EL COLOMBIANO | Medellín | Publicado el 25 de octubre de 2010
El Premio Sajarov que le otorgó el Parlamento Europeo al ex preso
político y disidente cubano Guillermo Fariñas constituye, a nuestro
juicio, un severo llamado de atención a las violaciones de derechos
humanos que se cometen en la isla, y contra las cuales luchó Fariñas
mediante una huelga de hambre de 135 días. El premio es un pellizco.
Ya van más de 52 presos enviados al exilio por el gobierno de los
hermanos Castro, como parte de los compromisos a los que llegó con la
Iglesia Católica.
Pero al tiempo que no cesan los reconocimientos al premio de Fariñas
tampoco terminan las críticas a esa política de exilio que, a juicio de
los disidentes, es una estrategia más del régimen castrista para
silenciar las voces que reclaman la democratización de Cuba.
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