02-08-2011.
Lucas Garve
Fundación por la Libertad de Expresión
(www.miscelaneasdecuba.net).- Un vecino deseó aprovechar el fin de
semana para darse una vuelta en familia y terminar su paseo con un
almuerzo en un restorán del Barrio chino de la Habana. Al regreso, me
confió que el paseo por la parte vieja de la capital fue agradable, pero
el almuerzo no cubrió para nada las expectativas de su familia.
Los platos que consumieron no tenían la calidad esperada y el batacazo
final lo produjo la cuenta del almuerzo de los cuatro comensales alcanzó
a $ 42 pesos convertibles, unos $1 050 pesos moneda nacional.
La comida china goza del favor de muchos cubanos, pero sucede que en el
Barrio chino de La Habana todo hay que pagarlo en pesos convertibles
(Cuc), aunque el salario promedio en Cuba es de $449 pesos moneda
nacional, lo que representa unos $ 17,96 pesos convertibles.
Por su parte en la televisión cubana hay tres programas de preparación
de platos típicos chinos. El domingo 31 por ejemplo, en la emisión de
comida china del canal Multivisión, el chef Ching-Ching mostró la
preparación de rollos de calamar con pimientos y una sopa de arroz con
miel y pétalos de rosa.
Platos demasiado exóticos para el gusto del cubano y Ademas la mayoría
de los ingredientes faltan en el comercio cubano. No obstante, la
propaganda política empuja las costumbres chinas como ayer fueron las
soviéticas.
Vale exponer que no sólo la preparación de platos chinos se presenta en
la televisión cubana. Tenemos un programa de comida venezolana, en la
que abundan los platos de carne de res tan ausente del paladar de los
nacionales.
La legitimación de un sistema en el poder pasa por procesos de
implantación de tendencias culturales válidas para los ciudadanos. Más
cuando se trata de borrar la memoria cultural con el fin de instalar
otras relaciones sociales solamente se alcanza a copiar características
ajenas.
Lamentablemente en Cuba desde el 1959, carecemos de referencias
culturales propias. Transcurrieron unos cuantos años de influencia
soviética, también vivimos un período africano y ahora el cóctel es de
lo más exótico que se haya visto porque es resultado de una mezcla de
influencias chinas e indigenismo latinoamericano.
No se puede imponer a un país tendencias y normas ajenas emanadas de la
voluntad de sus gobernantes. Por eso la puesta en marcha de soluciones
nacionales ajenas a las características de las pautas culturales cubanas
no arroja resultados favorables para consolidar el desarrollo
socio-económico.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=33151
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