevaron
directamente para Villa Marista. No estaba filmando ni entrevistando a
nadie, para que quede bien claro.
Yo había hablado con ella a las 5 de la tarde de ese día, y no volví a
saber de ella hasta las tres de la tarde del día siguiente, cuando le
comunicaron a la madre que estaba detenida en Villa Marista, lo cual me
parece otra ilegalidad, un secuestro…
¿Has pensado ir a Cuba ahora para aclarar las cosas y traerla de vuelta
contigo, o te da miedo que acabes siendo detenido tú también?
TC: Por mi esposa haría cualquier cosa; tengo todo el derecho como
cubano, esposo de ella y padre de sus dos hijos, de ir a verla en una
visita a Villa Marista, y si el asunto es directamente conmigo, que fui
quien publicó "las noticias" —que no son falsas—, pues que lo resuelvan
con Tony Cortés, no con una mujer inocente… ¡este Gobierno tiene
evidentemente problemas con las mujeres!
Dios está usándonos con un propósito, por tanto, no tengo ningún miedo
de ir a Cuba; si me dejan entrar, yo iría; son ellos los que tiene el
problema, no yo.
Yo sí tengo un gran dolor, por la injusticia que están cometiendo con
Leonila y con mi familia.
¿De qué la acusan exactamente, y cuál es tu respuesta a esa acusación?
TC: "Actividad económica ilícita", y "difundir noticias falsas que
atentan contra la paz internacional". Mi esposa —para que lo escuchen
bien los intransigentes, los comunistas, los agentes del odio— no fue a
Cuba a vender nada; iba con una maleta de mano, con el dinero exacto
para apoyar a su madre, como cualquier cubano exiliado, y las noticias
que yo he publicado —yo, Tony Cortés, no ella— no son falsas, y fueron
generadas por ellos mismos; mi serie es solo un espejo de la terrible
realidad que hay en Cuba, creada por el propio sistema. Lo que está
pasando con Nila es que nos están aplicando la "Ley Mordaza", para
escarmiento de aquellos que traten de decir o contar la verdad, como
ocurrió en el 2003 cuando la Primavera Negra con los 75.
¿A qué atribuyes la saña con que Jaime Bayly te ha atacado y te sigue
atacando en sus programas?
TC: Jaime Bayly solo vio lo que quiso ver, no se tomó el trabajo de ver
el material completo; más bien habría que preguntarle al señor Bayly por
qué lo hace, ya que no quiero estar especulando…
¿Estás conforme con la actitud de la MEGA ante tu caso?; ¿has recibido
el apoyo que esperabas de la cadena para la que trabajabas hasta hace
muy poco?
TC: Yo soy responsable de mis propios actos, no voy a enjuiciar a ningún
ejecutivo, ni mucho menos a una empresa; son ellos los que deben pensar
si lo que hicieron o lo que hacen es correcto. Gracias a la puesta en
pantalla de Sobre mis pasos hoy tenemos dos nominaciones a los Emmy
Awards, y a mi esposa prisionera en Cuba; les toca a ellos decir que
este caso es contra la libertad de expresión, contra la democracia,
contra los cubanos. Si lo hacen o no, es su decisión.
¿Qué medidas legales vas a seguir para conseguir la liberación de tu
esposa? ¿Has nombrado ya tú —o la MEGA— a algún abogado para que se
encargue del caso?
TC: La MEGA no tiene nada que ver ya conmigo —me cancelaron el programa
desde el 4 de octubre, mediante una carta donde me decían que "estamos
contentos con su trabajo, pero la temporada ha llegado ya a su fin"—,
por lo que la decisión de nombrar un abogado en Cuba y de trabajar con
un equipo de leyes que nos represente aquí en Miami ha sido solo mía, y
quiero destacar que hay un grupo de personas y de amigos que me está
apoyando desinteresadamente, sensibilizados con la magnitud del trauma
familiar en que se encuentra envuelta la familia Cortés-Hernández;
gracias a este apoyo ya tenemos un abogado en Cuba y un equipo legal en
Miami encargados del caso.
En caso extremo, ¿le presentarías el caso a la Comisión para los
Derechos Humanos de la ONU?
TC: Sí, y a Amnistía Internacional, a la Iglesia católica, a su Cardenal
Jaime Ortega, a quien España le acaba de otorgar la orden "Isabel la
Católica", por su mediación a favor de los presos de conciencia en la
Isla, a Human Rights, y a cualquier persona de bien que me pueda apoyar
en esta cruzada en favor de la democracia, la libertad y los derechos
humanos.
¿De qué manera consideras que te podemos ayudar tus compatriotas de Miami?
TC: Con una campaña internacional que pida la liberación inmediata de
esta mujer cubana, cuyo único delito es ser la esposa de un comunicador
que salió a contar las historias de los cubanos en el mundo, y que ahora
está sobre los pasos de su propia historia. Si los cubanos decidimos
quedarnos callados, nos vamos a convertir en testigos mudos de una
injusticia más contra una madre, una esposa, una hija, una amiga, que
mañana puede ser la tuya; ¡no a la "Ley Mordaza"!
http://www.cubaencuentro.com/entrevistas/articulos/ni-con-la-cadena-y-mucho-menos-con-el-mono-270024
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