Jueves 27 de Octubre de 2011 21:50
Idabell Rosales
Estoy muy indignada. Soy una de los tantos indignados de este mundo.
Pero mi indignación es con la dictadura castrista, con sus vástagos
–como Mariela Castro, cuyo ejercicio denigrante contra la mujer cubana
este jueves, en Holanda, ya pasa de castaño a oscuro-- y con el negocio
que representamos para ellos. Más aún: mi indignación es conmigo misma,
porque he caído en alguna de las trampas que en este artículo critico.
¿Cuánto ha de esperar una nación? ¿Qué nos falta a los cubanos que
delante de nuestros ojos gente se inmola, se lanza a la calle, protestan
los supuestamente atrasados del mundo árabe, hacen sus revoluciones y
nosotros, de cobardes, seguimos escribiendo como tontos y pasan
canciones, pasan cipreses, pasas tú y seguimos en las mismas?
¿En qué cabeza cabe, dígame usted señor, pagar una carta de invitación a
$200.00 a un familiar que ya ha sido aprobado por el país que va a
visitar? ¿Por qué tenemos que seguir pagando el famoso permiso de
salida, $150 por la "Tarjeta Blanca", a unos inmorales que nos succionan
como tragante de fregadero? Pedir permiso a unos criminales y después,
como si no bastara, pagar por el trámite.
Los costos por cada país varían, pero existe un especial ensañamiento
con los que emigramos al norte brutal y revuelto. El norte que les ha
servido de excusa para dividir a un pueblo en malos y buenos, en
comunistas y gusanos, en parásitos y emprendedores. ¿Y me vuelvo a
preguntar de qué va ese pueblo? ¿De dónde he venido?
¿Por qué no dejamos ya de responder a intereses individuales y
respondemos a un interés común? El de no servirle más a una dictadura
que nos esclaviza dentro y fuera de Cuba.
¿Se ha preguntado usted, cubano carnero que vive fuera de Cuba, cuántas
vacaciones se ha perdido a lo largo de su exilio, cuánta vida sin estrés
se ha dejado de dar por seguir de tonto útil detrás de los paquetes que
lo envuelven y lo regocijan porque mandó pacotilla a Cuba? Porque deje
de seguir bobeando cubano carnero, pensando que es un emigrante
económico y no político, deje de seguir pensando en musarañas. Deje de
llegar al paraíso de los miserables diciendo que el yuma está en
candela, porque el que está en candela es usted.
¿Se ha preguntado hasta cuándo se va a vanagloriar de su miseria
espiritual, llegando con sus pocos dólares ahorrados a una Cuba
infumable donde su vacuidad existencial le repite tontamente que en
Miami la comida no sabe igual que en su tierra, que no es lo mismo
sentarse en el malecón de La Habana que en Bayside?
¿Se ha preguntado cuándo va a parar de decirse "qué le voy a hacer, es
la familia"? ¿O es que vino a esta vida a ser el triste títere de una
dictadura y desangrarse por ella es su misión en la tierra?
Alucina ver tantos carneros pesando paquetes de ropa, de comida, de
medicinas, pagando desesperadamente pasajes para pasarse el fin de año
en Cuba "porque en América es muy aburrido". ¿Serás tan miserable cubano
que te regodeas en ese absurdo de sentirte extranjero en tu propio país?
Desde que te bajas en el aeropuerto te están mirando esos robots
comunistas como si fueras un gánster, con ojos retorcidos de envidia.
Porque además, cubano, te bajas tan ridículo con todas esas cadenas de
oro o de goldfish, con esos sombrerones rimbombantes y esos perfumes
chillones de 3x10, que cada vez más reafirmo que tenemos lo que nos
merecemos.
Después de ver a la vomitiva Mariela Castro Espín paseándose por la zona
roja en Ámsterdam, con esa vocecita acaramelada y esa cara de pacific
mix, tan cómplice de su padre, de su tío y de toda su asquerosa
parentela, me pregunto: ¿Cómo puede tan fresca hacer chistes de la
miseria impuesta por su familia, denigrando a la mujer cubana, esa que
no tiene dinero para arreglar su baño y tiene que acostarse con un albañil?
Para cerrar con el tema que empecé, cubano carnero, te hablo a ti que
vives fuera de Cuba: ¿no te importa seguir ninguneado por la dictadura
que reprime a tu familia, por la dictadura que aún te esclaviza cuando
se supone que vives en libertad? ¿Vas a seguir pidiéndole permiso, para
entrar a tu país, a la mafia de La Habana?
http://neoclubpress.com/opinion/articulos/2295-mariela-castro-cuba-y-los-carneros.html
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