La prostitución en Cuba
Alberto Milián
Esa frase representa muchas cosas. Puede verse como la manera en que el
dictador Fidel Castro vendió a Cuba a sus amos de la Unión Soviética y
de esa forma dejó que una isla caribeña con raíces ibéricas terminara
como un siervo político de una ideología y un imperio desacreditados.
Pero yo me refiero a otra cosa. Algo más inmediato y monstruoso. Una de
las muchas deplorables "ventas" de los Castro: la prostitución sexual
que ha proliferado en Cuba en las últimas décadas.
Debemos recordar que eliminar la prostitución era una de las metas de la
revolución cubana. Sin embargo, con el derrumbe del imperio comunista,
los ancianos rufianes que dirigen a Cuba han permitido y promovido el
turismo sexual como una herramienta para recoger divisas de los turistas.
El turismo sexual es una práctica de turismo con el solo propósito de
sostener relaciones sexuales. En algunos de los destinos frecuentados
por estos "turistas" se ha legalizado la prostitución y es regulada por
el gobierno. Pero de acuerdo con la ONU e informes del Departamento de
Estado norteamericano, en lugares como Brasil, México, Tailandia y Cuba
se practica la peor explotación del ser humano: un porcentaje de estos
turistas buscan relaciones con menores de edad. Simplemente, estos
abusadores son pedófilos que usan el dinero, y la necesidad que produce
la miseria, para abusar de jóvenes.
La banalización del turismo sexual en Cuba es una de las grandes
tragedias de nuestra época. La explotación de la juventud cubana por
estos depredadores que viajan de Canadá, Europa y Estados Unidos, es
resultado de la represión política y una crisis económica que ha creado
las condiciones más desesperadas en la historia de la nación cubana.
La policía cubana, que ha adquirido una reputación de estar entre las
más corruptas en América Latina, protege a los rufianes o chulos que
manejan a las mujeres, hombres y niños que sirven de mercancía humana.
La necesidad económica ha convertido a una parte de la nación cubana en
el "primer prostíbulo socialista de las Américas".
A todos nos debe asquear toda explotación de un ser humano. No me ofende
que se legalice la prostitución entre adultos que tienen el derecho y la
edad para consentir. Pero no estimo que un ser desesperado, hambriento y
reprimido, tiene la misma facultad para decidir y consentir. En el caso
de la explotación sexual de menores, no se puede acceder al abuso sexual
de ninguna forma.
Es todavía más ofensivo y miserable cuando los explotadores son paisanos
de los cubanos en la isla. Es una realidad que existe un sinnúmero de
cubanos en el exilio que están regresando a la isla de la que huyeron
como refugiados para aprovecharse de la miseria de sus compatriotas. Los
exiliados que van a Cuba para explotar a esa juventud deben de ser seres
sin alma y vergüenza. Nada parece más repugnante que el regreso de
exiliados cubanos a la isla con dinero americano para aprovecharse de la
desgracia de ese pueblo. Estos seres aprovechan los recursos económicos
que han adquirido en la democracia y vuelven a la isla con toda la
prepotencia de falsos conquistadores.
Se ha escrito que "la crueldad es uno de los placeres más antiguos de la
humanidad". Quizás sea verdad. Pero no tiene que ser así siempre. La ONU
y otros organismos internacionales están luchando activamente para
denunciar y suprimir la explotación de menores de edad en todo el mundo.
En este país, una ley federal establecida en 2003 permite acusar y
castigar a los que van al exterior para tener relaciones sexuales con
menores de edad.
Pero también pienso que todos podemos ser un núcleo de ética y justicia.
Nuestra indignación, nuestro repudio y nuestra voz, pueden ser un
catalizador para criticar, condenar y superar toda injusticia. Como se
ha visto en los últimos meses en el Medio Oriente, la justicia y la
libertad no se pueden asfixiar con la represión y la mentira. Les
pregunto a los lectores: ¿Qué han dicho y hecho ustedes para condenar
esta indecencia contra la juventud y la humanidad?
Abogado criminalista y ex oficial del ejército de EEUU.
http://www.elnuevoherald.com/2011/05/27/949334/alberto-milian-la-prostitucion.html
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