La madre de Zapata: el retraso en la exhumación es una "maniobra"
La Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional
(CCDHRN), rechazó las condiciones en las que se producirá la exhumación
del cadáver de Orlando Zapata Tamayo
Agencias, Madrid | 30/11/2010
Reina Luisa Tamayo, madre del prisionero de conciencia Orlando Zapata
Tamayo, quien murió el pasado mes de febrero, ha considerado que el
retraso en la exhumación de los restos mortales de su hijo, tras la cual
abandonará la Isla rumbo a Estados Unidos junto a otras quince personas,
es una "maniobra" del Gobierno cubano contra su familia.
En una conversación telefónica, la activista explicó a Europa Press que
aunque las autoridades le avisaron el lunes por la mañana para que se
preparara ante una inminente salida hacia el Cementerio Sur de Holguín,
donde se encuentra enterrado su hijo, todavía está esperando a que esa
salida se produzca.
"Nos dijeron que hiciéramos ya las maletas y lo preparásemos todo porque
la guagua (autobús) iba a venir a buscarnos para ir al cementerio", dijo
la mujer, quien consideró que esta nueva dilación de los plazos es "otra
maniobra de los hermanos Castro (Fidel y Raúl) contra esta familia".
No obstante, Tamayo confió en que la exhumación se produzca finalmente
en las próximas horas o, a más tardar, "en un par de días", aunque no ha
recibido ninguna confirmación de las autoridades a este respecto. "Vamos
a ver mañana (martes en España) porque estamos en espera de la respuesta
del Gobierno, parece que quieren usar de nuevo algo contra nosotros",
insistió.
En el caso de que se cumplan las expectativas de Tamayo, tras la
exhumación, partiría junto a otros quince miembros de su familia hacia
La Habana, donde espera incinerar el cadáver de su hijo. Todos ellos se
instalarían en la capital hasta que el Gobierno les conceda la
autorización para salir de Cuba y la Sección de Intereses de Estados
Unidos en la Isla les confirme la concesión del visado para ingresar en
el país.
Sin embargo, también en esta cuestión hay dificultades. "El Gobierno
insiste en que ya está todo arreglado, pero desde Estados Unidos no nos
han confirmado lo de la visa y tampoco nos ha llegado el papel con la
autorización para salir de Cuba, así que no sabemos cuánto tiempo
tendremos que estar en La Habana", indicó la mujer.
Tamayo aguarda desde hace semanas la exhumación de los restos mortales
de su hijo para poder abandonar la Isla e instalarse definitivamente en
Estados Unidos, donde solicitará el asilo político, aunque todavía
desconoce la ciudad en la que se instalará, así como las condiciones de
la residencia. "Allí no conocemos a nadie, pero creo que podremos
contactar con alguien cuando lleguemos", señaló.
Por su parte, la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación
Nacional (CCDHRN), rechazó las condiciones en las que se producirá la
exhumación del cadáver de Orlando Zapata Tamayo, al considerar que el
procedimiento "impuesto por el Gobierno" es "irregular" porque el cuerpo
todavía se encuentra en proceso de descomposición.
La organización condenó, a través de un comunicado divulgado, que nueve
meses después de que el disidente recibiera sepultura "justamente hoy
(lunes) el Gobierno de Cuba alistó el dispositivo con numerosos
efectivos de la Policía política secreta para proceder a la exhumación"
cuando "sus restos mortales se encuentran todavía en proceso de
descomposición".
"Haciendo esto, el régimen estaría vulnerando reglas y ordenanzas
sanitarias que regulan la actividad de los cementerios en Cuba", aseveró
la CCDHRN después de consultar con un especialista en la materia, quien
aseguró que "en ningún caso se autoriza la exhumación hasta que no
transcurran dos años desde el entierro", a no ser que exista una orden
judicial, "lo cual no concurre en este caso".
En consecuencia, la Comisión instó a las autoridades cubanas a detener
esta "película de horror" y a "respetar y hacer respetar las reglas y
normas civilizadas, especialmente en materia sanitaria", a pesar de su
"apuro por sacar del territorio nacional de cualquier manera y lo antes
posible los restos del joven".
Zapata Tamayo murió el pasado 23 de febrero, tras permanecer 86 días en
huelga de hambre, mientras cumplía una condena de 36 años de prisión. Su
protesta fue para exigir mejoras en las condiciones de presidio de
decenas de opositores al Gobierno de Raúl Castro.
El régimen castrista lo considera un "mercenario", al igual que al resto
de los presos políticos que hay en la Isla. Amnistía Internacional, en
cambio, reconoció su labor y lo adoptó como prisionero de conciencia.
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