HOLGUÍN, Cuba, 26 de octubre (Yosvani Anzardo / Candonga /
www.cubanet.org) - El ahorro de energía, sin importar costos y posibles
perjuicios ecológicos, es política actual del gobierno. Particularmente
dañino es el incremento del uso de la leña como combustible. Los
vendedores de alimentos pre elaborados compran leña a personas que se
dedican a esa actividad. Las unidades gastronómicas y comedores obreros
también han sustituido la energía eléctrica y el gas manufacturado por
la leña. Sin embargo, está prohibida la fabricación de carbón vegetal
por cuenta propia.
Recoger leña seca en el monte es una actividad necesaria que a nadie
perjudica, pero siendo la madera que se recoge insuficiente para
satisfacer la demanda, se corta la leña verde, y se esconde hasta que
esté seca para comercializarla, sin peligro de ser sorprendidos por los
inspectores forestales.
Para intentar contrarrestar el perjuicio las autoridades promueven
campañas de reforestación, pero las siembras no tienen seguimiento,
razón por la que el hecho no pasa del momento publicitario. Más del 90
por ciento de las posturas que se plantan mueren por falta de atención.
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