Artículos de Opinión | Lorenzo Gonzalo* | 27-11-2011
Frecuentemente escuchamos decir que Cuba es un país de contradicciones,
cuando realmente las contradicciones son las diferentes políticas
practicadas por las Administraciones estadounidenses. Desde las posturas
bélicas que incluyeron la conocida invasión por Playa Girón, hasta el
colofón de la Ley Helms Burton, donde paradójicamente y en evidente
contradicción con el tamaño, la economía simple y el reducido poder
militar de Cuba, se aprobó una Ley que define y describe hasta el más
mínimo detalle de cómo y quienes pueden ser aspirantes a la dirección
del Estado cubano.
Pero la más bochornosa de las contradicciones y a su vez la que se
convierte en algo tenebroso y despreciable, es la actitud de la prensa
internacional que se ha dejado llevar de la mano de las grades
corporaciones que tienen su refugio y sus acorazados en Washington.
Una de las más recientes de estas presentaciones burlescas y denigrantes
fue la manipulación de unas declaraciones expresadas por la persona que
dirige el Centro Nacional de Educación Sexual en Cuba.
Grabada fuera de cámara mientras se reunía con prostitutas en Ámsterdam,
la Doctora Mariela Castro Espín, le comentaba a una de las presentes que
en Cuba la prostitución es de baja intensidad y que, dentro de ese campo
se producen diversas manifestaciones, siendo una de ellas la
prostitución transaccional.
Como toda ciencia y oficio, que con rigurosidad se plantea el estudio de
un fenómeno social, no hay más remedio que organizar hechos semejantes
dentro de diversas categorías y conceptuarlas apropiadamente para poder
entenderlas y evaluarlas.
Una persona que realiza un acto sexual a cambio de algo, ejerce la
prostitución, pero sin dudas que las diferentes maneras en que se
producen los hechos, tendrán consecuencias sociales de mayor o menor
grado y requieren definición apropiada que las diferencien.
La prensa internacional identificada con la política de Washington, se
ha prestado en los últimos años, con mayor intensidad que en el pasado y
con la utilización de métodos muy concretos que ya se convierten en
formas manidas de expresarse, en presentar las peores imágenes del país.
Una de ellas es la bajeza de hacer creer que en Cuba la prostitución es
un negocio organizado y en el peor de los casos que las mujeres cubanas
son todas prostitutas.
Armado con esos propósitos, hace varias semanas atrás presentaron como
declaraciones políticas las palabras profesionales de esta experta en
materia sexual, haciéndoles creer a muchos que la oficialidad del Estado
cubano ampara, protege y apoya el mal uso de una de las más importantes
funciones humanas, nos referimos a la función sexual.
Es importante desenmascarar la actitud periodística que se deja comprar,
no solo para mantener a salvo el honor de la mujer cubana sino el de
aquellas que en otros lugares, especialmente en Europa, ejercen ese
viejo oficio, llevadas por el hambre y la miseria que padecen en sus países.
No es un crimen ejercer la prostitución, sino una manera denigrante de
salvarse de una miseria, que las estructuras sociales de los "países
democráticos" son incapaces de solucionar. En cambio, Cuba se afana por
prevenir y rescatar a las personas que en muy pequeña escala recurren a
esas desviaciones personales, haciendo uso de los recursos mínimos con
que cuenta el país.
Que proyecten de la nada una mentira hecha a retazos es una cosa, pero
que utilicen declaraciones serias, de personas que trabajan precisamente
por enaltecer la dignidad de hombres y mujeres que transitan un día por
esos caminos, es infame.
Felizmente, la mayoría de las personas de pueblo en todo el mundo tienen
informaciones sobre Cuba que desmienten estas infamias. No obstante
cuando esa prensa militantemente enemiga de la Isla, recurre a
desvirtuar asuntos profesionales y declaraciones que nada tienen que ver
con las direcciones del gobierno, momentáneamente conmueven algunos
criterios.
Denunciar hechos como esos, desde diversos ángulos, ayuda a reducir el
bloqueo impuesto por Estados Unidos a cuyo sostén contribuyen las
mentiras y tergiversaciones de periodistas devenidos en mercenarios de
la pluma.
Con su habitual frivolidad la prensa holandesa y detrás de ella la
prensa internacional ha falseado las circunstancias de la entrevista con
la Dra. Castro Espín y explotado publicitariamente, su condición de hija
del Presidente Raúl Castro y sobrina del líder cubano Fidel Castro.
*Lorenzo Gonzalo periodista cubanos residente en EE.UU y sudirector de
Radio Miami
Fuente original: MARTIANOS-HERMES-CUBAINFORMACIÓN
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