02-11-2011.
León Padrón Azcuy
Activista de derechos humanos
(www.miscelaneasdecuba.net).- La policía política del régimen cubano,
tras la muerte de la líder de las Damas de Blanco Laura Pollan, ha
incrementado la persecución contra mujeres que apoyan a las luchadoras
por la libertad de los presos políticos.
Uno de los casos más preocupantes, a juzgar por los hechos, es la
opositora cubana Juana M. Oquendo, integrante del Partido Liberal
Ortodoxo y dama de apoyo, que cada domingo desfila, junto a las Damas
Blanco, por la quinta avenida. La civilista, desde hace un tiempo para
acá, ha tenido que soportar el asedio constante de la policía secreta, a
quien ella acusa de haberle montado recientemente un acto de repudio en
un centro de salud, haberle robado su computadora, mantenerle un perenne
acoso telefónico y vigilarla de día y de noche.
Su arresto en la mañana de este pasado domingo 30 de octubre junto a un
matrimonio opositor, es una evidencia del peligro que se cierne sobre la
señora Oquendo, a quien no se le permitió participar en la tradicional
misa que asisten las Damas de Blanco en una iglesia católica, situada en
la quinta avenida de la capital cubana.
Según la opositora, desde horas tempranas, era vigilada por la policía
en las cercanías de su vivienda. Al salir justo en las inmediaciones de
la calle 11 esquina 24 de El Vedado, dos oficiales de civil los
detuvieron y los obligaron a abordar un patrullero que los trasladó
hacia la unidad policial situada en calle 51 entre 240 y 250 de la Lisa.
Tras llegar al lugar, ella y la pareja que los acompañaba se negaron a
entrar en calabozos diferentes como pretendían los represores. Ante su
negativa, fueron amenazados, y ante las amenazas los tres comenzaron a
gritar consignas de vivan los ¡derechos humanos!, ¡Laura vive! lo que
provocó la presencia inmediata del jefe de la Unidad. El militar les
dijo que ellos no tenían nada que ver con este arresto, y les aseguro
que ellos respetaban su manera de pensar, pero que el asunto eran
órdenes de la contrainteligencia que pidió su apoyo, dicho esto, el
oficial los exhortó a obedecer.
Oquendo y sus compañeros sostuvieron su exigencia de mantenerse unidos,
situación por lo que la represiva introdujo al matrimonio en un calabozo
y ordenó el traslado de Juana hacia la unidad policial del Capri,
lugar distante de la Lisa, enclavada en el barrio la Güinera, muy usada
para retener a los opositores con el fin de evitar sus actividades.
Finalmente tras el arribo de Juana al Capri, la policía del lugar,
instruida, la metió en un calabozo hasta la siete de la noche, hora que
fue liberada no sin antes recibir amenazas por parte de un oficial que
se hace nombrar Daniel, responsable -según la civilista- de diseñar el
entramado represivo que, con virulencia, se viene desplegando contra la
Dama de Blanco Juana María Oquendo.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=34137
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