Julia Navarro
Cuba vive días de resignación. Raúl es igual que Fidel. Nada ha cambiado
en la isla desde que Raúl Castro sucedió a su hermano. Siguen las
penurias, sigue el mal vivir de la inmensa mayoría de la gente cuya
pobreza asiste con desazón al espectáculo del desfile de turistas que
llegan a la isla a exhibir unas formas de vida y de consumo que a ellos
les están vedadas. La dictadura restringe los visados de salida a los
cubanos, pero al aceptar la llegada de turistas -porque necesita
divisas- hace que los paisanos tengan noticias directas de cómo se vive
y disfruta de la libertad la gente que vive fuera de Cuba. Es una
semilla. La dictadura comunista no sobrevivirá a los hermanos Castro.
De hecho, los expertos en política cubana hablan ya de un post castrismo
en términos de borrón y cuenta nueva. El guión del futuro lo escribirán
los propios cubanos un poco a la manera de como hemos visto en los
países del Este de Europa tras la desaparición de la Unión Soviética. Es
probable que las fuerzas del régimen intenten perpetuarse creando un
partido socialista a la manera como sucedió en Hungría. La incógnita es
si muerto Fidel los cubanos habrán de esperar un final de régimen a la
portuguesa (tras Salazar, Caetano) o asistiremos a una caída a la
rumana, con Raúl siguiendo la estela trágica de Ceaucescu. El Caribe es
otro mundo y la realidad siempre acaba rebasando los pronósticos.
Lo único cierto es que en Cuba está todo por hacer y que la Unión
Europea hace bien en estar ojo avizor, atenta a cuanto sucede en la
isla. Y, si digo Bruselas, con más motivo España. En Cuba importa mucho
la opinión de España. Apretar al régimen sí, romper con los cubanos, no.
No sería lo más inteligente. Nos necesitan para sobrevivir a los
hermanos Castro. En Cuba está todo por hacer.
http://www.diariosigloxxi.com/texto-ep/mostrar/20101027122338
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